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Santiago, Chile; el Altiplano de Bolivia y El Salar de Uyuni; La Paz, Bolivia
Santiago, Chile; el Altiplano de Bolivia y El Salar de Uyuni; La Paz, Bolivia
Llegamos a Santiago muy temprano. El camión nos dejo muy cerca del hostal donde teníamos la reservación. De la nieve que habíamos escuchado no había rastro; al contrario, el clima estaba menos frío que en Buenos Aires y el sol brillaba. Caminamos a la estación del metro y dos paradas después salimos. Caminamos otras 5 o 6 cuadras, que parecieron como 20 por el peso de la mochila, y encontramos el Hostal Providencia.
Al llegar nos dieron la noticia de que era muy temprano y que la habitación estaría lista hasta la 1:00 pm. La Flaca se empezó a sentir un poco mal así que descansamos por unas horas en la sala del hostal hasta que nos dieron la habitación.
La ducha no estaba muy buena y el agua caliente no estaba tan caliente, pero ya limpios decidimos salir a comer algo para sentirnos mejor. La comida nos sentó bien así que decidimos ir al centro.
Entramos al metro, pero sin mucha idea de donde bajarnos, por lo que preguntamos direcciones. Subimos al metro y bajamos para salir a una calle peatonal que nos llevo hasta la Plaza de Armas y después al Mercado.
En la Plaza de Armas vimos la Catedral y el Palacio de Gobierno. Como era domingo, nos toco ver gente pintando con gis el piso, otros cantando y bailando, y mucha gente paseándose.
Cuando empezó a obscurecer decidimos entrar a un restaurante a tomar un café/te, pero tristemente, nos dimos cuenta que acá no es como en Argentina que acompañan tus bebidas con algunos pastelitos o galletitas. La Flaca volvió a sentirse mal así que decidimos regresar al hostal y ahí prepare de cenar.
Al día siguiente La Flaca amaneció con mucha gripa y con temperatura. Pasamos el día en el hostal, solo salí a comer a la Fuente Alemana, un restaurante donde sirven unos sándwiches buenísimos, y a comprar mas kleenex y algo para preparar la cena.
Los siguientes dos días, La Flaca siguió enferma. Mejoro un poco y la fiebre fue bajando, pero paso los dos días viendo la imitación barata de un cuadro de Picasso que estaba frente a su cama; seguía enferma. Decidimos ir a la clínica de la Universidad Católica para que la revisaran. El Dr. confirmo que tenia una gripa fuerte, pero al parecer ya iba de salida y solo le mando unas medicinas.
El ultimo día en Santiago La Flaca se sentía mejor, así que antes de ir al aeropuerto para coger el avión hacia San Pedro de Atacama, decidimos ir al Cerro San Cristóbal. Es un pequeño cerro en el medio de Santiago que se puede subir en funicular y desde donde se puede admirar la ciudad y las montañas nevadas que la rodean.
Nos quedamos sorprendidos con el alto nivel de contaminación de la ciudad. La vista estaba opacada por la capa de smog.
Por la tarde salimos a Calama, en el norte de Chile, donde nos recibió la noche y un aire muy frío. Cogimos un minibus con dirección a San Pedro de Atacama de donde salio nuestro tour al Salar de Uyuni.
Con canciones en francés, provenientes del cuarto de alado, nos despertamos mentando madres en español e ingles. Compre pan para desayunar y nos duchamos antes de salir a buscar un Internet.
Nuestro primer encuentro con San Pedro de Atacama fue por la noche y lo único que pude ver fueron caminos de tierra y algunas casas, que por el color parecían que estaban llenas de tierra o hechas de lodo o adobe. Hoy por la mañana el escenario no era muy diferente. La tierra esta por todos lados.
Caminamos al centro del pueblo y nos metimos en el primer Internet que encontramos. Para nuestra sorpresa, ahí estaban Chris y Christiane, la pareja de ingleses que habíamos conocido en Brasil y que luego vimos en Buenos Aires. No podíamos creerlo. Nos quedamos de ver con ellos mas tarde para ir a comer.
