Sunday, June 26, 2011

Cambodia - Battambang


(scroll down for English version)

Cambodia – Battambang

Salimos de Bangkok temprano por la mañana y cogimos un autobús hacia Aranyaprathet, una pequeña población que hace frontera con Poipet, Cambodia. El viaje duro unas tres o cuatro horas. En la central de Aranyaprathet, negociamos con una chica para que nos llevara en su tuk tuk a la frontera. La chica nos llevo a sacar la visa, donde según los que nos atendían, era el lugar oficial. Claro que nos querían cobrar cien dólares cuando habíamos leído que costaba solo veinte. Dejamos el lugar y la chica nos llevo al consulado, donde también querían cobrarnos un extra. Ya molestos, le dijimos a la chica que se dejara de hacer estas cosas y que nos llevara a la frontera.

Ya en la frontera, después de encontrarnos con varios turistas que habían caído engañados y habían pagado los cien dólares, entregamos los papeles para la visa y nos negamos a pagar una mordida de cinco dólares al agente aduanal, por lo que tuvimos que esperar unos minutos más de lo necesario. Pero, al final, salimos con visas y sin haber pagado extra. Estoy segura que más de una vez alguien se ha aprovechado de nosotros durante el viaje, algunas veces no lo podemos evitar. El turismo es una industria y siempre habrá quien trate de obtener más que un precio justo. Así que se sintió bien que pasamos la frontera en nuestros términos. Cruzamos la frontera y nos subimos a un colectivo que nos llevo a la central de autobuses y taxis para coger alguno de los dos hacia Battambang.

Ya en la central, nos dimos cuenta que la mayoría, más bien todos los turistas iban hacia Siem Reap por lo que un autobús estaba por salir. Pero para Battambang, solo había taxis y nos querían cobrar más del doble de lo que habíamos leído. Un poco frustrados, porque para variar, todo mundo te trata de ver la cara, decidimos relajarnos unos momentos para comer algo y sacar dinero. Un poco más tranquilos, la Flaca propuso que me saliera de la pequeña central y viera si podía conseguir algo más barato en la calle.

Camine un rato preguntando a varios taxis hasta que encontré uno de los llamados taxis compartidos porque llevan varias personas. Después de negociar y sabiendo que me estaba costando más de lo que quería pagar pero menos que en la central, bajo a un par de personas, que obviamente estaban pagando menos que yo, y fuimos a recoger a la Flaca. Con un poco de bronca por parte de los taxistas de la central y después de recoger a otro pasajero, que se sentó al lado de la ventana junto con el chofer ósea que iban cuatro adelante, salimos con rumbo a Battambang. Había negociado que solo compartiríamos el asiento trasero con una persona y solo dejaríamos que el nuevo pasajero se cambiara para atrás si nos devolvían dinero.

Un par de horas más tarde y cuando ya estaba oscureciendo, entramos a la ciudad de Battambang, considerada la segunda ciudad del país en importancia económica y comercial por su cercanía con Tailandia.

El taxi nos dejo en una plaza. No teníamos idea de donde estábamos, así que entramos a un restaurante para ver si nos podían dar alguna ayuda. Nadie hablaba inglés. Pedimos una bebida y sacamos el Lonely Planet y la computadora para ver si encontrábamos algo que nos ayudara a localizarnos. Después de un momento de stress, encontramos un mapa de la ciudad y a base de señas, el mesero nos indicó qué dirección tomar. Un par de cuadras más adelante, un tuk tuk nos ofreció llevarnos a uno de los hoteles que la Flaca había tratado de llamar un par de días antes para reservar, así que nos subimos al tuk tuk y en unos minutos estábamos en nuestra habitación descansando.

