Tuesday, December 6, 2011

Vietnam - Hanoi and Sapa


(scroll down for English version)

Vietnam – Hanoi and Sapa

Nos levantamos temprano y nos dirigimos a la estación de tren de Hanoi para comprar boletos a Sapa para mañana por la noche. Luego caminamos por la ciudad para visitar el Templo de la Literatura, que se supone que es una buena representación de la arquitectura típica de Vietnam. Pasamos algún tiempo caminando a través de varios de sus patios.











En Hanoi hacia mucho más frío de lo que esperábamos. Todos habíamos enviado a casa la mayor parte de nuestra ropa de invierno. Por suerte, cerca había un restaurante de Pho, así que entramos a calentarnos con un poco de sopa caliente. Después del almuerzo, Christiane y Chris fueron a comprar algunas chaquetas para el viaje a Sapa, mientras que Juan Pablo y yo caminamos por toda la ciudad a una peluquería que la recepcionista del hotel nos había recomendado. Juan Pablo necesitaba desesperadamente de un corte de pelo, pero quería ir a algún lugar donde hablaran Inglés.



Con el pelo recién cortado, volvimos al hotel por la computadora y fuimos a la cafetería de a lado por café, jugo y WiFi. Pasamos la tarde seleccionando fotos para la siguiente entrada del blog, subiéndolas, y haciendo algunas investigaciones sobre la forma de viajar desde Hanoi a Luang Prabang en Laos. Mientras Christiane y Chris discutieron los planes de boda con su familia en casa a través de Skype, Juan Pablo y yo fuimos a cenar. Encontramos un café tranquilo, acogedor y disfrutamos de una cena deliciosa, solo nosotros dos.

A la mañana siguiente, empacamos y nos fuimos temprano para visitar el mausoleo de Ho Chi Minh. (Sólo abre de 8:00-11:00 am de martes a domingo). Se encuentra ubicado en el centro de la Plaza Ba Dinh, que es el lugar donde Ho Chi Minh leyó la Declaración de la Independencia en 1945, estableciendo la República Democrática de Vietnam. Los guardias en la entrada y alrededor del monumento eran muy particulares acerca de cómo y dónde se debe caminar, por razones de seguridad y también para asegurar que los visitantes siguen siendo respetuosos (por ejemplo, no se puede tener las manos en los bolsillos).



Caminamos dentro del edificio de granito y subimos una escalera. Cuando doblamos la esquina, estábamos en una habitación con una caja de cristal rodeada de guardias. Dentro de la caja, descansa en paz, estaba Ho Chi Minh. No me esperaba ver a su cuerpo. Era una sensación extraña, parecía como si acabara de dormirse. Juan Pablo me dijo que había leído que en realidad Ho Chi Minh deseaba ser incinerado, pero el pueblo vietnamita no quería dejarlo ir y querían ser capaces de rendirle homenaje. Aunque puedo entender esto, es triste que no siguieron sus deseos, sobre todo porque lo querían y respetaban tanto. Al salir del mausoleo, recogimos nuestras cámaras y mochilas y entramos al museo Ho Chi Minh con la esperanza de que aprenderíamos más acerca de sus ideas y su vida. Nos quedamos muy decepcionados al encontrar que el museo parecía estar lleno de propaganda más que historia.

Siguiendo con su práctica de leer libros sobre los países que vamos visitando, Juan Pablo leyó uno que hablaba de Ho Chi Minh y de la Guerra Americana, como se le conoce en Vietnam, o el Conflicto o Participación en Vietnam como le llamaban los miembros del gobierno de Estados Unidos.  Juan Pablo les comenta…

Ho Chi Minh fue revolucionario y padre del Movimiento de Independencia Viet Minh desde 1941, cuando regreso a su país, después de vivir en EUA, Inglaterra, Francia, URSS y China.

