(scroll down for English version)
Laos – Phonsavan
A las 6:00 am,
estábamos fuera del hotel en Vinh a la espera de coger el autobús local que nos
llevaría a través de la frontera y luego a Phonsavan. Medio esperábamos que
fuera otro autobús cebolla pero teníamos la secreta esperanza de que fuera algo
mejor. El autobús que llegó no estaba en mucho mejores condiciones; sin
embargo, era una mejora, simplemente por el hecho de que no había productos
alimenticios amontonados a bordo. Un buen comienzo. Sabíamos que no iríamos
directo a la frontera. Después de todo, era el autobús local. Sin embargo,
pronto se hizo como un tro tro en África, recogiendo a todas y a cada una de
las personas que estaban al lado de la carretera que querían subir. En un
momento, también se convirtió en un servicio de entrega de recoger y dejar
paquetes que iban de un pueblo a otro.
Había una
grieta entre la ventana y el lado del autobús, justo a mi lado, por lo entraba
aire frío y me dio en la mitad derecha de mi cuerpo durante todo el viaje. Tuve
que llevar puesto mi gorro la mayor parte del camino. Nos detuvimos en un
pueblo en la montaña para el almuerzo. Los chicos comieron pho de carne y
Christiane y yo huevos fritos con arroz al vapor - que parecía la opción más
segura. Me compré unas galletas para mantenerme hasta llegar a Phonsavan pero
sabían un poco como cartón.
No mucho tiempo
después de comer, llegamos a la frontera de Vietnam y Laos. Cuando llegamos al
mostrador de la oficina de inmigración, el oficial de inmigración de Vietnam
sacó la visa de Juan Pablo de su pasaporte y puso su sello de salida en la
espalda. (Debido al hecho de que Juan Pablo tenía muy pocas páginas en su
pasaporte, la embajada vietnamita en Camboya tuvo la amabilidad de poner su
visado en un documento separado y grapado a su pasaporte en la parte superior
de la antigua visa de Vietnam, que ya había expirado.) Recordando el problema
que habíamos tenido en el cruce de Camboya a Laos hace unas semanas, tratamos
de explicar que era necesario sellar su salida de Vietnam dentro de su
pasaporte, en lugar de en la parte posterior de la hoja con su visa ya que se
iban a quedar con ella. Ellos no hablaban Inglés, así que sacamos el iPhone y tratamos
de usar el traductor de Google, pero los funcionarios de inmigración de Vietnam
todavía no entendía por qué lo que habían hecho podría suponer un problema para
nuestra entrada en Laos. Nos dirigimos a la oficina de inmigración de Laos y
por suerte esta vez ni siquiera buscaron el sello de salida ... totalmente
inconsistente con nuestra experiencia más al sur.
Regresamos al
autobús y continuamos nuestro camino en la carretera sinuosa hacia Phonsavan,
llegando por la noche. Cuando nos bajamos del autobús, un hombre de nuestro hostal
estaba allí para reunirse con nosotros y nos llevo caminando al albergue para
registrarnos. Nos acomodamos y luego fuimos a cenar. Preguntamos en varios
lugares acerca de los viajes alrededor de la Llanura de las Jarras (Plain of
Jars) y terminamos reservando con los de nuestro hostal después de algunas
negociaciones.
A la mañana
siguiente, el tour salio a las 9:00 am. Fuimos al Sitio 3 de la Llanura de las
Jarras para evitar los otros tours, que comenzaron en el Sitio 1. Caminamos por
algunas granjas lodosas para llegar a él, observando con cuidado de mantenerse
dentro del camino marcado. El camino esta marcado con pequeñas piedras
cuadradas que se han pintado la mitad de rojo y la mitad de blanco. Se puede
caminar por el lado que está pintado de blanco. Este es el lado que ha sido
limpiado de bombas sin explotar. Todavía hay miles de bombas sin explotar a
todo lo largo de Laos de la "Guerra Secreta" en los años 1960 y 1970.
Yo no había oído hablar de la Guerra Secreta hasta que comenzamos a leer sobre
Laos en la guía. Los EE.UU. bombardearon Laos por años en el área donde la
vereda de Ho Chi Minh llega a Vietnam y miles de bombas llegaron a tierra sin
explotar. Ahora, todas están enterradas y ocultas causando un GRAN, peligroso y
muchas veces fatal, problema en Laos (como lo son las minas terrestres en
Camboya) y que esperan que pasen otros 100 años antes de que se limpie todo el
terreno.