El hotel fue una agradable sorpresa: limpio, con aire acondicionado y conexión inalámbrica a internet por sólo $12 por noche. Nos instalamos y revisamos el correo electrónico para encontrar una nota de Chris diciendo que él y Christiane estarían en el restaurante White Rose a las 7:00 pm. Eran las 7:00 menos 10, así que nos refrescamos un poco y fuimos a su encuentro. Estaban sentados con Rob, otro inglés que habían conocido en el viaje en barco desde Siem Reap. Fue genial verlos y ponernos al día. No los habíamos visto desde Gili Air, en Indonesia, donde Christiane se había puesto muy enferma. Nos hablaron de Malasia y nosotros compartimos historias de la India, tratando de no asustarlos demasiado con las experiencias de las cucarachas, ya que se dirigían a la India después del sudeste asiático. También hablamos sobre la posibilidad de viajar juntos a través del sudeste asiático. Nos dirigimos a los mismos países y tenemos un horario bastante abierto. Se acerca la Navidad en las próximas semanas, por lo que también sería padre estar con alguien que conocemos.
Christiane ha estado patrocinando a un niño aquí en Cambodia a través de Visión Mundial, así que ella y Chris van a reunirse con él y su familia mañana. Nos pusimos de acuerdo para reunirse con ellos en el hotel alrededor de las 6:00 pm. Nosotros vamos hacer un tour por los alrededores de Battambang durante el día.

Después del desayuno en la azotea a la mañana siguiente, nos fuimos con Chin Chin, nuestro conductor de tuk tuk, para ver los templos alrededor de Battambang. En primer lugar, nos condujo hacia el norte a través de la comunidad rural que vive a orillas del río. Esta es la Battambang que esperaba. Antes de llegar al primer templo, Chin Chin paro en el camino para mostrarnos cómo uno de los locales había cortado plátanos en rebanadas y los ponían al sol para secarse. Nos explicó que tienen alrededor de diez variedades diferentes de plátanos y que se ponen a secar para que duren más tiempo.


Cuando nos acercamos al primer templo, vimos una gran estatua de Buda detrás del estanque en la entrada. Al otro lado del camino estaba el nuevo templo budista y en la parte de atrás las ruinas de un templo hindú del siglo 11. Caminamos alrededor de las ruinas y luego entramos en el templo budista para ver todas las pinturas de colores. El exterior tiene muchas historias de la vida de Buda, pero el interior estaba cubierto por completo con estas historias. Luego de tomar unas fotos y dar una pequeña donación regresamos al tuk tuk.

Chin Chin nos llevó a la casa de dos mujeres locales para que nos muestren cómo hacen el papel de arroz para “spring rolls”. Cuando el sol no es "perezoso"como hoy, como dijo Chin Chin, las mujeres hacen alrededor de 2.000 papeles de arroz. Se venden 100 papeles por $1.00. De los 20 dólares a los que se venden los 2.000 papelitos, sólo ganan alrededor de $8.00 al día, ya que pagan a intermediarios y otros gastos. Debido a que hoy los papeles de arroz tardarán más tiempo en secarse, es probable que sólo ganen alrededor de $4.00.

Hicimos otra parada más en el camino para ver cómo secan los chiles rojos al sol antes de ser exportados a Tailandia. Había docenas de lonas llenas de chiles y podíamos oler el picante de los chiles. Los niños que acomodaban los chiles me preguntaron mi nombre y al dárselo no pararon de gritar, "¡Hola Jen!" hasta que nos fuimos.

Los niños aquí en Cambodia son increíbles. Tienen tan poco y sin embargo, son tan genuinamente felices y se ven tan emocionados por la vida. A medida que pasábamos a través del pueblo, muchos niños sonreían y nos saludaban...y les devolvíamos el saludo.

Al verlos, recordamos la conversación de la noche anterior con Christiane y nos dio tristeza recordar como gobiernos y compañías multinacionales se han y se aprovechan de países como Cambodia y muchos otros países que hemos visitado. Gobiernos y compañías que por buscar hacer unos dólares más por aquí o por allá toman decisiones a miles de kilómetros de aquí sin pensar…sin ponerle una cara a todos los niños y familias que afectan.