Como otros con los que EUA ha tenido conflictos armados, Ho Chi Minh fue su aliado y le apoyaron, aunque no oficialmente, durante la intervención y guerra con Francia, sin embargo cuando los franceses fueron derrotados y salieron del país asiático y la amenaza comunista creció, las relaciones con EUA terminaron.

La Guerra de Vietnam fue un evento terrible en la historia de la humanidad. Murieron más de 1.2 millones de sur y nor vietnamis (incluyendo soldados, mujeres, infantes y ancianos). También murieron cerca de 60,000 soldados estadounidenses (figura incluye a aquellos que estuvieron desaparecidos en acción), estos últimos peleando una guerra a 14,500 km de su país, tratando de evitar la expansión del comunismo, las cuales ellos se encargaron de hacer durante los más de 25 años (no hay una fecha exacta de cuando empezó el conflicto armado pero se sabe que termino en 1975) que duro su Experiencia en Vietnam, como también le llamaban.

En Irak, el Presidente Bush convenció al pueblo estadounidense y al Congreso sobre los misiles de destrucción masiva; en Vietnam el Presidente Johnson invento, como se menciona en un documento que público el NSA (Agencia de Seguridad Nacional de EUA, por sus siglas en Inglés) en 2005,  que los navíos estadounidense USS Turner Joy y USS Maddox habían sido atacados el 2 y el 4 de agosto de 1964 en el Golfo de Tonkin por los norvietnamis. Esté engaño dio el apoyo del público y del Congreso estadounidense al Presidente. Un Presidente, que según el senador Fulbright, era muy inteligente pero con poca experiencia en asuntos internacionales, ya que solo había visitado México…así como la Republicana candidata a vicepresidenta de EUA en las pasadas elecciones.

Otro evento desconcertante con el cual el Comité Nobel Noruego perdió toda credibilidad, desde mi punto de vista, fue que Henry Kissinger y Le Durc Tho fueron nombrados Premios Nobel de la Paz en 1973 por negociar un alto el fuego. Le Durc Tho lo rechazó porque su país seguía en guerra. Sin embargo, Henry Kissinger tuvo el descaro de aceptarlo.

No hay un criterio específico para definir quien debe ganar el Premio Nobel, sin embargo, Alfred Nobel dijo que el Premio debía ser entregado a la persona que “haya trabajado más o mejor a favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de congresos de paz.”

Kissinger no solo promovió la participación política, la invasión armada y los bombardeos, también interrumpió deliberadamente las negociaciones de paz en varias ocasiones para presionar sus condiciones con más bombardeos. Además, junto con Nixon, decidieron secretamente bombardear Laos y Cambodia. Aún así fue nominado y premiado con el Nobel de la Paz.

Me pregunto, si Robert Mugabe (Zimbabwe), Saddam Hussein (Irak), Idi Amin (Uganda) y muchos otros que han abusado de su poder, asesinado y desparecido a miles de personas también merecen ser nominados?

Salimos a buscar algo de comer y luego pasamos la tarde paseando alrededor de Hanoi. Compré unos guantes tejidos para llevar conmigo a Sapa. Más tarde, después de dejar nuestro equipaje en el Hotel Little Hanoi para que lo guarden hasta nuestro regreso de Sapa, nos fuimos todos a cenar al Kangaroo Café, un restaurante propiedad de un australiano que está viviendo en Hanoi. Nos  dio risa ver un mapa de la ciudad que apunta en dirección de lo que describió como el verdadero Kangaroo Café. El mapa también señalaba los tres falsos. Creo que ya he mencioné, en el último blog, que Hanoi es un paraíso para los imitadores - los productos y las agencias; bueno pues también hay copias piratas de restaurantes. El restaurante nos llamó un taxi y nos dirigimos a la estación de tren para nuestro viaje nocturno a Sapa. A medida que caminaba al lado del tren, veía con nostalgia el interior de las cabinas de lujo con la secreta esperanza de que una de esas fuera la nuestra. La nuestra no era tan agradable, pero kilómetros por encima de lo que había experimentado en la India.

