Thursday, January 6, 2011

Indonesia: Bali I


(scroll down for English version)

Legian y Seminyak

Llegamos a Bali, Indonesia por la noche y tan pronto nos bajamos del avión, comenzamos a sentir el calor y la humedad del sureste asiático. Salimos del aeropuerto y cogimos un taxi. Nos llevo de Denpasar, que es la capital de la provincia de Bali, ha Legian, barrio donde esta nuestro hotel.

Indonesia tiene una población de alrededor 240,000,000 de habitantes (el cuarto país mas poblado del mundo) distribuida en sus 17,508 islas, de las cuales pensamos visitar solo dos o tres (Bali, Gili Trawangan y/o Gili Air).

Llegamos a nuestro hotel, nos registramos, e iniciamos la larga y complicada caminata hasta nuestro cuarto, que resulto ser una suite con dos pisos, regadera y baño a la intemperie, y sala. Estábamos sorprendidos con el cuarto y solo esperábamos que cuando saliéramos de el lo pudiéramos encontrar entre el laberinto de pequeños edificios que componen el hotel.


A la mañana siguiente, nos arreglamos, desayunamos, y salimos a caminar. Teníamos la intención de conocer un poco de Legian y Seminyak, rentar un carro para ir a recorrer la isla de Bali, y arreglar nuestro transporte hacia las islas Gilis, que forman parte de la provincia de Nusa Tenggara del Oeste.

No habíamos recorrido cien metros cuando un tipo me sorprendió con unos boletitos como de lotería. Nos dio dos, uno para la Flaca y otro para mi. Los abrimos y el mío indicaba que había ganado un premio; todavía no sabia cual era, si una cámara digital, una semana en un hotel lujoso, o 500 dólares estadounidenses en efectivo. Para saber que premio era y recibirlo, aquí era donde estaba el chanchullo; teníamos que ir a una platica, lo que significa que era algo donde vendía tiempo compartido.

Lo platicamos unos minutos y decidimos que no teníamos nada que perder, mas que una hora de nuestro tiempo y podíamos ganar algo, esperábamos fueran los 500 dólares estadounidenses. Nos subimos al taxi con el amigo y nos llevaron a unas oficinas donde platicamos con una representante de ventas y donde decidimos rechazar la oferta de ser miembros de su tiempo compartido, ya que no es el tipo de hotel donde usualmente nos hospedamos.

De salida, me dieron el segundo boletito y al abrirlo, el premio fue una semana en uno de sus hoteles. Tienen varias opciones como Tailandia, España, Grecia, Portugal, etc. La condición es reservar con 45 días de anticipación; vamos a ver si es verdad y lo podemos usar durante nuestra estancia en Tailandia o si solo es un engaño.

Cogimos otro taxi que nos llevo para Seminyak; ya teníamos hambre así que decidimos caminar un poco para encontrar un restaurante. Después de un rato sin encontrar nada, nos dimos cuenta que estábamos un poco perdidos, pero cerca de la playa, así que decidimos ir para allá.

Arena de color café obscuro, el océano (Indico) sucio y de color azul obscuro, no tenia nada de lo que yo imaginaba, mas que los lujosos hoteles. Sinceramente quede un poco decepcionado por la playa de Bali.

Caminamos un poco por la arena hasta que concluimos que no íbamos a encontrar nada de comer por ahí, así que decidimos cruzar por uno de los hoteles y regresar a la calle. Por fin encontramos un restaurante; fue nuestra primera experiencia comiendo comida balinesa. La comida era muy rica y el precio era fantástico.

No cabe duda, que ahora que salimos de Nueva Zelanda y Australia, nuestro presupuesto se va a ver beneficiado por que los precios de todo son mucho mas bajos en Asia.

Al terminar de comer, caminamos por una de las calles principales, llena de comercios y restaurantes. Así tranquilamente fuimos conociendo la ciudad y terminamos de llegar a Asia.

Volvimos a llegar a la playa para ver el atardecer, pero mientras era hora de que el sol se ocultara, nos sentamos en un restaurante a tomar una cervecita, un jugo, y aprovechar la red inalámbrica para leer nuestro correo electrónico.

El atardecer fue muy bonito. Mientras el sol iba bajando, el cielo fue cambiando de tonos de amarillo, naranja, después rojo.


Terminamos el día cenando en un restaurante cerca del hotel, disfrutando de mas platillos locales.

Por la mañana fueron a dejarnos el Jeep que rentamos el día anterior y en el cual vamos a recorrer Bali. Por doce dólares estadounidenses al día, sin mostrar licencia, ni pasaporte, ni otro tipo de identificación, me dieron las llaves de “Jaime,” nombre que le pusimos al Jeep.
Dejamos el hotel con rumbo a Lovina, un poblado en el norte de Bali. Con mapa en mano, iPhone con mapas de Google en la otra, y mucha paciencia, la Flaca era la navegadora. Mientras yo conducía entre cientos de motonetas y otros carros, ella trataba de darme direcciones.