Llegamos al Sitio
3, donde nuestro guía nos explicó que nadie sabe realmente lo para que se
utilizaron los frascos, pero la teoría más aceptable es que un pueblo antiguo los
utilizaba como jarras funerarias. Están hechas de piedra y hormigón (concreto)
y algunos son hasta 4 metros de altura.
Desde el Sitio
3, fuimos a ver a un viejo tanque ruso y luego al Sitio 2.
Después de
visitar el Sitio 2, nos sentamos por una deliciosa sopa de fideos para el
almuerzo.
Nuestra
siguiente parada en el tour fue una aldea local donde hacen "Lao
Lao," whisky de arroz. Muchas familias de este pueblo sobrevivieron de la
fabricación de Lao Lao pero ahora sólo hay una mujer que todavía lo hace. Ella
tiene unos 70 años y ha estado haciendo whisky del arroz pegajoso desde que
tenía 12 o 13 años de edad. Christiane se tomo un vasito y luego los muchachos se
tomaron dos. Todos pasaron el resto de la tarde eructando whisky.
La última
parada fue el Sitio 1, el campo más grande e impresionante de jarras y lo que
uno espera encontrar cuando escuchas por primera vez de la Llanura de las
Jarras. Nos dimos un paseo por el llano y luego subimos y bajamos por las
colinas cercanas.
Regresamos al hostal,
y caminamos a un café por una taza de té y café para calentarnos; mas tarde pasamos la noche comiendo y hablando en
un restaurante local.
A la mañana
siguiente, tomamos el autobús a Luang Prabang. Era un viaje de 7 horas y sólo
se puede hacer durante el día. Pagamos los billetes de minibus, que resultó ser
una minivan llena con 10 pasajeros. Íbamos un poco apretados, pero preferible a
la de autobuses locales porque habíamos oído que muchas personas devuelven el
estomago en las carreteras sinuosas. Christiane me dio una pastilla
anti-náuseas/mareo por si acaso. Me alegré de haberlas tomado. El camino estaba
en buenas condiciones, sorprendentemente, pero las curvas cerradas y parecía
que nunca terminarían. El paisaje era absolutamente hermoso - verdes montañas hasta
podíamos ver y conforme subíamos había algunas nubes ligeras sobre el cielo
azul. Pasamos por varias aldeas, que eran esencialmente una hilera de casas de
madera y hierba alineadas entre la carretera y los acantilados. Era la época
del año cuando los locales arreglan los techos (era la estación seca) por lo
que había mucha gente poniendo hierba a secar bajo el sol junto a la carretera.
Paramos al
mediodía para almorzar en un pequeño pueblo en las montañas. Era una sopa de
fideos o arroz pegajoso con extrañas piezas de carne. Me quede con la sopa de
tallarines y verduras y arroz pegajoso bañado con salsa de soja. Hicimos una
parada más antes de llegar a Luang Prabang para tomar algunas fotos del valle.
Fue absolutamente precioso y una bonita bienvenida a Luang Prabang.
Laos – Phonsavan
At 6:00 am, we were outside the hotel in Vinh waiting
to catch the local bus to take us across the border and on to Phonsavan. We half expected to be on another onion
bus but were secretly hoping for something better. The actual bus that arrived wasn’t in much better condition;
however, it was an improvement simply due to the fact that no food products had
been piled on board. A good
start. We knew we wouldn’t
be going direct to the border. It
was the local bus after all.
However, it soon became like a tro tro in Africa, picking up anyone and
everyone on the side of the road who needed a ride. At one point, we also became a delivery service picking up
and dropping off packages going from one village to another.
There was a crack between the window next to me
and the side of the bus, so cold air was coming in onto the right half of my
body throughout the journey. I
wore my hood most of the way. We
stopped in a mountain town for lunch.
The boys had beef pho and Christiane and I had fried eggs with steamed
rice – it looked like the safest option.
I bought some cookies to tie me over until we reached Phonsavan but they
ended up tasting a bit like cardboard.