La conversación de la noche anterior giro en torno a Nestlé, la compañía más grande del mundo en productos alimenticios para bebes. Christiane nos comentó algo que nos molesto y nos defraudo mucho. El tema se remonta a la década de 1970 y aunque supuestamente el gigante Suizo dice que ya no sigue esa práctica, la realidad es otra. A principios de los 70’s, Nestlé contrato mujeres y las vistió como enfermeras para que visitaran los países considerados del tercer mundo para que ofrecieran gratuitamente un sustituto de la leche materna en hospitales y clínicas. Dado que la leche materna se había substituído con la formula, el cuerpo de la madre ya no producía leche. Después de dejar el hospital, la formula ya no era gratis por lo que la madre necesitaba comprar la formula de Nestlé.

Esto no solo generó un problema económico para la familias, sino que también de higiene y malnutrición. Por ejemplo, comunmente la formula se mezclaba con agua contaminada lo que resultaba en niños enfermos y muertos. También muchas madres no entendian los métodos y estándares de higiene para preparar las botellas. Si entendian los estándares de higiene, muchas no tenían el dinero para comprar el combustible o pagar por electricidad para hervir el agua contaminada. De acuerdo con UNICEF, un niño alimentado con formula en condiciones antihigiénicas es de 6 a 25 veces más propenso a morir de diarrea y 4 veces más propenso a morir de neumonía en comparación con un niño alimentado de leche materna. Muchas madres usaban menos formula de la necesaria al preparar la mezcla con agua para hacer que la formula dure más tiempo, provocando problemas de malnutrición. Por último, la formula no provee la misma cantidad de nutrientes que la leche materna, poniendo al bebe en riesgo en ambiente que ya son de altísimo riesgo.

Pensando en Kolkata, nos acordamos de una mujer sosteniendo a su hijo que nos pidió dinero para comprar la fórmula para bebés...en ese momento no teníamos idea de la magnitud del problema.

También se acusa a Nestlé de utilizar la "ayuda humanitaria" para crear mercados y en sus etiquetas no usa un lenguaje apropiado para los países donde se venden, así como de ofrecer regalos y patrocinios para que los trabajadores de salud promuevan sus productos.
En 1977, un boicot mundial en contra de Nestlé (que se consideraba la compañía con las peores prácticas de mercadotecnia en ese entonces) origino que la Organización Mundial de la Salud (OMS) creara el Código Internacional de Promoción y Venta de Substitutos de Leche Materna. El cual fue firmado por la mayoría de los países del mundo durante los 80’s, Estados Unidos firmo en 1994.

Para contrarrestar la mala publicidad, Nestlé creo una política con respecto a la fórmula infantil que se puede leer en la siguiente liga:


Sin embargo, en 1988, el boicot contra Nestlé resurgió y continúa hasta la fecha. En este nuevo boicot se acusa a la compañía Suiza de no cumplir con el código de la OMS. A continuación algunas ligas por si quieren leer un poco más sobre esta terrible práctica.


Una disculpa por salirnos de nuestro relato sobre nuestros días en Battambang, pero consideramos este tema de suma importancia. Hemos aprendido algo y ahora vamos a vivir evitando la compra de cualquier producto Nestlé y vamos a promover hasta donde nos sea posible este boicot.

Cuando llegamos al segundo templo, al sur de Battambang, estábamos bastante hambrientos, así que comimos con Chin Chin en un puesto justo en frente de las escaleras del templo. El almuerzo incluía arroz y verduras con té de granada por unos pocos dólares. Después de la recarga, subimos los 358 escalones que conducen hasta las ruinas del templo. Esto también había sido un templo hindú, pero ahora tiene la imagen de Buda en su interior. La vista desde la parte superior estaba obstruida en su mayoría por árboles, pero entre el follaje pudimos ver el campo de Cambodia. Es muy verde y tranquilo.