El tren llegó a Lao Cai a las 5:00 am del día siguiente y una mujer nos estaba esperando para llevarnos a un minibús que nos traslado a Sapa, a unos 50 km en las montañas. La niebla era tan espesa, que no estábamos seguros de cómo el conductor sería capaz de llevarnos en una sola pieza. Cerré los ojos y trate de dormir, pero Juan Pablo no podía apartar sus ojos del camino, bueno al menos de la niebla. Llegamos a la casa de huéspedes de manera sanos y salvos. Mientras caminábamos por dentro, me di cuenta de que la temperatura no había cambiado mucho. Hacía mucho frío...había una habitación lista así que nos metimos los cuatro y dormimos por un par de horas. Alrededor de las 9:00 am, nos fuimos arriba a desayunar. El restaurante estaba en el piso superior y rodeado de ventanas, pero no podíamos ver lo que me imaginaba sería una magnífica vista si la niebla no estuviera. El comedor era, esencialmente, una terraza en la azotea que había sido cerrada con vidrio, madera y bambú así que todos nos temblábamos de frió durante el desayuno.

Juan Pablo y yo nos registramos en nuestra habitación después del desayuno. Para nuestra consternación, el calentador de agua caliente no funcionaba correctamente por lo que el agua pasaba de caliente a frío hielo cada pocos minutos. Nos bañamos rápidamente y pedimos que nos cambiaran de habitación, después de ver que no pudieron arreglar el calentador de agua. Una vez que todos estábamos preparados, nos aventuramos a la ciudad para encontrar algo de comer y luego caminar a través del mercado hacia el pueblo Cat Cat.



Tan pronto como salimos del mercado, las mujeres de los pueblos locales comenzaron a seguirnos para convencernos de comprarles artesanías. Todas hicieron las mismas preguntas: ¿Cuál es tu nombre? ¿De dónde eres? ¿Cuántos años tienes? ¿Tienes hermanos y hermanas? ¿Cuánto tiempo está en Sapa? A pesar de decirles que no vas a comprar, continúan caminando contigo.


Paseamos por el pueblo, bajando por los escalones de piedra y a lo largo de las terrazas de arroz hasta que llegamos a un puente colgante. Junto a el había una cascada.









Al otro lado del puente, me detuve para ver un hombre hacer joyería de plata. Continuamos a través de las colinas de casas rurales y entre la niebla hasta que regresamos a donde originalmente bajamos a la aldea Cat Cat.




Christiane y Chris se fueron al hotel, mientras que Juan Pablo y yo caminamos hasta la iglesia. Había mucha niebla dándole a la iglesia un aura misteriosa.


Esa noche, encontramos un restaurante con una chimenea para la cena. Tan frío como se pone aquí en la montaña y ninguno de los edificios cuentan con calefacción central. Mientras que la comida no era tan inspiradora, tenían un té buenísimo de manzana con sabor a sidra de manzana. El té junto a la chimenea hicieron que el lugar mereciera la visita.



Al día siguiente hicimos algunas caminatas por el campo y varias aldeas. Una vez más, varias mujeres locales nos seguían con la esperanza de que les compráramos algo.












En el camino, algunas niñas locales se nos unieron. Una de ellos, en particular, decidió quedarse cerca de mí. Su nombre era Cu y tenía 10 años. Ella era de uno de los pueblos que pasamos durante nuestra caminata. 






Después de parar para almorzar, continuamos en un camino muy lodoso. Al dar un paso en el lodo, mi pie se hundió y el lodo me llegó hasta la mitad de la pantorrilla; estaba feliz de haber tomado prestadas un par de botas de hule de la casa de huéspedes. Cu amablemente tomó mi mano y me guió por el camino fangoso. Ella era una chica fuerte y me salvó de caer en varias ocasiones. Un poco más adelante en el camino, otra chica de la misma edad, Va, se unió a nosotros. Tenía una chica local en cada mano, me guiaban por los cerros, por las terrazas de arroz, y por el lodo, me señalaban en donde debía dar el paso y poniendo sus pequeños pies al lado del mío en un ángulo para que yo no resbalara. Seguí, dándoles las gracias, pero cada vez que iba a dejar ir su mano, tomaban mi mano otra vez, insistiendo en querer ayudarme y guiarme.





