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El otro día caminando por aquí cerca del apartamento, vimos una lavandería y preguntamos cuanto por lavar, gran sorpresa es muy barato, así que no tenemos que lavar a mano como lo hemos venido haciendo. Por lo tanto, hoy jueves por la mañana, cuando íbamos con rumbo a Puerto Madero, dejamos la ropa en la lavandería.
Puerto Madero es el antiguo puerto. Funciono hasta 1908 y después estuvo abandonado hasta que en 1989 cuando los gobiernos de la nación y de la ciudad se unieron para iniciar un proyecto de urbanización para convertir las bodegas abandonadas, que se encuentran a lo largo del río, en oficinas, una universidad, apartamentos y restaurantes exclusivos.
Dejaron y acondicionaron las antiguas grúas para que junto a las bodegas siguiera el estilo industrial. Además plantaron árboles en la zona peatonal y acondicionaron áreas verdes para que los porteños disfruten de esta zona con sus familias.
Antes de dejar Puerto Madero, decidimos que era un buen lugar para comer el almuerzo. Así que sentados en una banca y con la vista del puente de la Mujer (el cual sevillanos y regiomontanos encontraran familiar), una fragata del siglo XIX que ahora es museo y la mezcla de edificios modernos y antiguos, disfrutamos de nuestro bocadillo de jamón y salame.
Salimos de Puerto Madero con rumbo al centro, pasamos frente a la Casa Rosada y seguimos nuestro camino hasta llegar al Palacio Barolo. Siguiendo la recomendación de Maca, regresamos a este edificio, para verlo por dentro y subir al faro.
Para la época en la que fue construido tuvo un diseño muy innovador, con un estilo Art Deco y algunos detalles de arte islámico.
Como habíamos mencionado en la nota anterior, el creador de este edificio era un gran admirador de Dante Alighieri y junto con el dueño tenían el plan de trasladar los restos de este escritor para que el Palacio fuera su mausoleo.
Algunas de las referencias a la Divina Comedia son que el Palacio esta dividido en tres partes, haciendo alusión al Infierno, Purgatorio y Cielo. Además la estructura tiene 100 metros de alto, mismo numero de cantos.
Terminamos el recorrido subiendo al faro. Por una escalera de caracol, que no es apta para claustrofóbicos, recorrimos los últimos dos pisos y pudimos disfrutar la vista de la ciudad. Según Maca, este el punto mas alto, con vista de 360 grados en Buenos Aires. El paisaje urbano es increíble.
Por la noche teníamos planes de cenar con Rocío, una amiga de Colombia que desde hace algunos años vive en Buenos Aires. Pero antes pusimos en practica nuestra nueva tradición de pararnos en una confitería a tomar el café y/o te, con algunas galletitas, por la tarde.
Nos encontramos con Rocío en un restaurante de comida asiática, muy bueno. Después de no vernos por cinco años la platica fue larga y tendida para ponernos al tanto de nuestras vidas y nuestros planes.
El viernes era día de tango, pero el show era por la noche, así que teníamos varias horas antes de ir al Viejo Almacén.
Empezamos el día visitando la calle Florida. Es una calle muy famosa en esta ciudad, ya que es peatonal y con muchas tiendas y restaurantes (cuatro McDonald’s). Mucha gente viene de compras o solo a pasear; no importa si es fin de semana o entre semana.
Mientras caminábamos, me pare en un teléfono publico y con mucha esperanza llame al consulado de India para ver si de pura casualidad habían tenido tiempo para procesar las tres aplicaciones en los tres días que han pasado desde que solicite la visa. Con alegría puedo decir que la respuesta fue positiva. Mi visa para India estaba lista, así que fuimos a recogerla.
Pasaporte y visa en mano, buscamos una banquita entre los árboles de la plaza San Martín para comer nuestro almuerzo.
Con panza llena, tomamos el colectivo con dirección de la Recoleta. Nuestro destino ver la Flor de Metal, que se encuentra en la Plaza de las Naciones Unidas. “Floralis Generica” por el nombre que le dio su creador, el arquitecto argentino Eduardo Catalano. Esta obra fue donada en el 2002 por Catalano en agradecimiento a su país. La flor gigante esta en medio de una fuente y tiene un mecanismo que hace que se abra y se cierre cuando sale y se mete el sol.
Cruzamos la calle para visitar el Museo de Bellas Artes, donde vimos algunas obras de impresionistas y una exposición de fotografía. También vimos una exposición de unas tablas que relataban la historia de la conquista de México.
