Sunday, September 19, 2010

Colombia


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Cartagena de Indias y las Islas Rosario, Colombia

Después de semanas de usar varias capas de ropa de invierno, llegamos a Cartagena, Colombia, a las 10:00 pm al calor húmedo del verano Caribeño. Nos quitamos las chamarras y cogimos un taxi con rumbo del centro histórico de Cartagena, localizado dentro de la vieja muralla del periodo colonial. La muralla fue construida debido a que mucho oro salía de Cartagena con rumbo a Europa y la ciudad era atacada por piratas continuamente.

El taxi se estacionó frente a una simple puerta de madera donde una pequeña mujer colombiana nos estaba esperando. Atravesamos la puerta hacia una hermosa casa colonial. Aunque estaba obscuro e iluminado con velas y pequeñas lámparas a lo largo del pasillo, pudimos ver que la casa tenia un hermoso jardín tropical en el centro del patio. El pasillo de azulejo daba vuelta hacia la izquierda donde una escalera nos llevaba al segundo piso y a nuestro cuarto.

Al día siguiente nos levantamos con el sonido de la lluvia, resultado de la alta humedad. Llovía fuerte así que nos tomamos nuestro tiempo bañándonos y arreglándonos, para después bajar a la orilla del patio para el desayuno, un VERDADERO desayuno con un plato de fruta fresca incluyendo sandia, melón, papaya, piña, plátano y mango; una canasta llena de pan fresco; cereal y la opción de huevos, hotcakes, o pan Frances. Comimos observando el jardín que habíamos medio visto la noche anterior. Algunas plantas llegaban hasta el balcón del segundo piso.

Después del desayuno nos reunimos con Lucy, la dueña de este Hermosa casa de huéspedes, para platicar nuestro viaje a las Islas del Rosario, a las orillas de la costa de Colombia. Al sentarnos con ella en el cuarto frente a la calle, un guía turístico toco a su ventana para pedirle una tarjeta de su casa de huéspedes, para compartirla con su grupo de turistas, pero fue mas que claro para mi que solo te puedes hospedar en este lugar si algún otro huésped te recomienda. Juan Pablo se quedo aquí hace siete años después de haber sido recomendado por un amigo así fue como nosotros estamos “in”. Después quedar sorprendidos con el precio de las opciones de transporte y hospedaje en las islas, decidimos pensarlo y ver otras opciones.

La lluvia paro así que dejamos la tranquilidad de la casa de Lucy y nos aventuramos entre las calles empedradas de Cartagena, llenas de vendedores de fruta en cada esquina y de gente local caminando hacia su trabajo o el mercado. Impresionada con la arquitectura y la cantidad de hermosos balcones e inmediatamente me sentí como si estuviera en una película, “el Amor en los Tiempos de Cólera” para ser específica.

Después de una parada rápida en el mercado para comprar agua, sedi a la tentación y compre unas bananas en unos de los carritos. Caminamos hasta que encontramos la plaza con la Iglesia de San Pedro Claver, donde sentamos brevemente a descansar. No habíamos caminado mucho pero la humedad ya empezaba afectarnos.

Desde esta pequeña plaza, caminamos hacia la Catedral, con una parada en el Parque de Bolívar a comer nuestros plátanos. El parque localizado en una pequeña plaza estaba lleno de locales de la tercera edad disfrutando de la sombra. Del otro lado de la plaza estaba la Catedral, pero estaba cerrada por lo que tomamos unas fotos del exterior.

Seguimos nuestro camino por las calles y no muy lejos encontramos la plaza Santo Domingo donde está una escultura de una gordita descansando en su costado, del famoso pintor y escultor colombiano Botero. En el camino tome por lo menos una docena de fotos de los balcones que salen a la calle. Nos sentamos en la plaza a comer el almuerzo, el típico platillo, pescado (blanco), arroz con coco, ensalada y patacones.

Ansiosos de saber si alguno de los resorts que habíamos mandado correo electrónico por la mañana había respondido, regresamos a casa de Lucy. No teníamos respuesta de ninguno, así que buscamos mas opciones, alguna que nos alcanzara (recuerden que tenemos un presupuesto limitado). Juan hizo algunas llamadas y al final cogimos un taxi a una agencia de viajes a contratar el paseo y el alojamiento. Otra caminata por la ciudad antigua nos llevo hasta la India de Cartagena y después a una heladería, horas más tarde seguimos vagando en busca de algo para cenar.

