Laos - Luang Prabang II
Nuestro último día en Luang Prabang inició a las 8:30 am. Cinco alemanes se unieron a nosotros en nuestra caminata de 5 horas con Poud, nuestro guía. Poud en laosiano significa miércoles, se le dio ese nombre porque fue el día en que nació. Nuestra primera parada fue en la aldea del elefantes para ver y acariciar algunos elefantes que han sido rescatados. En el pasado, los elefantes eran utilizados para la explotación forestal en Laos y constantemente se abusaba de ellos o se les maltrataba. La aldea del elefante es un santuario para estos elefantes. Aquí se les cuida y se les da un hogar seguro. Vimos algunos de los elefantes comer, acaricié uno, y tomamos algunas fotos antes de subirnos a un bote para cruzar el río.
Una vez que estábamos en el otro lado, comenzamos nuestra caminata a través del campo, pasando por los bosques de teca y campos de arroz seco. Durante la temporada de lluvias, gran parte de lo que nosotros estábamos caminando a través de está cubierto de agua.
Caminamos durante más de una hora, pasando por algunas granjas hasta llegar al primero de los tres pueblos que visitaríamos. Este pueblo era el hogar de la tribu Khmu. Su lenguaje es similar a la de Camboya, ya que son originarios de Camboya. La empresa con la que reservamos nuestro viaje, Tiger Trail, es considerada como una organización "Fair Trek" porque le dan un porcentaje, creo que el 25%, de sus ingresos a los pueblos por donde llevan a los turistas. Como resultado, la gente de los pueblos no tiene problema con nosotros por pasar caminando y tomando fotos. Mientras caminábamos aprendiendo sobre cómo viven, todos los niños estaban muy emocionados por saludar y decir: "Sabaidee."
Caminamos durante más de una hora, pasando por algunas granjas hasta llegar al primero de los tres pueblos que visitaríamos. Este pueblo era el hogar de la tribu Khmu. Su lenguaje es similar a la de Camboya, ya que son originarios de Camboya. La empresa con la que reservamos nuestro viaje, Tiger Trail, es considerada como una organización "Fair Trek" porque le dan un porcentaje, creo que el 25%, de sus ingresos a los pueblos por donde llevan a los turistas. Como resultado, la gente de los pueblos no tiene problema con nosotros por pasar caminando y tomando fotos. Mientras caminábamos aprendiendo sobre cómo viven, todos los niños estaban muy emocionados por saludar y decir: "Sabaidee."
Continuamos nuestra caminata, esta vez con dirección río arriba y después hacia arriba de las montañas donde viven los Hmong. Ya habíamos visitado un pueblo Hmong en Sapa, Vietnam. Los Hmong son originarios de China y Mongolia y emigraron hacia el sur en Vietnam, Laos y Tailandia, debido a la inestabilidad política en el siglo XVIII. Se les conoce como la tribu "alta" debido a que viven en la parte superior de las montañas.
Nos detuvimos aquí para almorzar, arroz frito con pollo envuelto en hojas de plátano o palma. Poud llevaba la comida en su mochila. Fue probablemente el mejor arroz frito que he comido.
Después de disfrutar de nuestro almuerzo a la sombra viendo las montañas que rodean Luang Prabang, iniciamos la bajada, pasando por el bosque de bambú hacia el último pueblo; éste fue el hogar de una mezcla de tribus. Un hombre en una casa que visitamos pensaba que Juan Pablo era de Japón. La única explicación que pude pensar era que con su cámara grande, tal vez parecía un turista japonés.
Caminamos a través de unos lugares muy hermosos hasta que regresamos al río. Nos subimos en una pequeña embarcación, una canoa de madera con motor, y viajamos río abajo hasta la cascada Tad Sao. En la temporada de lluvias, es al parecer una cascada impresionante.
Al ir llegando a la orilla, algunos elefantes bajaban la colina y se metieron al agua para bañarse. Uno de ellos se asusto un poco por nuestra presencia por lo que soltó un chillido muy fuerte haciendo eco entre los cerros y el río.
Dos de los alemanes que iban con nosotros fueron a nadar en las piscinas alrededor de la cascada y luego todos nos dirigimos de nuevo a la aldea del elefante para encontrarnos con nuestro conductor de tuk tuk que nos traslado a la ciudad. De ahí, fuimos por nuestras cosas, compramos unos bocadillos para el camino, y cogimos otro tuk tuk a la estación de autobuses.
Laos - Luang Prabang II
Our last day in Luang Prabang began at 8:30 am. Five Germans joined us on our 5-hour trek with Poud, our guide. Poud is the Lao word for Wednesday; he was named after the day on which he was born. Our first stop was the Elephant Village to see and pet some rescued elephants. In the past, elephants were used for logging in Laos and were often abused or mistreated. The Elephant Village is a sanctuary for these elephants. They are now cared for here and given a safe home. We watched some of the elephants eat, petted one, and took some photos before we boarded a small boat to cross the river.
Once we were on the other side, we began our hike through the countryside, passing through teak forests and dry rice fields. During the rainy season, much of what we were walking through is covered in water.
We walked for over an hour, passing by some farms until we reached the first of three villages that we’d visit. This village was home to the Khmu tribe. Their language is similar to Cambodian as they originated in Cambodia. The company we booked our trek with, Tiger Trail, is considered to be a “Fair Trek” organization because they give a percent, I believe 25%, of their proceeds to the villages through which they take tourists. As a result, the people in the villages don’t mind us walking around and taking photos. As we walked around learning about how they live, all of the children were excited to wave hello and say, “Sabaidee.”
We continued on our hike, this time heading over streams and then up into the mountains to where the Hmong live. We had also visited a Hmong village in Sapa, Vietnam. The Hmong are originally from China and Mongolia and migrated south into Vietnam, Laos, and Thailand due to political unrest in the 18th Century. They are referred to as the “high” tribe because they live at the top of the mountains.
We stopped here to eat lunch, fried rice with chicken that had been wrapped in banana or palm leaves. Poud had been carrying the food in his backpack. It was probably the best fried rice I’ve had.
After enjoying our lunch in the shade overlooking the mountains around Luang Prabang, we headed down the hill and through the bamboo forest to the last village; this one was home to a mixture of tribes. A man at a home we visited thought Juan Pablo was from Japan. The only explanation I could think of was that with his big camera, perhaps he looked like a Japanese tourist.
We walked through some more beautiful countryside until we were back at the river. We got into a small boat, a wooden canoe with a motor, and traveled down the river to the Tad Sao waterfall. In the rainy season, it’s apparently a pretty impressive waterfall.
As we pulled up to the shore, some elephants were coming down the hill and into the water to bathe. One of them got a little spooked by us so she let out a large squeak that echoed between the hills and down the river.
Two of the Germans with us went for a swim in the pools around the waterfall and then we all headed back to the Elephant Village to meet our tuk tuk driver who would transfer us back to town. From there, we got our stuff, bought some sandwiches for the road, and took another tuk tuk to the bus station.
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