Not long after lunch, we reached the Vietnam/Laos
border. When we reached the
counter in the immigration office, the Vietnamese immigration officer pulled
out Juan Pablo’s visa from his passport and put his exit stamp on the back. (Due to the fact that Juan Pablo had
very limited pages left in his passport, the Vietnamese embassy in Cambodia was
kind enough to put his visa on a separate paper and staple it inside his
passport on top of the old Vietnam visa that had expired.) Remembering the problem we had crossing
from Cambodia into Laos a few weeks ago, we tried to explain that they needed
to stamp his exit from Vietnam inside his passport, rather than on the back of
his visa which they had removed from the passport and were going to keep. They didn’t speak English so we whipped
out the iPhone and tried using Google translator, but the Vietnamese
immigration officers still didn’t understand why what they had done might pose
a problem for our entry into Laos.
We walked to the Laos immigration office and luckily this time they
didn’t even look for the exit stamp…totally inconsistent with our experience
further south.
We got back on the bus and continued down the
windy road to Phonsavan, arriving after dark. A guy from our hostel was there to meet us when we got off
the bus and walked us down the street to the hostel to check in. We settled in and then went out for
dinner. We asked around about
tours to the Plain of Jars and ended up booking with our hostel after some
negotiation.
The next morning, the tour left at 9:00 am. We went to Site 3 of the Plain of Jars
to avoid the other tours, which started with Site 1. We walked through some muddy farmland to reach it, watching
carefully to stay within the markers on the trail. These markers are small square stones that have been painted
half white and half red. You may
walk on the side that is painted white.
This is the side that has been cleared of unexploded bombs. There are still thousands of unexploded
bombs in the earth throughout Laos from the “Secret War” in the 1960s and
1970s. I hadn’t heard of the
Secret War until we began reading about Laos in the guidebook. The US bombed Laos for years where the
Ho Chi Minh trail led into Vietnam and thousands of bombs reached the earth
without exploding. Now, they are
all buried and hidden causing a HUGE, dangerous, and sometimes fatal problem in
Laos (as are landmines in Cambodia) and they expect it will be another 100
years before they are all cleared.
We reached Site 3 where our guide explained that
no one really knows what the jars were used for, but the most believed theory
is that an ancient people used them as funerary jars. They are made of stone and concrete and some are as large as
4 meters tall.
From Site 3, we went to see an old Russian tank
and then to Site 2.
After visiting Site 2, we sat down for some yummy
noodle soup for lunch.
Our next stop on the tour was to a local village
where rice whisky, “Lao Lao,” is made.
Many families in this village survived on making Lao Lao but now only
one woman still makes it. She is
in her 70s and has been making whisky from sticky rice since she was 12 or 13
years old. Christiane had a shot
and then the boys had two. They
all spent the rest of the afternoon burping up whisky.
The last stop was Site 1, the largest and most
impressive field of jars and what you expect to encounter when you first hear
about the Plain of Jars. We took a
walk through the plain and then up and down the hills nearby.
We returned to the hostel, walked to a café for
some tea and coffee to warm up, then spent the evening eating and talking in a
local restaurant.
The next morning, we took the bus to Luang
Prabang. It was a 7-hour journey
and can only be done during the day.
We paid for minibus tickets, which turned out to be a minivan packed
with 10 passengers. It was a tight
fit but preferable to the local bus because we’d heard that many people get
sick on the winding roads.
Christiane gave me some motion sickness/anti-nausea pills just in
case. I was glad I took them. The road was in surprisingly good
condition but the curves were sharp and never ending. The scenery was absolutely beautiful – green mountains as
far as you could see with mist clouding over the blue sky as we climbed
higher. We passed through several
villages, which were essentially a row of wood and grass houses lined up
between the road and the cliffs.
It was the time of year when the locals were changing their roofs (it
was dry season) so there were a lot of people laying grass out in the sun
alongside the road.
We stopped at
midday for lunch in a small village in the mountains. It was noodle soup or sticky rice with
strange looking pieces of meat. I
stuck to veggie noodle soup and plain sticky rice with soy sauce drizzled on
top. We made one more stop before
arriving to Luang Prabang to take some photos of the valley below. It was a absolutely beautiful and a
nice welcome to Luang Prabang.
Indijas-medicīniskā-vīzaGreat post, and great website. Thanks for the information!
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