Al día siguiente nos levantamos temprano para caminar al puerto donde tomamos la embarcación a las islas. Caía una ligera lluvia y el cielo estaba lleno de nubes grises, que amenazaban nuestro tiempo de playa en el resort. Para cuando llegamos a nuestro pequeño oasis en la costa de Cartagena, la lluvia había parado.

Antes de que regresara la lluvia alcanzamos a meternos un rato a la piscina, comer el tradicional almuerzo, y pasar un tiempo en la pequeña franja de arena enfrente del resort que llaman playa. Por la tarde fuí en busca de la Laguna Encantada. En realidad es un pequeña bahía a un lado del resort pero los árboles torcidos generaban un sentimiento de misterio.

El sol empezó ha ocultarse, pero no pudimos ver mucho de los colores del atardecer por las nubes.

Para cuando regresamos de la Laguna Encantada, todo estaba en silencio. Aquellos quísolo vinieron por un día ya se habían ido, por lo que solo quedaban dos parejas mas y Juan Pablo y yo. Regresamos a nuestro cuarto para bañarnos antes de la cena pero descubrimos que aunque según nosotros nos estábamos quedando en un resort, no es lo mismo un resort en Colombia a lo que nosotros conocemos. No había agua caliente. Cuando llamamos para preguntar, nos informaron que no había agua caliente en el complejo porque no tienen calentadores. Si hay aire acondicionado, pero no hay agua caliente.

Por la mañana el siguiente día el cielo esta gris, pero después del desayuno el sol ya había salido. Salimos a la arena y nos metimos al mar.

Uno de los locales que vendía collares nos dijo de una playa no muy lejos, que según él estaba mas bonita, así que entre el almuerzo y la hora de partida de regreso a Cartagena, nos aventuramos por entre los árboles en una vereda que nos llevó al otro lado de la isla. Tuvimos suficiente tiempo para echarle un vistazo, nada especial, y regresar.

Cuando caminábamos del puerto a casa de Lucy, nos topamos con un grupo de danzantes en la plaza que está a un lado de la torre del reloj. Los vimos por un rato hasta que empezó a llover.

Era nuestra ultima noche en Colombia, pero como los restaurantes tradicionales en el centro histórico son bastante caros, terminamos en un pequeño restaurante argentino. La mañana siguiente despertamos muy temprano para coger el vuelo de regreso. El vuelo original era a las 9:00 am pero cuando llegamos al aeropuerto (a las 7:00 am) nos dimos cuenta que lo habían cambiado a las 7:50 am. Apenas llegamos hacer el check in antes de que cerraran el vuelo.

La primera parte de nuestro viaje, América del Sur, llegaba a su fin; pero no sin una pequeña aventura mas. Al pasar seguridad, me sacaron de la fila y me dijeron que fuera al cuarto de arriba y espera. Una chica güera dejando Colombia con rumbo a las Estados Unidos, que es lo que quieren conmigo? De repente un dejavou de Claire Danes en la película Broke Down Palace paso por mi mente. Para aquellos que no han visto esta película, Claire Danes es acusada de trafico de drogas y mandado a una prisión en Tailandia. Al llegar al cuarto de arriba me pidieron que firmara una forma donde daba mi consentimiento para que me hicieran una radiografía para asegurarse que no traía drogas dentro de mi. Claro que no traía nada por lo que me mandaron abordar. Juan Pablo también fue mandado al cuarto de arriba para la radiografía. Fuimos los últimos en abordar el avión rumbo a Ciudad Panamá, luego a Houston y luego a San Francisco, con una parada mas para Juan Pablo al “cuartito” (el pequeño cuarto de inmigración de Estados Unidos) en Houston.



Cartagena de Indias and the Rosario Islands, Colombia

After weeks of wearing layers upon layers of winter clothing, we arrived to Cartagena, Colombia, at 10:00pm to the humid heat of a Caribbean summer. We peeled off our jackets and caught a taxi to the historic center of Cartagena, located inside old stone walls from the colonial period. The stone walls were erected due to the fact that there was so much gold leaving from Cartagena to Europe and the city was often attacked by pirates.