Nos dirigimos de nuevo a la ciudad. Yo trabaje en el blog mientras que Juan Pablo nos reservó una habitación en Siem Reap y confirmó nuestros billetes para el barco de mañana. Un poco después de las 6:00 pm, nos reunimos con Christiane y Chris para cenar.

A la mañana siguiente nos levantamos temprano y estábamos en el muelle a las 7:00 am. Yo sabía que iríamos río arriba por el río Mekong hasta Siem Reap en un barco de madera, pero WOW, me quede un poco desconcertada cuando se refieren a esto como una "lancha rápida." El viaje nos llevaría aproximadamente 8 horas... ¿cuánto tiempo le toma al barco lento? Habíamos oído que esta zona de Cambodia era hermosa por lo que valía la pena sentarse en un banco de madera por 8 horas. Era cierto. Viajamos a través de los barrios de casas, tiendas y escuelas flotando en el agua o construidas sobre pilotes.


Me recordó un poco a la clase de vida que hemos visto en los remansos de Kerala en la India. No importa cuánta pobreza he visto, todavía estoy sorprendida por cómo viven muchas personas en el mundo. No es excusa, pero es bastante abrumador...quieres hacer algo para mejorar las vidas de tantas personas, pero a menudo es difícil de entender por dónde y cómo empezar. Supongo que hay que elegir algo y empezar por donde se pueda. Puede ser algo pequeño para nosotros, pero el impacto podría ser significativo para una sola persona. Si no hago nada al final de este viaje, me dará vergüenza propia.


Cuanto más íbamos río arriba en el Mekong, parece estar más limpio, pero la gente es igual de pobre y creo que el mayor nivel del agua es lo que cubre los desechos. A pesar de esto, el paisaje es hermoso, la sensación es agridulce.



Cambodia – Battambang

We left Bangkok early in the morning and got on the bus toward Aranyaprathet, a small village on the border with Poipet, Cambodia. The trip took about three or four hours. At the Aranyaprathet station, we negotiated with a woman to take us in her tuk tuk to the border. The woman took us to get our visa, which according to the guys attending us, was the official visa place. Of course they wanted to charge us one hundred dollars when we had read that it only cost twenty. We left the place and the woman took us to the Consulate, where they also wanted to charge us extra. Now quite bothered, we told the woman to stop messing around and to take us to the border.

Now at the border, after meeting several tourists who had fallen prey to the trap and who had paid one hundred dollars, we turned in the papers for the visa and refused to pay a bribe of five dollars to the immigration officer, which meant we had to wait a few more minutes than necessary. However, in the end, we left with visas and without having to pay anything extra. I’m sure we have been taken advantage of more than once throughout this trip; sometimes it’s inevitable. Tourism is an industry after all and there are always those who try to get more than a fair price. So it felt good to know we made it through this time on our terms. We crossed the border and got in a local bus that took us to the bus and taxi station to catch one of the two toward Battambang.

Once we were at the bus station, we realized that the majority, rather, all of the tourists were headed toward Siem Reap so there was a bus ready to leave. But toward Battambang, there were only taxis and they wanted to charge us more than double what we had read. A little frustrated, because for a change, everyone tries to rip you off, we decided to relax for a few minutes to eat something and get cash. A little calmer now, la Flaca suggested I go out of the small bus station to see if I could find a cheaper taxi on the street.

I walked for a while asking various taxis until I found what they call a shared taxi because they take several people. After negotiating and knowing that it was costing me more than what I wanted to pay but less than in the bus station, a couple of guys got out of the car, because they were obviously paying less than me, and we went to pick up la Flaca. With a little bit of a problem from the bus station taxis and after picking up another passenger, who ended up sitting in the front with the driver and two other men, we left toward Battambang. I had negotiated that only one other person would be sharing the back seat with us so this extra passenger was not going to squeeze in with us unless they gave me some money back.