En esta ultima exposición pudimos constatar que la falta de unidad de los pueblos latinoamericanos viene desde la época de la conquista. Un claro ejemplo fue la conquista de México. Hernán Cortes, conquistador de México, ya estaba prácticamente derrotado por los Aztecas cuando recibió el apoyo del pueblo Tlaxcalteca (enemigo de los Aztecas) con lo cual retomo fuerza y venció a los Aztecas.
Dejamos el arte y la historia para seguir nuestra nueva tradición (café/te y galletitas a media tarde). Con suficiente azúcar en la sangre y con menos frío regresamos a casa con tiempo justo para cenar y prepararnos para el tango.
Entramos al Viejo Almacén, uno de los típicos lugares para disfrutar del tango. Este lugar inicio siendo un lugar donde los parroquianos se reunían a tomar vino, fumar, y hablar de sus asuntos, principalmente su inconformidad con el dominio español. Mas tarde fue hospital, restaurante, y finalmente se convirtió en un lugar para celebrar el tango, tanto en música como en baile.
La banda compuesta por un pianista, un contra-bajista, dos violinistas y dos acordeonistas muy jóvenes y apasionados salieron y empezaron a tocar, tres parejas se les unieron en el escenario y el tango inicio. Un cantante se les unió en la segunda canción y alterno el escenario con una cantante.
Las tres parejas bailaron juntas y por separado. La Flaca y yo disfrutamos mas cuando bailaba una sola pareja a la vez. La música, los movimientos y la pasión de los bailarines lograron transmitir un sentimiento que nos hizo vibrar y disfrutar del tango.
El sábado por la mañana fuimos al tradicional mercado de la Recoleta. Justo afuera del cementerio se ponen los puesteros que ofrecen desde joyas, artesanías, ropa, comida, etc. La Flaca se compro un anillo barato, para suplir el de bodas que dejamos en San José, yo no encontré uno para mi. Lo que si encontré fue un panecito relleno de tomate, huevo cocido y jamón que esta magnifico y un churro relleno de dulce de leche y cubierto de chocolate…que cosa…sin palabras.
Siguiendo nuestro plan del día, nos dirigimos al parque 3 de febrero. Un parque muy grande que los porteños frecuentan para disfrutar el día con sus familias, con la novia(o) o para hacer ejercicio. Nosotros nos sentamos en el césped frente a un pequeño lago y disfrutamos de nuestro almuerzo.
Cuando el sol empezó a descender, caminamos un poco hasta el jardín de rosales. Por la época del año no había muchas flores, pero a pesar de esto, el verde brillante del césped, las fuentes y la luz del atardecer hacían de este, un lugar muy bonito. El cual en verano debe ser espectacular.
Antes de que nos cogiera el frío de la tarde, nos fuimos a refugiar a una confitería. Calefacción, café/te y un pastelito. Estos argentinos si que saben disfrutar la vida.
Por la noche teníamos el plan de ir a tomar una copa al apartamento de Rocío y luego irnos a un bar a escuchar jazz. Pero la buena compañía, los tragos y la platica consumieron las horas, por lo que nunca dejamos el apartamento de Rocío. A las dos de la mañana los cuatro (La Flaca, Rocío, Hernán, novio de Rocío y yo) decidimos que ya era muy tarde para salir, pero teníamos mucha hambre, así que Hernán entro a la cocina y nos preparo una pasta buenísima. A las 4:00 am salimos rumbo a nuestro apartamento.
Domingo, al despertar, lo primero que escuchamos fue la lluvia. Esto no es nada bueno para nuestros planes de caminar por el barrio de San Telmo y su mercado…
Un duchazo, desayunados y usando impermeables salimos con la esperanza de que los puesteros hayan desafiado a la lluvia para seguir con la tradición de cada domingo. Caminamos por la calle de Perú hasta la esquina con Estados Unidos, donde se supone se pone el mercado ambulante y no había un alma. La lluvia había vencido.
Que hacer…Jim, un amigo de San Diego, había visto un comentario de la Flaca en Facebook de que estábamos en Buenos Aires y le había escrito para decirle que el también estaba en esta ciudad. Así que le llamamos y nos quedamos de ver en un bar en la Recoleta.
Caminando hacia donde teníamos que coger el colectivo, nos encontramos el Mercado de San Telmo. No precisamente el mercado callejero que queríamos ver, pero por lo menos no nos fuimos con las manos vacías. Este mercado es permanente y bajo su techo de lamina se puede encontrar de todo. Comida, verduras, frutas, muebles, relojes, antigüedades y cualquier cosa que a uno se le ocurra, bueno hasta piedras.
Cuando uno esta viajando y se encuentra a 9,500 kilómetros de casa, entre gente desconocida, siempre es bueno ver una cara conocida. Nos encontramos con Jim y entre un par de cervezas nos platico que esta haciendo por acá y nosotros le platicamos sobre nuestro viaje y nuestros planes futuros.