The taxi pulled up to a simple wooden door where a small Colombian woman was waiting for us. We walked through the door into a beautiful colonial house. Although it was dark and lit by candles and small lamps along the hall, we could see that the house had a beautiful tropical garden in the center courtyard. The tiled hallway turned to the left and led us upstairs to our room.

We woke up the next day to the sound of rain, a result of such high humidity. The rain came down quite hard so we took our time getting showered and dressed and then headed downstairs to the edge of the courtyard for breakfast, a REAL breakfast complete with a plate of fresh fruit including watermelon, cantaloupe, papaya, pineapple, banana, and mango; a basket of fresh bread; cereal; and a choice of eggs, pancakes, or French toast. We ate overlooking the garden we had a glimpse of the night before. Some of the plants reached up to the balcony of the second floor.

After breakfast we met with Lucy, the owner of this beautiful bed and breakfast, to discuss options for a trip to the Islas del Rosario (islands) off the coast of Colombia. As we sat in the front room with her, a tour guide knocked on the window and asked for a business card to share with his tour group, but it became apparent to me that one only stays in this place if another guest has recommended you. Juan Pablo had stayed here seven years ago after a friend had recommended him so we had our “in.” Taken aback a bit by the prices of the transport and accommodation on the islands, we decided to think about it and look for other options.

It had stopped raining so we left the tranquility of Lucy’s and ventured out into the cobblestone streets of Cartagena, bustling with fruit vendors on each corner and locals walking the streets to work or to the market. I was impressed with the architecture and plethora of beautiful balconies, and immediately felt like I was in a movie, “Love in the Time of Cholera” to be specific.

After stopping in a market for water, I gave into temptation and bought some bananas from a street cart. We walked until we found a plaza with a church, San Pedro Claver, where we briefly sat down to rest. We hadn’t walked that far but the humidity was beginning to take its toll.

From this small plaza, we headed toward the Cathedral, stopping first in the Parque de Bolivar to eat our bananas. The park was in a small square and full of old locals enjoying the shade of the trees. Across the way was the Cathedral, but it was closed so we took some photos of the exterior and surrounding architecture.



Not far down the road was Plaza Santo Domingo with a sculpture of one of Botero’s fat ladies (Botero is a famous Colombian painter and sculptor). On the way I must have taken at least a dozen photos of the balconies that line the streets here. We sat for lunch in the plaza and ate a typical dish: white fish, coconut rice, salad and patacones (fried plantain).



Eager to see if one of the resorts we had emailed earlier in the morning had responded, we headed back to Lucy’s to check our email. No response, so we searched some more for an island getaway we could afford. Juan made some phone calls and then we took a taxi to the office to book our trip. Another stroll in the old quarter led us to the India de Cartagena, and an ice-cream shop of course, and then a few hours later, we roamed the streets in search of dinner.

The next day we got up early to walk to the port to take the boat to the islands. It was sprinkling and the sky was full of dark clouds, threatening our beach time at the resort. By the time we reached our little oasis off the coast of Cartagena, the rain had stopped.

Before the rain returned we managed to go for a dip in the pool, eat a traditional lunch, and spend some time on the small strip of sand in front of the resort they called a beach. Later in the afternoon I went in search for Laguna Encantada (enchanted lagoon). Really it was just a bay beside the resort but it had an eerie feel due to the twisting trees upon entering.



The sun began to set but we only got a glimpse of the colored sky due to the clouds.

By this time, the resort was very quiet. Those that had come on the day trip to the island had left and there were just two other couples in addition to Juan Pablo and I on our side of the island. We headed back to our room to shower for dinner but soon found out that although we thought we were staying on an island resort, the term resort is not quite the same in Colombia as it is back home. There was no hot water in the shower. When we called to ask about it, we were informed that there was no hot water on the entire island because they don’t have water heaters. Air conditioning yes, but hot water no.

The next day we awoke to another grey sky, but after breakfast, the sun came out. We headed down to the sand and got in the water for a swim.