Después de casi dos horas, llegamos a la carretera y, como sospechaba, las chicas me preguntaron si quería comprar alguna artesanía de ellas. En lugar de eso sólo les dio un poco de dinero como muestra de agradecimiento. Parecían contentas y Va se acercó a darme una pulsera de hilo y les pedí que se tomaran una foto conmigo, en lugar de darme la pulsera.



Después de limpiar mis botas en el río, todos caminamos a donde el autobús nos esperaba. Cu y Va estuvieron junto a mí hasta que me metí en el autobús. Me vieron por la ventana y nos despedimos con la mano. Yo seré una de los muchos turistas que escoltan a través del barro, pero yo siempre las recordaré como los angelitos que me ayudaron en la caminata por el lodo y en las afueras de Sapa.

Pasamos el resto de la tarde tratando de mantener el calor en el hotel hasta la hora de la cena.

A la mañana siguiente, no había luz por lo que el calentador se había apagado. Hacía tanto frío que podía ver mi aliento en la habitación. Pensé que ayer hacia frío cuando salí de la ducha y vi vapor saliendo de mi cabello mojado, pero hoy se sentía más frío. No es necesario decir que pasamos la mayor parte del día cerca de la chimenea, tomando té de manzana y viendo una película en la computadora hasta que llegó el momento de coger el microbús a la estación de tren.



Vietnam – Hanoi and Sapa

We woke up early and headed over to the train station in Hanoi to purchase tickets to Sapa for tomorrow night.  We then walked through the city to visit the Temple of Literature, which is supposed to be a good representation of typical Vietnamese architecture.  We spent some time walking through its several courtyards. 













Hanoi was much colder than we anticipated.  We all had sent home most of our winter clothes.  Luckily, nearby was a Pho restaurant so we went inside to warm up with some hot soup.  After lunch, Christiane and Chris went to shop for some jackets in order to get them through our trip to Sapa while Juan Pablo and I walked across the city to a salon the hotel receptionist had recommended.  Juan Pablo was in desperate need of a haircut but wanted to go somewhere where they spoke English.




With his hair freshly cut, we returned to the hotel for the laptop and went next door for coffee, juice, and WiFi.  We spent the afternoon selecting photos for the next blog entry, uploading them, and doing some research regarding how to travel from Hanoi to Luang Prabang in Laos.  While Christiane and Chris discussed wedding plans with their family back home via Skype, Juan Pablo and I went to dinner.  We found a quiet, cozy café and enjoyed a yummy dinner, just the two of us.

The next morning, we packed our bags and left early to visit Ho Chi Minh’s mausoleum.  (It’s only open from 8:00-11:00 am Tuesday through Sunday.)  It’s located in the centre of Ba Dinh Square, which is the place where Ho Chi Minh read the Declaration of Independence in 1945, establishing the Democratic Republic of Vietnam.  The guards at the entrance and surrounding the monument were very particular about how and where you should walk, for security reasons and also to ensure visitors remain respectful (i.e. you cannot have your hands in your pockets). 





We walked inside the large granite building and up a staircase.  When we turned the corner, we were inside a room with a glass case surrounded by guards.  Inside the case, resting peacefully, was Ho Chi Minh.  I hadn’t expected to see his body.  It was an eerie feeling; he looked as if he were just asleep.  Juan Pablo told me that he’d read it was actually Ho Chi Minh’s wish to be cremated but the Vietnamese people didn’t want to let him go and wanted to be able to pay homage to him.  While I can understand this, it’s sad that they didn’t follow his wishes, particularly since they loved and respected him so much.  Upon exiting the mausoleum, we picked up our cameras and bags and went inside the Ho Chi Minh museum with the hope that we’d learn more about his ideas and his life.  We were disappointed to find that the museum seemed to be filled with more propaganda than history. 