Una vez en que dejamos la ciudad, paramos a comer el almuerzo en un pequeño restaurante situado a la orilla de la carretera. No había nadie mas en el restaurante y como pudimos pedimos de comer. Con un suave música de Bali saliendo de las bocinas y viendo los campos de arroz y la verde vegetación del otro lado de la carretera, disfrutamos de nuestro almuerzo.


Seguimos nuestro camino, y al llegar a las montanas, nos encontramos con la lluvia, que nos acompaño por un largo rato, casi hasta que llegamos a Lovina donde después de varias vueltas pudimos encontrar el hotel donde nos hospedaríamos.


Legian and Seminyak

We arrived to Bali, Indonesia at night and as soon as we go off the plane, we began to feel the heat and humidity of Southeast Asia. We left the airport and got in a taxi. It took us from Denpasar, the capital of the province of Bali, to Legian, the neighborhood where our hotel is located.

Indonesia has a population of about 240,000,000 inhabitants (the fourth most populated country in the world) distributed among 17,508 islands, of which we are thinking of visiting only two or three (Bali, Gili Trawangan and/or Gili Air).

We arrived to our hotel, registered, and began our long and complicated walk to our room, which turned out to be a suite with two floors, outdoor shower and bath, and living room. We were surprised by the room and only hoped that when we left we could find our way through the labyrinth of small buildings that make up the hotel.


The next morning, we got ready, ate breakfast, and went out for a walk. We had the intention of getting to know Legian and Seminyak a bit, renting a car to get around the island of Bali, and arranging our transport to the Gilis, which form part of the West Nusa Tenggara province.

We hadn’t walked a little more than 300 feet when a guy surprised me with some lottery type tickets. He gave us two, one for la Flaca and another for me. We opened them and mine indicated that I had won a prize; I still didn’t know which one, if it was a digital camera, a week in a resort, or 500 US dollars in cash. To know which prize it was and to receive it, here is where the catch was; we had to go to a presentation, which indicated that it was somewhere that was selling a time-share.

We talked it over for a few minutes and decided that we had nothing to lose, except an hour of our time and we could win something, hopefully the 500 US dollars. We got in the taxi with the guy and they took us to some offices where we spoke with a sales representative and where we decided to turn down the offer to become members of their time-share, since this was not the type of accommodation where we typically stay.

As we left, they gave me the second ticket and upon opening it, the prize was a week in one of their resorts. They have various options including Thailand, Spain, Greece, Portugal, etc. The condition is that you have to reserve 45 weeks before; let’s see if this is for real and we can use it during our time in Thailand or if this is only a scam.

We got in another taxi that took us to Seminyak; we were hungry so we decided to walk a little to find a restaurant. After a while without finding anything, we realized that we were a little lost, but close to the beach, so we decided to walk along it.

The dark brown sand, the dirty and dark blue Indian Ocean, didn’t have anything to do with what I had imagined, except for the luxury hotels. Honestly, I was left a bit disappointed with the beach in Bali.

We walked for a bit on the sand until we concluded that we were not going to find anything to eat here, so we decided to cross one of the hotels and return to the street. We finally found a restaurant; it was our first encounter with Balinese food. The food was very good and the price was fantastic.

Without a doubt, now that we had left New Zealand and Australia, our budget is going to benefit because the prices of everything in Asia are much lower.

After we finished eating, we walked along one of the main roads, full of shops and restaurants. We slowly went along getting to know the city and came to realize that we had in fact arrived to Asia.

We returned to the beach to watch the sunset, but meanwhile it was time for the sun to begin to set, we sat in a restaurant to have a beer, a juice, and take advantage of the wifi to read our email.

The sunset was very pretty. As the sun began to set, the sky changed from tones of yellow, orange, then red.


We ended the day eating dinner in a restaurant near the hotel, enjoying more local dishes.

In the morning they left us the Jeep we had rented the day before and in which we are going to drive around Bali. For twelve US dollars, without showing a license, or a passport, or any other type of identification, they gave me the keys to “Jaime,” the name we gave the Jeep.

We left the hotel toward Lovina, a town in the north of Bali. With map in one hand, iPhone with Google maps in the other, and a lot of patience, la Flaca was the navigator. While I drove between hundreds of motorbikes and other cars, she tried to give me directions.

Once we left the city, we stopped to eat lunch in a small restaurant located alongside the road. There was no one else in the restaurant and we ordered as best we could. With smooth Balinese music coming out of the speakers and looking at the rice fields and green vegetation on the other side of the road, we enjoyed our lunch.


We continued on our way, and upon arriving to the mountains, we met the rain, which accompanied us for a long time, almost until we reached Lovina where after various turns we were able to find the hotel where we were going to stay.

No comments:

Post a Comment