One of the locals selling necklaces told us about another beach not far away so after lunch and just before boarding the boat back to Cartagena, we ventured out of the resort and into the trees on a path that led us to the other side of the island. We had just enough time to take a peek at the view and head back.

As we walked from the port to Lucy’s, we came across a group of dancers in the plaza beside the clock tower. We stood to watch for a while until it began to rain.

It was our last night in Colombia, but since the traditional restaurants in the historic part of town were all quite expensive, we ended up at a small Argentine eatery. The next morning we woke up early to catch our flight. The flight was originally at 9:00 am but upon arrival to the airport (at 7:00 am), we found out that it had been changed and was leaving now at 7:50 am. We made it just in time to check in before they closed the flight.

The first leg of our trip, South America, was coming to an end; but not before one more little adventure. As I went through security, I was pulled aside and told to go upstairs to a room and to wait. A blonde girl leaving Colombia and headed for the United States, what do they want with me? Suddenly I had flash backs of Claire Danes in Broke Down Palace running through my head. For those of you who haven’t seen the movie, Claire is accused of trafficking drugs and sent to a Thai prison. When I got to the room upstairs I was asked to sign a document allowing them to conduct a body scan to ensure I didn’t have any drugs inside me. Of course I was clear so they let me go. Juan Pablo was also called up to the room and passed the scan. We were the last to board, but made it onto the plane towards Panama City, then Houston, then San Francisco, with one more stop for Juan Pablo in “el cuartito” (US immigration’s little room) in Houston.

Wednesday, September 15, 2010

Peru - Machu Picchu



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El Valle Sagrado (Pisaq y Ollantaytambo) y Machu Picchu


Por la mañana del sábado nos encontramos con el guía, que para nuestra sorpresa era Karen con quien hicimos el “city tour”, y junto con 30 personas más salimos rumbo al Valle Sagrado. Las paradas eran en Pisaq, Ollantaytambo y Chinchero. La última parada no la haríamos con el grupo porque de Ollantaytambo salía nuestro tren hacia Aguascalientes, pueblo que se encuentra debajo de Machu Picchu.


El Valle Sagrado fue un lugar importante durante el imperio Inca por dos razones. Una razon era porque se creía que estaba alineado con la vía Lactea, y la segunda porque era uno de los centros claves de extracción de productos naturales, principalmente maíz y papa. Su nombre viene del Río Sagrado (Río Urumbamba, Río Vilnacota o Río Wilcamayu como también se le conoce) que corre a lo largo del valle.

Nuestra primera parada fue Pisaq. Este complejo no se considera un lugar sagrado, sino más bien un lugar de intercambio comercial. Pachacutec (uno de los Incas de mayor influencia en el Imperio) lo construyó con el objetivo de controlar la ruta comercial entre Cusco y el Amazonas.

Por las numerosas terrazas que rodean la ciudad, los arqueólogos han concluido que también era un importante centro de cultivo. Las terrazas tenían el objetivo de facilitar el cultivo, ya que de otra forma hubiera sido imposible sembrar por la inclinación de las montañas.


Otro dato interesante es que los arqueólogos han concluido que los Incas construían respetando las montañas y el medio ambiente, ya que preferían seguir la forma del terreno antes de demolerlo o destruirlo.


Después de una parada para el almuerzo, llegamos a Ollantaytambo. También fue construido por órdenes del Inca Pachacutec para residencia personal y como centro ceremonial; pero nunca fue terminado. El contraste de los acabados de las construcciones son una muestra de que en la parte superior vivían los nobles mientras en la parte inferior donde estaban las terrazas, y las piedras están en bruto sin ningun acabado, era donde vivían los yanaconas quienes se encargaban de la siembra.

Frente a las terrazas de Ollantaytambo hay una montana llamada Pincu Ulluna, donde se encuentran las colcas o graneros. Estas fueron construidas en esta montana y a esta altura para aprovechar las corrientes de aire fresco y conservar los productos naturales como el grano y algunos vegetales.

Entre las colcas se puede distinguir la cara de una viejo, Tunupa, dios y protector de Ollantaytambo.


Una de las construcciones que llaman la atención en este complejo es una pared formada por seis rocas inmensas. Estos bloques que pesan mas de 50 toneladas fueron traidos desde una montana bastante retirada; podria decir que por lo menos a 75 kilomentros y en el medio esta el Rio Urubamaba. Los arqueologos que han estudiado esta ciudad tienen varias teorias de como y porque lo hicieron, pero solo son teorias.

