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Udaipur
Nos bajamos del camión del terror a las 5:00 am, hechos pedazos. Cogimos un tuk tuk y le pedimos que nos llevara a un hotel que el tipo del tour de camellos, en Jaisalmer, nos había recomendado. Cuando llegamos, nos dijeron que no había lugar, pero el chofer del tuk tuk nos llevo a otra que el conocía. Solo queríamos bañarnos y dejar las mochilas por unas horas mientras visitábamos la ciudad.
El hotel donde el chofer del tuk tuk nos llevo no estaba muy bueno pero la regadera fue una de las mejores. Desde que salimos de Australia, no habíamos tenido una regadera donde el agua saliera caliente y con la misma presión, constantemente. La Flaca estaba felíz.
Salimos del hotel, desayunamos y nos fuimos a conocer la ciudad. Su ubicación, entre las montañas Aravalli y el lago Pichola, le dan una belleza única que le ha valido la fama de ser una de las ciudades o la ciudad más romántica de India.
Necesitábamos aprovechar las pocas horas que teníamos al máximo, así que escogimos ver lo más representativo de la ciudad, el Palacio de la Ciudad y el lago Pichola. El Palacio es una complejo enorme, que lo hacen el más grande de la provincia de Rajastán. Esta rodeado de balcones y le sobresalen torres y cúpulas. Su construcción la inicio el Maharana Udai Singh II y se extendió por años, ya que cada Maharana nuevo le añadió nuevos edificios, cúpulas, torres, etc.
El palacio estaba lleno, había gente en todos los salones, balcones, patios; era una cosa impresionante y varias cosas que pasaron durante nuestra visita nos hicieron recordar las diferencias culturales, particularmente, que no hay un concepto de espacio personal y no hay orden o respeto por la filas para entrar o ver algo. Con empujones, corajes y demás, pudimos ver los paisajes desde los balcones y unos cuartos que tenían las paredes cubiertas por espejos y azulejos.
Del palacio, nos fuimos al lago Pichola. Cogimos una lancha y paseamos por el lago. Disfrutamos de la imponente vista del Palacio de la Ciudad. Además vimos dos palacios que están en las islas de Jagniwas y Jagmandir, que ahora son hoteles.
Aunque el paseo en el lago fue corto, disfrutamos mucho del paisaje y nos dio una buena idea de porque es una ciudad muy romántica. Nos hubiera gustado pasar, por lo menos, un par de días aquí, pero tenemos que irnos a Mumbai para que yo pueda sacar mi visa de Tailandia. Será en otra ocasión.
Del lago, fuimos a comer a un restaurante que está en el techo de un hotel, desde donde disfrutamos la vista de un templo Jain. Regresamos al hotel por nuestras mochilas y nos fuimos a la estación de camión; esta vez decidimos compara asientos en lugar de cama, esperamos que nos vaya mejor.
Udaipur
We got off the bus of terror at 5:00 am, exhausted. We took a tuk tuk and asked to be taken to a hotel that the guy from the camel tour, in Jaisalmer, had recommended. When we arrived, they told us that they didn’t have any space, but the tuk tuk driver took us to another hotel that he knew. We just wanted to shower and leave our backpacks for a few hours while we visited the city.
The hotel where the tuk tuk driver took us wasn’t very nice but the shower was one of the best we had used. Since we had left Australia, we hadn’t had a shower where the water came out hot and with consistent pressure. La Flaca was happy.
We left the hotel, ate breakfast, and went to see the city. Its location, between the Aravalli mountains and Lake Pichola, gives it a unique beauty that has earned it fame as one of or the most romantic city in India.
We needed to take full advantage of the few hours that we had, so we chose to see the most representative attractions of the city, the City Palace and Lake Pichola. The palace is comprised of an enormous complex, which is the largest in the province of Rajasthan. Balconies surround it and towers and cupolas reach out from within it. Its construction was started by Maharaja Udai Singh II and lasted for years, so each Maharaja added new buildings, cupolas, towers, etc.
The palace was full, there were people in every room, balcony, patio; it was impressive and many things that happened during our visit reminded us of the cultural differences, particularly, that there is no concept of personal space and there is no order or respect for lines to enter and see something. With pushing, shoving and more, we were able to see the landscape from the balconies and some rooms that had walls covered with mirrors and tiles.
From the palace, we went to Lake Pichola. We got on a boat and traveled over the lake. We enjoyed the impressive view of the City Palace. We also saw two palaces that are on the islands of Jagniwas and Jagmandir, which are now hotels.
Although the ride on the lake was short, we enjoyed the scenery very much and it gave us a good idea why the city is very romantic. We would have liked to spend, at least, a couple days here, but we had to go to Mumbai so I could get my visa for Thailand. It would have to be on another occasion.
From the lake, we went to eat in a restaurant located on the roof of a hotel, from where we enjoyed a view of a Jain temple. We returned to the hotel for our backpacks and went to the bus station; this time we decided to buy seats rather than a sleeper, we hoped it would be better.
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