Thursday, August 19, 2010

Argentina to Chile - Cruce de Lagos


(scroll down for English version)

Bariloche (Argentina), Cruce de Lagos, Puerto Montt y Frutillar Bajo (Chile)

Eran las 8:00 am cuando estábamos abordando el camión a Puerto Pañuelo. Después del suspenso de los boletos de Puerto Montt a Santiago, y el shock del precio del hotel y el tour de Cruce de Lagos, estábamos listos para relajarnos y disfrutar el viaje.

Un camión nos llevo del centro de Bariloche a Puerto Pañuelo en mas o menos una hora. Rápidamente nos dimos cuenta que el típico mochilero no toma este tipo de tours. Claro que era evidente por el precio, sin embargo, fue mas obvio al ir parando en los diferentes hoteles y lodges a lo largo del lago Nahuel Huapi, los cuales eran cada vez mas extravagantes. Para cuando llegamos a Puerto Pañuelo, el camión estaba lleno de lo que parecían turistas brasileños adinerados.

Salimos del puerto en un catamarán rumbo a Puerto Blest, navegando el estrecho lago que nos llevo a través de la base de la cordillera de los Andes. Hoy, el viento era mas frío y las montanas que nos rodeaban mas impresionantes.



Al llegar a Puerto Blest, un puerto pequeñísimo, las montanas nos envolvían. Antes de abordar el siguiente camión hacia Puerto Frías, aprovechamos para tomar algunas fotos. En este corto trayecto aprendimos que este lugar en particular, entre Argentina y Chile, es considerado una selva.



En Puerto Frías, un lago de color verde esmeralda nos dio la bienvenida; el color verde se debe a los minerales que se encuentran aquí. Esta parte del cruce de los lagos fue, probablemente, mi favorita. Lo dramático de las montañas, aunado al color verde del lago era absolutamente hermoso. Al estar parados en la terraza del barco admirando la vista, volteamos hacia atrás y vimos el sol asomándose entre las montañas. Los rayos del sol sobre el agua del lago eran increíble. Hacia el frente, vimos uno de los volcanes de los Andes cubierto de nieve, y en las faldas de este, estaba el puerto con el control de inmigración Chileno.




Al estar esperando para que todo el grupo pasara inmigración, seguimos admirando el paisaje. Viniendo por la calle que íbamos a coger en unos minutos había una zorra. Estábamos sorprendidos por lo cerca que estaba de nosotros.

El siguiente camión nos llevo a una elevación mayor y a través del bosque, el cual estaba todo nevado. Hicimos una pequeña parada donde colindan el Parque Nacional Nahual Huapi de Argentina y el Parque Nacional Vicente Perez Rosales de Chile. Es cursi, ya se, pero tuvimos que aprovechar la oportunidad de poner un pie en Argentina y el otro en Chile.

Al ir bajando por las montañas adentrándonos en Chile la nieve fue desapareciendo. Aun rodeados por las bellas montañas que habíamos visto desde el barco en el lado argentino, el agua había sido reemplazada por pastizales. Estábamos cerca de Peulla donde pasaríamos la noche. El guía nos informo que al llegar, tendríamos que pasar por el control aduanal Chileno y que no podíamos tener frutas o verduras o embutidos. Una medida típica cuando se cruza alguna frontera, pero no pensamos en esto cuando preparamos los sándwiches para el viaje con la barra completa de pan Bimbo. Aun teníamos como ocho sándwiches así que sacamos el aguacate que compramos, y empezamos a comer. Al llegar al control aduanal, con mi voz mas dulce, le explique al oficial de aduana que habíamos traído comida para el viaje porque estábamos tratando de ahorrar dinero. No pareció importarle, pero como los sándwiches estaban dentro de la bolsa de pan Bimbo, creo que no se dio cuenta que entre las rebanadas de pan había jamón y salami. Lo que si confisco fue la fruta que traíamos.

Peulla es un lugar peculiar. El paisaje es absolutamente hermoso, sin embargo el pueblo es los dos hoteles, uno pequeño y viejo y uno mas nuevo y lujoso. Debido a que al numero de turistas haciendo el Cruce de Lagos es muy reducido durante la temporada de invierno, los pasajeros no tiene la opción de escoger donde dormir. Solo un hotel esta abierto por noche y los empleados se mueven de uno a otro. A nosotros nos toco el pequeño, lo que fue conveniente ya que este es mas barato. Al momento de hacer el check out nos avisaron que el hotel iba a cerrar y que llevarían nuestro equipaje al otro hotel; éramos bienvenidos a esperar el camión el lobby del otro hotel.