A couple hours later and when it was getting dark, we entered the city of Battambang, considered to be the second most important city in the country economically and commercially due to its proximity to Thailand.

The taxi left us in an intersection. We had no idea where we were, so we went into a restaurant to see if they could give us some help. No one spoke English. We asked for a drink and took out our Lonely Planet and the laptop to see if we could find something to help us locate where we were. After a moment of stress, we found a map of the city and based on some gestures, the waiter signaled to us in which direction we should go. A few blocks away, a tuk tuk offered to take us to one of the hotels that la Flaca had tried to call a few days earlier to make a reservation, so we got in the tuk tuk and in a few minutes we were in our room resting.

The hotel was a nice surprise: clean, air conditioned, and free Wi-Fi for only $12 a night. We settled in and checked out email to find a note from Chris saying that he and Christiane would be at the White Rose restaurant at 7:00 pm. It was 10 minutes to 7:00 so we freshened up and walked to meet them. They were sitting with Rob, also from England, whom they had met on the boat ride from Siem Reap. It was great to catch up. We hadn’t seen them since Christiane got so ill on Gili Air in Indonesia. They told us about Malaysia and we shared stories from India, trying not to scare them too much with cockroach experiences since they were headed to India after Southeast Asia. We also discussed the possibility of traveling together through some of Southeast Asia. We are heading to the same countries and have a pretty open schedule. Christmas is coming up in the next few weeks so it would also be nice to spend it with someone we know.

Christiane has been sponsoring a boy here in Cambodia through World Vision so she and Chris are going to meet him and his family tomorrow. We agreed to meet up with them at our hotel around 6:00pm. We’ll tour the countryside around Battambang during the day.

After breakfast on the roof the next morning, we went with Chin Chin, our tuk tuk driver, to see the temples around Battambang. First, he drove us North through the rural community that lives alongside the river. This is the Battambang I had expected. Before reaching the first temple, Chin Chin stopped along the road to show us how one of the locals had sliced bananas and laid them out in the sun to dry. He explained that they have about ten different varieties of bananas and they dry them so they last longer.


As we approached the first temple, we saw a large statue of Buddha behind the pond at the entrance. Across the path was the new Buddhist temple and in the back were the ruins of a Hindu temple from the 11th Century. We walked around the ruins first and then went inside the Buddhist temple to see all of the colorful paintings. The exterior had many stories of Buddha’s life, but the interior was completely covered with these stories. We gave a small donation after taking some photos and then got back in the tuk tuk.


Chin Chin took us to the home of two local women to show us how they make rice paper for spring rolls. When the sun is not being “lazy” like today, as Chin Chin commented, the women make around 2,000 rice paper pancakes. They sell 100 pancakes for $1.00. They only get about $8.00 of the $20.00 worth of pancakes they typically sell each day. Today, since the rice paper pancakes will take longer to dry, they will probably only make about $4.00.


We made another stop further down the road to see how red chilies are dried in the sun before they are exported to Thailand. There were dozens of tarps full of chilies and we could smell the spice. The children sorting the chilies asked me my name and then kept yelling out, “Hello Jen!” until we had to leave.


The children here in Cambodia are amazing. They have so little, yet they are so genuinely happy and excited about life. As we drove through the village, many children would smile and wave…and we waved back.


Upon seeing them, we were reminded of the conversation we had with Christiane the night before and it made us sad to think about how governments and multinational companies have and continue to take advantage of countries like Cambodia and many other countries that we have visited. Governments and companies who are looking to make a few more dollars here and there make decisions thousands of miles away from here, without thinking…without putting a face to all of the children and families that they affect.