Mientras fuimos a contratar el tour al Salar de Uyuni. En la oficina del tour había un compadre que me puso un poco nervioso, ya que no era muy brillante, pero le pagamos y arreglo que tuviéramos sleeping bag para el viaje. Caminamos de regreso a la plaza y una vez que nos encontramos con los amigos, nos fuimos a comer a un pequeño restaurante de comida tradicional, que resulto ser muy bueno.
Durante la comida y el resto de la tarde compartimos los eventos e historias de las ultimas semanas desde que nos vimos en Buenos Aires. Ellos habían llegado el día anterior del tour del Salar de Uyuni y nos dieron buenos comentarios. Antes de que obscureciera y de que el frío aumentara, decidimos regresar al hostal.
San Pedro esta en el desierto que cubre la región noreste de Chile y suroeste de Bolivia. Esta a una altura de 2,400 msn, custodiada por el volcán Licancabur. Como todo desierto por el día es caliente, pero una vez que se oculta el sol, la temperatura disminuye considerablemente, por lo que es recomendable estar bien protegido cuando esto sucede.
Hoy notamos la presencia de muchos turistas europeos. En los países anteriores los brasileños estaban en todos lados; ahora parece que le cedieron su lugar a los europeos, principalmente a los provenientes de Francia.
Por la mañana, caminamos hasta el punto de reunión con el tour, abordamos un camión con el resto de la gente, y salimos rumbo a la frontera con Bolivia.
En medio del desierto en un camino de tierra, el camión se paro frente a una flecha que impedía el paso. De un pequeño edificio (un piso y no mas de dos cuartos), salio un tipo corriendo a levantar la flecha. Dentro del pequeño edificio, que era la oficina de migración, nos sellaron los pasaportes y nos dieron la bienvenida a Bolivia.
Ami me ha tocado cruzar fronteras en lugares con poca infraestructura, principalmente en África, pero este cruce estuvo cerca de convertirse en el numero uno en la lista, desbancando el cruce entre Liberia y Guinea. La única diferencia es que aquí había una flecha de metal y allá, solo una cuerda.
Aquí mismo dejamos el camión y nos dividieron en dos camionetas 4x4. La Flaca y yo íbamos con una pareja de franceses, Sabrina y Ludovic, y dos chicas Austriacas, Lisa y Nadine. Nuestro chofer era Lucas. En la otra 4x4 subieron 7 franceses.
Ya en las camionetas iniciamos el recorrido por el altiplano boliviano. Nuestra primera parada Laguna Blanca. Su nombre viene por su color. Según Lucas, que también es medio guía, todas las lagunas que veremos en el viaje están parcialmente congeladas por las bajas temperaturas.
Unos kilómetros mas adelante encontramos Laguna Verde. Las lagunas tiene diferentes colores por el tipo de minerales que se encuentran en el subsuelo. No son muy profundas, pero llegan a ser muy extensas.
Seguimos nuestro camino hasta unas aguas termales que estaban a un lado de una de las lagunas. Algunos locos desafiaron el frío y decidieron meterse a nadar; La Flaca y yo solo disfrutamos del paisaje.
La siguiente parada fueron los géiser. El lugar mas alto en el recorrido; aquí estábamos sobre 4,100 msn. Los géiser son producto de la actividad volcánica de la zona. Las temperaturas del liquido sulfúrico llega a mas de 100 grados centígrados.
Por la tarde arribamos a Laguna Colorada, lugar donde pasamos la noche. Esta es la laguna mas extensa. Es conocida por el número de flamingos que la habitan. Al estar parcialmente congelada solo nos toco ver algunas de estas aves. Después de comer, salimos a caminar hasta un mirador para apreciar mejor la laguna. El regreso fue difícil. El viento tomo velocidad y estaba muy frío.
La noche también fue muy fría. Con cuatro o cinco cobijas y el sleeping bag, que realmente era un chiste porque era muy delgadito tanto que ni en la playa calentaba, combatimos el frío. Pero no solo pasamos frío sino que no pudimos dormir mucho.