Todo iba muy bien, después del problema que fue cambiar los boletos de camión. Pero no, espera…nos informaron que el camión llegaría a Puerto Montt como a las 6:30 pm. Umm…específicamente nos dijeron por dos diferentes agencias que llegaríamos hasta las 8:30 pm, por lo tanto tuvimos que pasar por todo el problema de cambiar los tickets. Esto significa que tuvimos que reducir, un día, nuestra estancia en Santiago de Chile y tuvimos que conseguir hostal de ultimo momento en Puerto Montt, porque no había asientos disponibles en ningún otro camión sino hasta el día siguiente, y ahora nos informan que vamos a llegar dos horas antes de que salga nuestro camión original? Increíble. No estamos nada contentos. Le explicamos la situación a nuestro guía y accedió ayudarnos contactando a la compañía de camiones para ver si estaban nuestros boletos originales disponibles. No tuvo éxito; todos los asientos vendidos.

Continuamos nuestro viaje a través de los lagos, esta vez cruzando el Lago Todos Los Santos en el lado Chileno. Para nuestra mala suerte, empezó a llover y las nubes cubrían toda oportunidad de que teníamos de ver los volcanes nevados.



Una hora y cuarenta y cinco minutos después, llegamos al ultimo puerto donde abordamos el camión que nos llevaría hasta Puerto Montt. Hicimos una parada rápida en el transcurso para visitar unos saltos de agua. No eran cascadas como las de Iguazú, por supuesto, pero muy bonitas; el agua del mismo color verde esmeralda que habíamos visto en Puerto Frías. El agua verde esmeralda corriendo sobre las rocas volcánicas negras hacían un paisaje muy hermoso.

Estaba obscuro cuando llegamos a Puerto Montt. Paramos en un cajero automático y luego cogimos un taxi al hostal, Casa Perla, que de hecho era la casa de una linda señora Chilena llamada Perla. Su hija nos recibió en la puerta y nos enseño nuestra habitación en la parte de arriba de la casa. Antes de salir a cenar, conocimos a Perla, su esposa, y sus nietos.

A la mañana siguiente Perla nos acompaño para el desayuno y nos dio algunas recomendaciones para nuestra corta estadía en Puerto Montt. Seguimos su consejo y caminamos al mercado de pescados y mariscos, después de haber dejados nuestras mochilas en la bodega de la terminal de camiones. Encontramos una cocinería, un pequeño restaurante manejado por una familia, dentro del mercado y ordenamos lo que probablemente es el mejor salmón que he comido en mi vida.

Pasamos por el mercado de artesanías, y regresamos a la terminal de camiones para buscar un colectivo local que nos llevara a Frutillar, un pequeño pueblo vacacional en la orilla del lago Llanquihue que tiene como vigilante el volcán Osorno. Nos habíamos perdido la vista del volcán durante el Cruce de Lagos y una vez mas estaba cubierto por nubes. 


Aparentemente, Frutillar es famoso por dos cosas: el pastel Kuchen y su festival de música. Caminamos por la calle principal, donde están todos los cafés, y pasamos el anfiteatro que esta en remodelación a la orilla del lago. Una vez terminada la remodelación, el centro de conciertos tendrá una vista maravillosa del Osorno. Fuimos a una pequeña pastelería que Perla nos recomendó para café/te y pastel.

Aun teníamos un poco de tiempo antes de regresar a Puerto Montt así que caminamos en la playa y nos metimos a otro café para trabajar en nuestro blog, tomar otra tasa de café/te, y ordenar unos sándwiches para el camión hacia Santiago. Para nuestro deleite, el sol comenzó a ocultarse, las nubes se movieron, y pudimos ver el Osorno. Juan Pablo salio corriendo, como niño que acaba de ver a Santa Claus, a tomar fotos del volcán. La luz del atardecer pinto de un color rosado la punta del volcán.

Una vez que el sol se había ocultado, cogimos el colectivo de vuelta a Puerto Montt y de ahí el camión nocturno a Santiago. Aunque el camión estaba calido y era el mas cómodo hasta la fecha, no me había sentido bien en todo el día. Juan Pablo me leyó un rato hasta que me quede dormida. Estaba esperando un clima mas calido en Santiago, pero habíamos escuchado que la nieve nos recibiría.