Un par horas mas tarde cambiamos de bar. Una cerveza mas y la Flaca y yo nos despedimos. Nos fuimos a cenar a un restaurante en San Telmo, que la verdad, no nos gusto mucho. Esto nos pasa por traicionar a El Hipopótamo.
Lunes por la mañana, entregamos el apartamento, caminamos las 6 o7 cuadras hasta la terminal de Constitución. Hicimos el mismo recorrido que hace una semana en la línea C, pero en sentido contrario, hasta llegar a la estación Retiro, donde esperamos la salida del camión que nos llevaría hasta Bariloche.
Puerto Madero, Palacio Barolo, Tango, Friends and San Telmo
Walking here the other day near the apartment, we saw a laundromat and asked how much it would be to wash our clothes. Big surprise it was really cheap so we didn’t have to wash everything by hand like we have been. Therefore, this morning, as we were on our way to Puerto Madero, we left our clothes at the laundromat.
Puerto Madero is the old port. It was functioning until 1908 and then was abandoned until 1989 when the city and national government came together to begin a project to convert the abandoned warehouses, that are found along the river, into offices, a university, apartments and exclusive restaurants.
They left and refurbished the old cranes so that along with the warehouses, the industrial style would be maintained. They also planted trees along the sidewalk and set aside land for parks so that the porteños (Argentines living in Buenos Aires) could enjoy this area with their families.
Before leaving Puerto Madero, we decided it was a good plan to eat our lunch. So we sat on a bench with a view of the Puente de la Mujer (which people from Seville and Monterrey would find familiar), a ship from the 19th century that is now a museum, and a mix of modern and old buildings, enjoying our ham and salami sandwiches.
We left Puerto Madero and headed towards downtown, passing in front of the Casa Rosada and then continued on until we reached The Barolo Palace. Following Maca’s advice, we returned to this building to see it from the inside and to go up to the lighthouse.
For the time that it was constructed, the Barolo Palace has quite an innovative design, with its Art Deco style and some details from Islamic Art.
As we mentioned in the last blog, the creator of this building was a big fan of Dante Alighieri and along with the building’s owner he had hoped that building this in his honor would bring the writer’s remains to the Palace so that it would be his mausoleum.
Some of the references to the Divine Comedy were that the Palace was divided into three sections, making reference to Hell, Purgatory, and Heaven. In addition, the structure is 100 meters tall, one for each canto.
We ended our visit at the top of the lighthouse. Up a winding staircase, which is not fit for those with claustrophobia, we climbed the last two floors to enjoy the view of the city from the highest point in Buenos Aires with a 360-degree view. The urban landscape is incredible.
We had plans in the evening to have dinner with Rocío, a friend from Colombia that has been living in Buenos Aires for a few years. But before meeting for dinner, we put into practice our new tradition of stopping in a confitería to have coffee and/or tea, with some cookies, in the afternoon.
We met Rocío in a Southeast Asian restaurant that was very good. After five years without seeing each other, the conversation was long and we caught up on our lives and plans.
Friday was Tango day, but the show was at night, so we had several hours before we had to go to el Viejo Almacén.
We began our day visiting Florida Street. It is a very famous street in the city, since it is a pedestrian street with many stores and restaurants (four McDonald’s). A lot of people come here to shop or just walk; it doesn’t matter whether it is the weekend or a weekday.
While we were walking, I stopped at a public telephone and with high hopes I called the Indian Consulate to see if by chance they had time to process the three applications in the last three days since I turned in my visa application. With joy I can tell the response was positive. My visa for India was ready so we went to pick it up.
Passport and visa in hand, we found a bench among the trees in the Plaza San Martín to eat our lunch.
With a full stomach, we rode the bus toward the Recoleta. Our destination was the Metal Flower that is found in the United Nations Plaza. “Floralis Generica” or generic flower, the name given the flower by its creator, the Argentine architect Eduardo Catalano. Catalano, as symbol of appreciation for his country, donated this piece of art to the city in 2002. The giant flower is in the middle of a fountain and has a mechanism enabling it to close when the sun sets and open when the sun rises.
We crossed the street to visit the Museum of Fine Arts, where we saw some impressionist paintings and a photography exhibit. We also saw an exhibit of tablets that explained the history of the conquest of México.
In this last exhibit we confirmed that the failure to unite Latin American people dates back to the time of the Spanish conquest. A clear example was the conquest of Mexico. Hernan Cortes, conqueror of Mexico, was practically defeated by the Aztecs when he received the support of the Tlaxcalteca people (enemy of the Aztecs) who helped him regain strength and triumph over the Aztecs.