Following in his tradition of reading books about the countries that we were visiting, Juan Pablo read one that spoke about Ho Chi Minh and the American War, as it is known in Vietnam, or the Conflict or Participation in Vietnam as the US government referred to it.  Juan Pablo comments…

Ho Chi Minh was a revolutionary and father of the Viet Minh Independence Movement beginning in 1941 when he returned to his country after living in the US, England, France, The Soviet Union and China.

Like others who have had armed conflict with the US, Ho Chi Minh was first an ally who the US supported, although not officially, during the intervention and war with France; however, when the French were defeated and left Vietnam and communism began to grow, the relationship with the US ended.

The Vietnam War was a terrible event in the history of humanity.  More than 1.2 million Southern and Northern Vietnamese died (including soldiers, women, children and elderly people).  About 60,000 American soldiers also died (figure includes those who were MIA), soldiers who were fighting a war 9,000 miles away from their country, trying to avoid the expansion of communism, which they undertook for more than 25 years (there isn’t an exact date for when the armed conflict began but it ended in 1975) in what they also called their Experience in Vietnam.

In Iraq, President Bush convinced the American public and Congress of the existence of  weapons of mass destruction; in Vietnam, President Johnson invented, as it is mentioned in a document published by the NSA (National Security Agency in the US) in 2005, that the American ships USS Turner Joy and USS Maddox had been attacked by the Northern Vietnamese on August 2nd and 4th, 1964 in the Gulf of Tonkin.  This deception won the President the support of the American public and Congress.  A President, who according to Senator Fulbright, was very intelligent but with little experience in international relations, since he had only visited Mexico…like the Republican candidate for Vice President in the last US elections.

Another disconcerting event in which the Norwegian Nobel Committee lost all credibility, from my point of view, was when Henry Kissinger and Le Durc Tho were nominated winners of the Nobel Peace Prize in 1973 for negotiating a ceasefire between Northern Vietnam and the US.  Le Durc Tho declined the honor because his country was still at war.  However, Henry Kissinger had the brazenness to accept it.

There is no specific criteria to define who should win the Nobel Prize, however, Alfred Nobel said that the prize should be given to the person who has “done the most or the best work for the fraternity between nations, for the abolition or reduction of standing armies and for the holding and promotion of peace congresses.”

Kissinger not only promoted political participation, armed invasion and bombings, he also deliberately interrupted peace negotiations on various occasions to stress his conditions with more bombings.  Moreover, along with Nixon, he decided to secretly bomb Laos and Cambodia.  Even so, he was nominated and awarded the Nobel Peace Prize.

I ask, does Robert Mugabe (Zimbabwe), Saddam Hussein (Iraq), Idi Amin (Uganda) and many others who have abused their power, killed and wiped out thousands of people, also deserve to be nominated?

We went looking for some lunch and then spent the afternoon wandering around Hanoi.  I picked up some knit gloves to take with me to Sapa.  Later in the evening, after dropping our bags at the Little Hanoi Hotel to store until our return from Sapa, we all went for dinner at the Kangaroo Café, a restaurant owned by an Australian who was now living in Hanoi.  We chuckled when we saw a map of the city pointing to their address describing it as the real Kangaroo Café.  The map also pointed out the three fakes.  I believe I mentioned in the last blog that Hanoi is a haven for knock offs - products and agencies; well, there are knock off restaurants too.  The restaurant called us a taxi and we headed to the train station for our overnight ride to Sapa.  As we walked alongside the train, we longingly looked inside at the luxury cabins secretly hoping that one of those was ours.  Ours was not quite as nice, but miles above what we’d experienced in India.