The conversation last night turned to Nestlé, the largest company in the world selling infant formula. Christiane told us about something that really bothered and disappointed us. It dates back to the 1970’s and although supposedly the giant Swiss company says that they no longer follow the same practices, the reality is another. In the early 70’s, Nestlé hired women and dressed them as nurses to visit developing countries to offer free breast milk substitutes to hospitals and health clinics. Since breast feeding was substituted with formula, the mother’s body would no longer lactate. After leaving the hospital, the formula was no longer free and the mother would therefore need to buy the formula from Nestlé.

This did not only present a monetary issue, but also hygiene problems and malnutrition. For example, most often formula must be mixed with water, which is often contaminated in poor countries leading to disease and child death. Many mothers also don’t understand the sanitation methods and standards needed to prepare bottles. If they do understand sanitation standards, they may not have the money to buy fuel or pay for electricity to boil contaminated water. According to UNICEF, a formula-fed child living in un-hygienic conditions is 6 to 25 times more likely to die of diarrhea and 4 times more likely to die of pneumonia than a breastfed child. Many poor mothers also use less powder than necessary when they are mixing it with water in order to make their supply last longer, resulting in a malnourished child. Finally, formula doesn’t provide the same level of nutrients that breast milk does, putting these children more at risk in an already more vulnerable environment.

Thinking back to Kolkata, we remember a woman holding her child asking us for money to buy baby formula…at the time we had no idea the extent of the problem.

It’s also been alleged that Nestlé uses “humanitarian aid” to create markets and does not label its products in a language appropriate to the countries where they are sold, as well as offers gifts and sponsorship to influence health workers to promote its products.

In 1977, a worldwide boycott against Nestlé (which was considered to be the company with the worst formula marketing practices at the time) caused the World Health Organization (WHO) to create the International Code of Marketing of Breast-milk Substitutes. This was signed by most of the world’s countries during the 80’s; the United States signed it in 1994.

To counteract the bad publicity, Nestlé created a policy regarding infant formula, which can be read by following this link:


However, in 1988, the boycott against Nestlé resurged and continues today. In the new boycott, the Swiss company is accused of not complying with the WHO code. Following are some links in the event you would like to read more about this terrible practice.


Please forgive us for going off on a tangent regarding our days in Battambang, but we consider this topic to be of utmost importance. We have learned something and will now live avoiding the purchase of any Nestlé product and we will promote this boycott where possible.

When we reached the second temple, to the South of Battambang, we were pretty hungry so we ate lunch with Chin Chin at a stand just in front of the temple steps. We had rice and vegetables with pomegranate tea for just a few dollars. After recharging, we climbed the 358 steps that lead up to the temple ruins. This had also been a Hindu temple but now it has the image of Buddha inside. The view from the top was mostly obstructed by trees, but between the foliage we could see the countryside of Cambodia. It’s very green and peaceful.


We headed back to town. I worked on the blog while Juan Pablo booked us a room in Siem Reap and confirmed our boat tickets for tomorrow. A little after 6:00 pm, Chris and Christiane joined us for dinner.

The next morning we got up early and were at the dock by 7:00 am. I knew we’d be riding up the Mekong River to Siem Reap in a wooden boat, but WOW, I was a little taken aback when they referred to this as a “speedboat.” Our journey would take approximately 8 hours…how long did the slow boat take?! We’d heard this area of Cambodia was beautiful and worth sitting on a wooden bench for 8 hours. It was true. We traveled through neighborhoods of houses, shops, and schools floating on the water or built up on stilts.


It reminded me a bit of the kind of life we saw in the backwaters of Kerala in India. No matter how much poverty I see, I’m still amazed by how so many people in this world live. It’s no excuse, but it’s quite overwhelming…you want to do something to improve the lives of so many people, but it’s often hard to understand where we need to start and how to begin. I guess the point is to choose something and just start somewhere. It might be something small, but the impact could be significant for just one other person. If I do nothing at the end of this trip, shame on me.

The further we get up the Mekong, the cleaner it seems to get, but the people are just as poor and I think the higher level of the water is just covering up the waste. Despite this, the landscape is beautiful, the feeling is bittersweet.