We left the art to follow our new tradition (afternoon coffee/tea and cookies). With sufficient sugar in our blood and less cold, we returned to the apartment with enough time for dinner and to get ready for Tango.
We entered El Viejo Almacén, one of the typical places to enjoy Tango. This place began as a place where the locals came together to drink wine, smoke, and discuss business, primarily their disagreement with the Spanish rulers. Later it was a hospital, restaurant, and finally it became a place to celebrate Tango, the music as well as the dance.
The band made up of a pianist, two violinists, a bassist, and two very young but passionate accordion players, came out and began to play. Three couples joined then on stage and the Tango began. A singer joined during the second piece and he alternated with a female singer as the night continued.
The three couples danced together and separately. La Flaca and I enjoyed it more when each couple danced alone. Through the music, movements, and passion of the dancers, we felt and could really enjoy the passion of Tango.
Saturday morning we went to the traditional artisan market in the Recoleta. Just in front of the cemetery they construct stands selling jewelry, crafts, clothing, food, etc. La Flaca bought a cheap ring to take the place of her wedding ring that we left in San Jose, but I didn’t find one for me. What I did find was fresh bread stuffed with tomato, scrambled egg, and ham that was magnificent, and a churro filled with dulce de leche and covered in chocolate…what a thing…no words.
Following our plan for the day, we went to el Parque 3 de Febrero. It’s a large park where porteños frequently go to enjoy the day with their families, with their boyfriend/girlfriend, or to work out. We sat in the grass in front of a small pond and enjoyed our lunch.
When the sun was beginning to set, we walked a little bit until we reached the rose garden. Due to the time of year, there weren’t many flowers, but aside from that the brilliant green color of the grass, the fountains and the light from the sunset in the East, made this a lovely place. It must be spectacular in the Summer.
Before we could catch cold, we found refuge in a confitería. Heat, coffee/tea and a pastry, these Argentines really know how to enjoy life.
That night we had planned to go to Rocio’s apartment for a drink and then go to a bar to listen to jazz. But good company, drinks and conversation made the hours pass quickly, so we never left Rocio’s apartment. At two in the morning the four of us (La Flaca, Rocio, Hernán – Rocio’s boyfriend, and I) decided it was too late to go out, but hunger took over so Hernán went into the kitchen and prepared some great pasta. At 4:00 am we left to return to our apartment.
Sunday, when we woke up, we heard the rain. This was not good for our plans to walk through the neighborhood of San Telmo and its street market…
After a shower and breakfast, we put on our raincoats and went out with hopes that those selling in the street market were not scared away by the rain and had continued with their Sunday tradition. We walked along Perú Street to the corner of The Unites States, where the market should have begun but there was not a soul in sight. The rain had won.
What to do…Jim, a friend from San Diego, had seen a comment on Jen’s Facebook that we were in Buenos Aires and he had written to tell her that he was also in the city. So we called him and agreed to meet at a bar in the Recoleta.
On our way to where we needed to catch the bus, we found el Mercado de San Telmo. It wasn’t precisely the street market we had wanted to see, but at least we were not leaving empty handed. This was a permanent indoor market where one can find anything, food, vegetables, fruits, furniture, clocks, antiques and any thing that you could think of, even rocks.
When one is traveling and finds oneself 5,900 miles from home, among strangers, it’s always nice to see a familiar face. We found Jim and between a few beers we talked about what he was doing here in Buenos Aires and about our trip and future plans.
A few hours later we changed bars. Another beer later and we said goodbye to Jim to go eat dinner at a restaurant in San Telmo, which honestly, we didn’t end up liking very much. This is what we got for betraying El Hipopótamo.
Monday morning we returned the apartment and walked 6 or 7 blocks to the terminal at Constitución. We made the same trip we did a week ago on line C, but in the opposite direction until we reached the Retiro station, where we awaited the bus that would take us to Bariloche.
Gracias por el post! Me viene estupendo, ya que tendré que realizar una visita pronto por Argentina por cuestiones laborales. Que hoteles en Buenos Aires pueden recomendarme? que sector de la ciudad? Ya que he notado que la pudieron recorrer bastante :)
ReplyDeletesaludos!
Hola Carol,
ReplyDeleteHemos seguido viajando con poco accesso a internet por eso la respuesta tan tardia.
Nosotros rentamos un apartamento por una semana en San Telmo. Te envio el website (www.byt-argentina.com.ar/)puedes buscar por precio y zona. Otras zonas buenas son Palermo, Palermo Soho, La Recoleta.
En cuanto a hoteles, yo cuando fui la primera vez me quede en apartahotel en la calle de Suipacha, no recuerdo el nombre pero esta entre las calles de Arenales y Juncal