Después de terminar la visita a las ruinas de Ollantaytambo, La Flaca y yo nos separamos del grupo y nos fuimos primero a la plaza del pueblo y luego a un café cerca de la estación ha esperar nuestro tren. Mientras estábamos en la plaza, pudimos de ver de forma mas clara, la tradición que tienen aquí de poner en el techo de las casas dos bueyes con una cruz. Esto significa buena suerte, fertilidad para los animales, y que la familia es católica. No todos tienen la cruz, pero todas las casas tienen los dos bueyes.


Después de una larga espera llego el tren y nos quedamos boquiabiertos con lo bien cuidado y mantenido que se encuentra. Llegamos Aguascalientes casi a las nueve de la noche y antes de acostarnos, arreglamos nuestro tour para Macchu Picchu al día siguiente.

El despertador sonó a las 5:00 am. Nos arreglamos y salimos rumbo al centro para buscar el camión que nos llevaría hasta la entrada de Machu Picchu, donde nos quedamos de ver con el guía. Desde que salimos del hostal, notamos que todas las montanas estaban cubiertas por las nubes. No era una buena señal ya que la ciudad de Machu Picchu esta allá en las alturas.

Llegamos a la entrada del complejo y vimos lo que temíamos; las nubes cubrían todo. Pero teníamos la esperanza de que cuando empezara el tour en una hora ya se hubiera despejado. Como lo leen, llegamos con una hora de anticipación. El tour iniciaba a las 8:00 y nosotros estábamos en la entrada, sentados en una banquita bastante incomoda, con frío y tapándonos del rocío de la mañana en un techito…y fue aquí, en este momento, donde me di cuenta que desde que perdí el control de mi horario, ósea desde que La Flaca tomo posesión de el, siempre llegamos tan temprano a todo que siempre estamos esperando. Me gustaba mas cuando a mi me esperaban.

A las 7:50 am, apareció nuestro guía y empezó a llamar por nombre a todos los miembros de su grupo y así alrededor de las 8:15 entramos a la antigua ciudad Inca que recibió el nombre de Machu Picchu (Montaña Vieja), ya que este es el nombre de la montaña donde esta localizada. La otra montaña que todos hemos visto en fotos es Huayna Picchu (Montaña Joven).

El primer turista en visitar esta ciudad fue el estadounidense Bingham en 1911. Se dice que es el primer turista porque los nativos de esta zona ya habían descubierto la llamada “Ciudad Perdida de los Incas” desde tiempo antes.

Después de entrar y caminar hacia la parte superior de la ciudad las nubes no se habían movido nada, al contrario, ya no se podía ver nada a 10 metros. La Flaca no estaba contenta, al igual que todos los demás turistas que hay nos encontrábamos, aunque para algunos ya era nuestra segunda vez visitando este lugar y ya habíamos visto esta ciudad en todo su esplendor.

El guía siguió adelante con las explicaciones e historia del lugar.

Como con muchos de los complejos Incas, los antropólogos y arqueólogos aun no han podido encontrar cual era el objetivo de Machu Picchu. Sin embargo, la cantidad de templos y sus acabados indican que era un lugar sagrado, siendo el mas importante el templo del Sol, pero la duda de porque construyeron esta ciudad a esta altura continua.

El templo de Sol es el único edificio circular, el cual tiene dos ventanas y en el centro dentro del templo un cuadro que simboliza la Pachamama (Madre Tierra). Cada solsticio de invierno el sol entra por una de las ventanas y toca con sus rayos a la Pachamama, y en el solsticio de verano entran por la otra ventana y hacen lo mismo. Las dos fechas eran de fiesta, ya que este evento representaba al dios del Sol fertilizando a la Pachamama y por tanto era había que sembrar.


Otro de los sitios que visitamos fue el Templo Principal. Este templo esta orientado hacia la cumbre de Machu Picchu y tiene 17 nichos donde se ponían ofrendas a los dioses. En la pared posterior se encuentra un altar donde se hacían sacrificios. Afuera de este templo se encuentra la mitad de la Chacana (Cruz del Sur). El que este solo la mitad fue hecho a propósito, ya que la Chacana se completa con la sombra que esta genera.