La primera parada por la mañana fue el árbol de piedra. Este es parte de varias formaciones rocosas, pero como su nombre lo indica, es una piedra que tiene forma de árbol.
Antes de llegar a donde almorzamos, pasamos por un valle de rocas. Fue increíble porque todo lo que nos rodeo por 20 kilómetros fueron formaciones rocosas.
En una parada antes de llegar hasta nuestro hostal para esta noche, paramos en un pueblo que es casi fantasma. Solo viven unas 10 familias en este lugar que un día fue uno de los puntos importantes para la industria de la sal en Bolivia.
Durante el resto del día pasamos por algunos otros poblados, con mas gente y con llamas y alpacas, hasta que llegamos al Salar de Uyuni, donde los poblados solo se encuentran a las orillas, como el hostal donde dormimos.
El Salar de Uyuni es el desierto de sal mas extenso y mas alto del mundo. Tiene cerca de 12,000 km cuadrados y esta a 3,650 msn. Además es la ruta de mayor transporte en el altiplano boliviano.
Este segundo hostal fue mucho mejor que el primero, mas calido y con agua caliente. Además la comida fue mucho mejor.
Por la mañana iniciamos la visita al Salar. Paramos en un punto donde cortan bloques de sal que usan para procesarla para el consumo o usan los bloques tal cual para la construcción. Si es para el consumo, deshacen los bloques y hacen montones de sal que ponen a secar.
Dentro del Salar hay 22 islas. La Isla Incahuasi o Isla Pescado es la mas conocida y la única abierta al publico. Al visitarla encontramos que había varios nativos celebrando. La celebración era en agradecimiento a la Pachamama (en Quechua mama = madre, pacha = tierra / mundo (en este contexto Tierra es referente a Mundo). Pachamama es una de las deidades mas veneradas en esta región y en esta fecha le agradecen por el trabajo, la siembra y todo lo bueno que les ha traído.
Desde la cumbre de la isla uno se da una mejor idea del tamaño del Salar, ya que se pierde en el horizonte antes de que se pueda ver el final.
Seguimos nuestro recorrido hasta llegar a un hotel de sal. Todo el hotel esta construido a base de sal. Las paredes, las mesas, la base de las camas todo. Por ser temporada baja no estaba abierto, pero pudimos ver por la ventanas el interior.
Antes de comer llegamos al final de nuestro tour en la ciudad/pueblo de Uyuni. Nos encontramos con que no había luz desde las 4:00 am y la Flaca y yo no traíamos dinero…aclaro que no fue falta de planeación. La información que recibimos por parte de la compañía del tour fue equivocada y en lugar de pagar 30 bolívares por persona al entrar al parque nacional, tuvimos que pagar 150 por persona y aquí fue donde quedamos mal. El parque nacional subió las cuotas recientemente y nos dieron la información anterior.
Pero el destino nos ayudo y nos puso en el camino a una pareja de franceses (Sabrina y Ludovic) que muy amablemente nos presto dinero para pagar los pasajes a La Paz. La verdad que todos franceses que viajaban con nosotros eran muy buena gente y esperamos seguir en contacto con ellos y verlos cuando estemos en España. Debemos un agradecimiento especial para Sabrina y Ludovic. Por la noche tomamos el camión a La Paz.
Llegamos a La Paz, nos acomodamos en el hotel, y salimos a comer. La Flaca no se sentía bien y nos quedamos en el cuarto para que descansara. Por la noche salí a cenar con nuestros nuevos amigos franceses; La Flaca prefirió quedarse esperando sentirse mejor mañana.