The train arrived to Lao Cai at about 5:00 am the next morning and a woman was waiting for us to take us to a minibus that would transfer us to Sapa, about 50 km up into the mountains.  The mist was so thick, we weren’t sure how the driver was able to get us there in one piece.  I closed my eyes and slept on and off but Juan Pablo couldn’t take his eyes off the road, well at least the mist.  We arrived to the guesthouse safely.  As we walked inside, I noticed the temperature hadn’t changed much.  It was freezing…there was one room ready so the four of us piled in and went to sleep for a couple more hours.  At around 9:00 am, we went upstairs to breakfast.  The restaurant was on the top floor and surrounded by windows, but we couldn’t see what I imagined would be a magnificent view if the mist cleared.  The room was essentially a rooftop terrace that had been enclosed with glass and plywood plus bamboo so we all shivered through breakfast.

Juan Pablo and I checked into our room after breakfast.  To our dismay, the hot water heater wasn’t working properly so it changed from scolding hot to ice cold every few minutes.  We both quickly showered and asked to change rooms after they couldn’t fix the water heater.  Once we were all ready, we ventured into town to find some lunch and then walked through the market to Cat Cat village. 





As soon as we got through the market, local village women began following us to convince us to buy handicrafts.  They all asked the same questions:  What’s your name?  Where are you from?  How old are you?  Do you have brothers and sisters?  How long are you in Sapa?  Even though you say you are not going to buy, they continue to walk with you.


We strolled through the village, down the stone steps, and along rice terraces until we reached a hanging bridge.  Next to it was a waterfall. 











Across the bridge, I stopped to watch a man making silver jewelry.  We continued on through the hills by rural homes and through the mist until we had looped back around to where we had originally walked down to Cat Cat village. 





Christiane and Chris went on to the hotel while Juan Pablo and I walked up to the church.  It was incredibly misty which gave the church an eerie aura.


That evening, we found a restaurant with a fireplace for dinner.  As cold as it gets up here in the mountains, none of the buildings have central heating.  While the food wasn’t that inspiring, they had a great apple tea that tasted like apple cider.  The tea coupled with the fireplace made the place well worth a visit.





The next day we did some trekking through the countryside and several villages.  Again, we had several local women following us in hopes that we’d buy something from them. 













Along the way, some young girls joined us.  One, in particular, decided to stay close to me.  Her name was Cu and she was 10 years old.  She was from one of the villages we walked through on our trek.   







After we stopped for lunch, we continued on a very muddy path.  As I stuck my foot into some mud that came half way up my calf, I was happy that I borrowed some rubber boots from the guesthouse.  Cu kindly grabbed my hand and guided me along the muddy path.  She was a strong girl and saved me from slipping on several occasions.  A bit further on down the road, another girl about the same age, Va, joined us.  I had a local holding each hand guiding me over the hills, by the rice terraces, and through the mud pointing to where I should step and placing their small feet next to mine at an angle to keep me from slipping.  I kept thanking them, but each time I went to let go, they would take my hand again, insisting to help me and guide me.






After almost 2 hours, we reached the road and, as I suspected, the girls asked if I’d buy some handicrafts from them.  Instead I just gave them some money as a thank you.  They seemed pleased and Va reached out to give me a yarn bracelet and I asked for a photo with them instead. 



After cleaning off my boots in the river, we all walked up to where the bus was waiting for us.  Cu and Va were still beside me until I got into the bus.  They looked at me through the window and we waved to each other.  I will just be one of the many tourists that they escort through the mud, but I’ll always remember them as the little angels that helped me trek through the muddy villages outside Sapa.

We spent the remainder of the afternoon trying to keep warm in the hotel until it was time for dinner.

The next morning, the power was out so the space heater had turned off.  It was so cold that I could see my breath in the room.  I thought it was cold the day before when I got out of the shower and saw the steam rising from my wet hair, but today it felt colder.  Needless to say, we spent most of the day by the fire drinking apple tea and watching a movie on our laptop until it was time to catch the minibus to the train station.