Al terminar la explicación de este templo, las nubes se movieron lo suficiente para dejarnos ver la Huayna Picchu, y una hora después el sol ya brillaba sobre toda la ciudad.


Otros dos de los puntos principales del tour fue la Itihuatana. Localizada en la parte superior del Machu Picchu urbano. Su nombre significa “donde uno ata el sol”. Por mucho tiempo se pensó que esta era un reloj de sol, pero mas tarde se descubrió que se usaba para determinar las temporada de siembra. En la actualidad mucha gente acerca su manos para llenarse de energía y dejar la negativa.


Por ultimo visitamos el templo del Cóndor. Este templo tiene la forma de un laberinto en el que, en la parte más baja, hay una escultura de granito con la forma de un cóndor andino. Hay dos piedras grandes que lo rodean en el que se representan las alas. Es obvio que este fue un lugar sagrado, construido con el propósito de rendir culto al Apu Kuntur (el Dios Cóndor).

Al terminar el tour nos sentamos en una de las terrazas a comer nuestro almuerzo, tratando no solo de llenar nuestro estomago sino también nuestra cabeza de imágenes, para no olvidar el paisaje que estábamos viendo.


Regresamos al punto mas alto de la ciudad para disfrutar la vista que las nubes habían bloqueado temprano en el día y ahí tomamos las ultimas fotos de la Ciudad Perdida de los Incas.



Esa misma noche tomamos el tren de regreso a Cusco y aprovechamos nuestra ultima noche en Perú para cenar con Sabrina y Ludovic, la pareja de franceses que habíamos conocido en Bolivia. Mañana temprano salimos a Cartagena de Indias, Colombia.

The Sacred Valley (Pisaq and Ollantaytambo) and Machu Picchu

On Saturday morning we met our guide, who to our surprise was Karen with whom we did the city tour, and along with 30 more people we headed to the Sacred Valley. The stops were in Pisaq, Ollantaytambo and Chinchero. We didn’t make the last stop with the group because our train was leaving from Ollantaytambo to Aguascalientes, the town that is found at the bottom of Machu Picchu.

The Sacred Valley was an important place during the Inca Empire for two reasons. One reason was because it was believed to be aligned with the Milky Way, and two because it was one of the key agricultural centers, primarily for corn and potatoes. Its name comes from the Sacred River (Urumbamba River, Vilnacota River, or Wilcamayu River as it is also known) that runs through the valley.


Our first stop was Pisaq. This complex was not considered a sacred place, but rather a place of commerce. Pachacutec (one of the most influential Incas in the empire) built it with the objective of controlling the commercial route between Cusco and the Amazon.


Due to the numerous terraces that surround the city, archaeologists have concluded that it was also an important agricultural center. The objective of the terraces was to facilitate agriculture, since it would have been impossible to farm in any other way because of the incline of the mountains.

Another interesting fact is that the archaeologists have concluded that the Incas constructed their cities respecting the mountains and the environment, since they preferred to follow the form of the earth rather than demolish or destroy it.

After stopping for lunch, we arrived to Ollantaytambo. It was also built under orders of the Inca Pachacutec for his personal residence and as a ceremonial site; but it was never finished. The contrast of the finish on the stones are a sign that in the upper part lived the nobles while in the lower part, where the terraces are found, and where the rough stones are found without any finish, were where the yanaconas (peasants) lived and took care of the harvest.

In front of the terraces of Ollantaytambo is a mountain called Pincu Ulluna, where the graineries are found. These were built on this mountain and at this particular height to take advantage of the cool winds to preserve the grain and vegetables.

Between the graineries one can see the face of an old man, Tunupa, God and protector of Ollantaytambo.


One of the ruins that particularly takes one’s attention in this complex is a wall formed by six immense rocks. These blocks that weigh more than 50 tons were brought from a mountain quite far away; that is to say at least 46 miles away and in the middle is the Urumbamba River. The archaeologists that have studied this city have various theories of how and why they did this, but they are only theories.