A la mañana siguiente, después de que la Flaca paso una noche de mucha tos, decidimos ir a una clínica para que la revisaran nuevamente. Nos recomendaron la Clínica del Sur, que es una clínica recomendada por la embajada de Estados Unidos. Llegamos y le hicieron algunos estudios (sangre y radiografías) y el diagnostico fue una infección muy fuerte en las vías respiratorias que incluye bronquitis, laringitis, sinusitis y un poco de edema por la altura. Así que llegamos a la clínica por la mañana del martes 3 de agosto y salimos por la tarde, pero del 10 de agosto…
Estuvo con suero toda la semana, oxigeno por tres días, jarabe, algunas inyecciones para la fiebre y el dolor de costillas que le dio de tanto toser. Además se le infiltro el brazo del suero, así que tuvieron que cambiar el suero de brazo y el otro le quedo dañado por otra semana.
Yo dormía en el hospital, en un sofá cama en el mismo cuarto que La Flaca. El sofá cama mas horrible e incomodo; todos los días me levantaba con dolor de espalda. Salía para comer y para comunicarme al seguro medico, que aparentemente van a pagar todo. Los últimos días también me la pase cambiando y comprando boletos de avión.
Por fin salio; me la dejaron muy bien, aunque siguió tomando antibióticos, jarabe para la tos, y con pomada para el brazo malo. Obviamente la tomamos con mucha calma los siguientes días, pero definitivamente hicieron buen trabajo los doctores en La Paz.
El ultimo día y medio en La Paz caminamos por la calle de las artesanías, visitamos la Iglesia de San Francisco, la Plaza Murillo donde están la Catedral y el Palacio de Gobierno, la Plaza Abaroa, y un mirador desde donde pudimos constatar que La Paz esta construida en un valle muy inclinado, que mas bien parece un cráter.
El jueves, 12 de Agosto, salimos para Cusco.
Santiago, Chile; the Bolivian Plateau and the Uyuni Salt Plains; La Paz, Bolivia
We arrived to Santiago very early. The bus left us very close to the hostel where we had our reservation. There was no sign of the snow that we had heard about; on the contrary the weather was less cold than in Buenos Aires and the sun was shining. We walked to the metro station and two stops later we got off. We walked another 5 or 6 blocks, which felt like 20 due to the weight of our backpacks, and we found Hostal Providencia.
Upon arrival they advised that it was very early and the room would not be ready until 1:00 pm. La Flaca began to feel ill so we decided to rest in the living room of the hostel for a few hours until they gave us our room.
The shower was not very good and the hot water was not very hot, but once clean we decided to go out and find something to eat to feel better. The food helped so we decided to go downtown.
We found the metro, but without much idea of where to get off, we asked for directions. We got on the metro and got off to arrive to a pedestrian street that took us to the Plaza de Armas and later a market.
In the Plaza de Armas we saw the cathedral and the city hall. Since it was Sunday, we saw people painting the sidewalk with chalk, others singing and dancing, and a lot of people just out walking around.
When it started to get dark we decided to go inside a restaurant for tea and coffee, but sadly, we realized that it’s not like Argentina here where they give you pastries or cookies with your tea/coffee. La Flaca started to feel bad again so we decided to return to the hostel and make dinner there.
The following day La Flaca woke up with a bad cold and temperature. We spent the day inside the hostel, I only went out to eat at Fuente Alemana, a restaurant where they serve great sandwiches, and to buy more Kleenex and something to make for dinner.
For the next two days, La Flaca was sick. She got a little better and the fever subsided, but she spent two days looking at a cheap imitation Picasso painting that hung in front of her bed. We decided to go to the clinic at the Catholic University so they could examine her. The doctor confirmed that she had a strong cold, but that it seemed to be toward the end so he prescribed some medicine.
The last day in Santiago La Flaca was feeling better, so before we went to the airport to catch our plane to San Pedro de Atacama, we decided to go up to the Cerro San Cristobal. It is a small hill in the middle of Santiago where you can go up a funicular to admire the city from above and the snow-covered mountains surrounding us.
The high level of pollution in the city surprised us. A layer of smog clouded the view.
We left for Calama, in the north of Chile, in the evening, where the darkness and very cold air met us. We took the bus toward San Pedro de Atacama from which our tour to the Salt Plains of Uyuni would leave.
With songs in French coming from the next room, we woke up mumbling obscenities in Spanish and English. We bought bread for breakfast and showered before leaving to find an internet café.
Our first encounter with San Pedro de Atacama was at night and the only thing that I could see were dirt roads and some houses, which by their color appeared to be covered in dirt or made of mud or adobe. This morning the scenery didn’t look much different. The dirt was everywhere.
We walked to the center of town and went inside the first internet café we found. To our surprise, there were Chris and Christiane, the English couple we had met in Brazil and that we later saw in Buenos Aires. We couldn’t believe it. We agreed to meet with them later for lunch.
In the meantime we went to confirm our tour to the Uyuni Salt Plains. There was a man in the agency’s office that made me a little nervous, he wasn’t very bright, but we paid him and arranged to borrow sleeping bags for the trip. We walked back to the plaza and once we found our friends we went to eat in a small restaurant serving traditional food, which turned out to be very good.
During lunch and the rest of the afternoon we shared stories of the events that had taken place in the last few weeks since we had seen each other in Buenos Aires. They had arrived the day before from the Uyuni Salt Plains tour and they had good things to say. Before it got dark and colder, we decided to return to the hostel.
San Pedro is in the desert that covers the northeast region of Chile and the southwest region of Bolivia. It’s at an elevation of about 7,800 feet, overlooked by the volcano Licancabur. Like all deserts, it is hot during the day, but once the sun sets, the temperature drops considerably, so it is recommended to be warmly dressed when this happens.
Today we noticed the presence of many European tourists. In the previous countries the Brazilians were everywhere; now it seemed the Europeans had taken their place, primarily those from France.
In the morning, we walked to the meeting point for the tour, boarded the bus with the rest of the group, and left toward the border with Bolivia.
On a dirt road in the middle of the desert, the bus stopped in front of a gate that blocked the road. From a small building (one floor and not more than two rooms), a guy came running out to lift the gate. Inside the small building, which was the immigration office, they stamped out passports and welcomed us to Bolivia.
I’ve crossed borders in places with little infrastructure, primarily in Africa, but this crossing was close to becoming number one on the list, replacing the crossing from Liberia to Guinea. The only difference was that here there was a metal gate and there, only a rope.
Here we left the bus and they divided the group into two 4x4s. La Flaca and I went with a French couple, Sabrina and Ludovic, and two Austrian girls, Lisa and Nadine. Our driver was Lucas. In the other 4x4 were 7 French travelers.
Once in the 4x4s we began our journey across the Bolivian plains. Our first stop was Laguna Blanca (White Lagoon). Its name comes from its color. According to Lucas, who was also sort of a guide, all the lagoons that we’d see on this trip were partially frozen due to the low temperature.
A few miles ahead we found Laguna Verde (Green Lagoon). The lagoons have different colors from the type of minerals that are found underground. They aren’t very deep, but they are very extensive.
We continued along the road until we reached some hot springs that were beside one of the lagoons. Some of the crazy travelers braved the cold and decided to get in; La Flaca and I just enjoyed the scenery.
The second stop was to see the geysers. This was the highest point in the journey; here we were at about 13,450 feet. The geysers are a product of the volcanic activity in this area. The temperature of the liquid sulphur reaches more than 212 degrees Fahrenheit.
In the afternoon we arrived to the Laguna Colorada (Colored Lagoon), where we would spend the night. This is the largest lagoon. It’s known for the number of flamingos that inhabit it. Since it was partially frozen we only saw a few of these birds. After lunch, we went out for a walk up to the lookout point to better appreciate the lagoon. The way back was difficult. The wind kicked up and it was very cold.
The night was also very cold. With four or five blankets and the sleeping bag, which really was a joke because it was so thin that even at the beach it wouldn’t keep you warm, we fought the cold. But we were not only cold, we also hardly slept.
The first stop the next morning was the rock tree. This is a part of various rock formations, but this one, like its name, is a rock shaped in the form of a tree.
Before arriving to where we’d eat lunch, we passed through a valley of rocks. It was incredible because everything surrounding us for about 12.5 miles were rock formations.