After finishing our visit to the ruins of Ollantaytambo, La Flaca and I separated from the group and went first to the plaza of the town and later to a café near the station to wait for our train. While we were in the plaza, we could see clearly the tradition that they have here of putting two bulls and a cross on the roofs of their homes. This signifies good luck, fertility for the animals, and that the family is catholic. Not all of them have a cross, but all of the houses have the two bulls.

After a long wait the train arrived and we were left with jaws dropped at how well maintained it was. We arrived to Aguascalientes at almost nine at night and before we went to bed, we arranged our tour to Machu Picchu for the following day.

The alarm sounded at 5:00 am. We got ready and headed to the center of town to look for the bus that would take us to the entrance of Machu Picchu, where we had agreed to meet our guide. From the time we left the hostel, we noticed that all the mountains were covered with clouds. This was not a good sign since the ruins of Machu Picchu are up there.

We arrived to the entrance and saw what we had feared; the clouds were covering everything. But we hoped that by the time the tour began in an hour that they would have cleared. As you have read, we arrived with one hour to spare. The tour started at 8:00 and we were at the entrance, sitting on a bench that was quite uncomfortable, cold and sheltering ourselves from the mist of the mountain…and it was here, in this moment, that I realized that since I lost control of the schedule, in other words since La Flaca took over, we always arrived so early to everything that we were always waiting. I liked it better when it was me they were waiting for.

At 7:50 am, our guide appeared and began calling each group member’s name and at about 8:15 we entered the ancient Inca city that was named Machu Picchu (Old Mountain), since this was the name of the mountain where it was located. The other mountain that we have all seen in photos is Huayna Picchu (Young Mountain).


The first tourist to visit this city was an American named Bingham in 1911. It is said that he was the first tourist because the natives of this area had already discovered the Lost City of the Incas.

After entering and walking along the upper part of the city, the clouds had not moved at all. On the contrary, you couldn’t see anything 30 feet in front of you. La Flaca was not happy at all, along with the rest of the tourists that were with us, even though for some of us it was our second time visiting this place and we had already seen this city in all of it’s splendor.

The guide continued on with explanations and history of the place.

Like many of the Inca complexes, anthropologists and archaeologists still have not discovered the objective of Machu Picchu. However, the quantity of temples and the finish of the stones indicate that this was a sacred place, the most important being the Temple of the Sun, but the question of why this city was built at this altitude remains.

The Temple of the Sun is the only circular building, of which has two windows and in the center a square that symbolizes Pachamama (Mother Earth). Each winter solstice the sun enters one of the windows and touches Pachamama with its rays, and on the summer solstice it enters through the other window and does the same. These two dates are celebrated, since this event represents the God of the Sun fertilizing Mother Earth and the beginning of the harvest.

Another one of the places we visited was the main temple. This temple is facing the top of Machu Picchu and has 17 niches where offerings were placed for the gods. At the back wall is an altar where sacrafices were made. Outside this temple is half of the Chacana (Southern Cross). Only half of the cross is found on purpose, since the Chacana is completed by its shadow that is generated by the sun.

By the end of this explanation, the clouds had moved enough to let us see Huayna Picchu and an hour later the sun was shining over the entire city.

Another main point on the tour was Itihuatana, located on the upper part of the city of Machu Picchu. Its name signifies “where one holds the sun.” For a long time it was believed that this was a sundial, but later it was discovered that it was used to determine the harvest season. Now, a lot of people put their hands close to the rock to fill themselves with positive energy.

Lastly, we visited the temple of the Condor. This temple is shaped like a labrynth, and in the lowest part is a granite carving in the form of an Andean condor. There are two large rocks that surround it that represent its wings. It’s obvious that this was a sacred place, built with the intention of worshipping Apu Kuntur (the Condor God).

At the end of our tour we sat on one of the terraces to eat our lunch, trying to not only fill our bellies but also our heads with images of this place, to not forget the beauty at which we were looking.


We returned to the highest point of the city to enjoy the view that the clouds had blocked earlier in the day and there we took our last photos of the Lost City of the Incas.

This same night we took the train back to Cusco and spent our last night in Peru eating dinner with Sabrina and Ludovic, the French couple we had met in Bolivia. Tomorrow we leave early for Cartagena de Indias, Colombia.