One stop before we reached our hostel for the night, we stopped in what seemed to be a ghost town. Only 10 families live in this place that at one time was one of the important points for salt industry in Bolivia.
The rest of the day we passed through some towns, with more people and with llamas and alpacas, until we reached the Salt Plain of Uyuni, where the towns are only found on the edge, like the hostel where we would sleep.
The Salt Plain of Uyuni is the highest and most extensive salt plain in the world. It has close to 7.450 square feet and is located at 11,975 feet above sea level. It’s also the major transportation route in the Bolivian plains.
This second hostel was much better than the first, warmer and with hot water. The food was also much better.
In the morning we began our visit to the Salt Plain. We stopped at a place where they cut blocks of salt that are later processed for consumption or that are used as bricks for building. If it is for consumption, the blocks are broken into piles of salt that are left to dry.
Inside the Salt Plain are 22 islands. The Isla Incahuasi or the Isla Pescado (Fish Island) is the best known and the only one open to the public. Upon arrival we found several native people celebrating. The celebration was in thanks to the Pachamama (in Quechua, the native language, mama = mother, pacha = earth). Pachamama is one of the deities most worshiped in this region and on this date they thank her for her work, the harvest and everything good she has brought them.
From the top of the island one better understands the size of the Salt Plain, since you lose sight of the edge on the horizon.
We continued our journey until we reached a hotel made of salt. The entire hotel is built from salt, the walls, tables, the bed frames and everything. Due to the fact that it was now low season it was not open, but we could see inside from the windows.
Before lunch we reached the end of our tour in the city/town of Uyuni. We found out that there had not been any power since 4:00 am and La Flaca and I didn’t have any money…I clarify that it is not because we didn’t plan properly. The information we received from the tour company was wrong and instead of paying 30 bolívares per person to enter the national park, we had to pay 150 per person and this is where we got off track. The national park raised their price recently and they had given us the old price.
But destiny helped us and placed on a path with a French couple (Sabrina and Ludovic) that were kind enough to loan us the money for our bus passes to La Paz. The truth is that all the French people that traveled with us were very nice and we hope to stay in contact with them and see them when we’re in Spain. We owe a special thanks to Sabrina and Ludovic. We took the bus to La Paz that night.
We arrived to La Paz, we settled into our hotel, and went out to eat. La Flaca was not feeling well so we stayed in the hotel room to rest. I went out at night for dinner with our new French friends; La Flaca preferred to stay in hopes that she’d feel better in the morning.
The next morning, after La Flaca endured a night of a lot of coughing, we decided to go to a clinic so she could be examined again. We were directed to the Clínica del Sur, which is a clinic recommended by the embassy of the United States. We arrived and they performed some tests (blood and x-rays) and the diagnosis was a very strong respiratory infection including bronchitis, laryngitis, sinusitis and some breathing trouble caused by the altitude. So we arrived to the clinic on the morning of August 3rd and we left in the afternoon, but on the 10th of August…
She had an IV all week, oxygen for three days, cough medicine, some injections for fever and pain in her ribs from so much coughing. On top of that the liquid from the IV went out of her vein and into her muscle, so they had to change the arm the IV was in and the other arm was left swollen for another week.
I slept in the hospital, on a sofa bed in the same room as La Flaca. The sofa bed was horrible and uncomfortable; I woke up each day with back pain. I went out of the hospital to eat and call the medical insurance company, which apparently is going to cover everything. The last few days I also spent changing and buying plane tickets.
She finally left the hospital; they left her with me well, even though she continued to take antibiotics, cough medicine for her cough, and a cream for her bad arm. Obviously we took the next few days calmly, but the doctors in La Paz definitely did a good job.
The last day and a half in La Paz we walked down the street full of crafts, visited the Church of San Francisco, the Plaza Murillo where the Cathedral and City Hall are located, the Plaza Abaroa, and a lookout point from where we deduced that La Paz is built in a very inclined valley, that looks more like a crater.
Thursday, August 12th, we left for Cusco.