Bariloche (Argentina), The Crossing of the Lakes, Puerto Montt and Frutillar Bajo (Chile)

It was 8:00 am and we were boarding the bus to Puerto Pañuelo. After the scare of perhaps not being able to change our bus tickets from Puerto Montt to Santiago, and the shock of the price of the Crossing of the Lakes tour, we were ready to relax and enjoy the trip.

A bus took us from downtown Bariloche to Puerto Pañuelo in about an hour. We soon realized that the typical backpacker does not take this type of tour. This was evident from the price of the tour; however, it became more apparent as we began to stop at different hotels and lodges along Lake Nahuel Huapi, each one more extravagant than the one before. By the time we reached Puerto Pañuelo, the bus was full of what seemed to be wealthy Brazilians.

We left the port in a catamaran headed toward Puerto Blest, a narrow stretch of the lake that took us through the base of the Andes mountain range. The air was colder today and the mountains alongside the water, more impressive.



Upon arriving to Puerto Blest, a tiny port, the mountains seemed to envelope us. Before boarding the next bus toward Puerto Frías, we took the opportunity to take some photos. On this short bus ride we learned that this particular place, between Argentina and Chile, is considered a jungle.



In Puerto Frías, an emerald lake welcomed us; the water is green due to the minerals that are found here. This portion of the crossing of the lakes was perhaps my favorite. The dramatic mountains coupled with the green color of the lake were absolutely beautiful. As we stood on the upper deck of the boat admiring the view, we looked behind us and saw the sun peaking through between the mountains. The light that was cast upon the water was incredible. In front of us we saw a volcano covered in snow, and below it a port with passport control to enter Chile.





As we waited for the group to go through immigration, we continued to enjoy the view. Coming down the road we would take in a few minutes was a fox. We were surprised by how close it came to us.

The next bus took us to a higher altitude and through a snow-covered forest. We made a quick stop where the Nahuel Huapi National Park in Argentina and the Vicente Perez Rosales National Park in Chile meet. I know it’s cheesy but we had to take the opportunity to put one foot in Argentina and the other in Chile.

As we drove down to lower elevation the snow began to disappear. Still surrounded by the beautiful mountains we had seen from the boat on the Argentine side, the water was now replaced by grassland. We were close to Peulla now where we would spend the night. The guide informed us that upon arrival we would go through Chilean customs and that we could not have any fruit, vegetables, or processed meat. A typical rule when crossing a border, but we didn’t think about that when we were making sandwiches for the trip. We still had eight sandwiches left so we took out the avocado we had bought and started eating. Once we arrived to customs control, I sweetly explained to the customs official that we had brought food for the trip because we were trying to save money. He didn’t seem to care but since the sandwiches were inside the original sandwich bread packaging, I don’t think he noticed that there was meat between the slices of bread. He confiscated the fruit we had but we got through with the sandwiches.

Peulla is a peculiar place. The scenery is absolutely beautiful; however, the town is essentially made up of two hotels, one small and older and the other newer and more luxurious. Since the number of tourists crossing the lakes is much lower in the winter, the passengers don’t have the ability to choose in which hotel they will stay. Only one hotel is open each night and the staff moves from one hotel to the other depending on which is open. We got the smaller and older hotel, which turned out to be better for us since it was significantly less expensive than the other. At the time we checked out we were informed that the hotel would be closing and that they would take our baggage to the other hotel; we were welcome to wait for our bus in the lobby of the other hotel.

It seemed that the tour was going smoothly after the trouble we endured to change our bus tickets. But no, wait…we were informed that the bus would arrive to Puerto Montt around 6:30 pm. Umm…we were specifically told by two different agencies that we would not be arriving until 8:30 pm, so we had gone through all the trouble to change our bus tickets. This meant that we had to reduce our time in Santiago de Chile by one day and we had to find a hostel at the last minute in Puerto Montt, since there were no available seats on any other bus until the next day, and now they are telling us that we are going to arrive two hours before our original bus was going to leave? Incredible. We were not pleased. We explained our situation to the guide and he agreed to help us by contacting the bus company to see if we could get back our original tickets. No success; the seats had been sold.

We continued our trip across the lakes, this time crossing Lake Todos Los Santos on the Chilean side. To our dismay, it began to rain and the clouds covered any chance of seeing the snow-covered volcanoes.

One hour and forty-five minutes later we arrived to the last port where we boarded the bus that would take us to Puerto Montt. We made a quick stop on the way to visit some waterfalls. They were not like Iguazú, of course, but still very beautiful; the water was the same emerald green we had seen in Puerto Frías. The emerald green water rushing over the black volcanic rock made for a beautiful sight.

It was dark when we arrived to Puerto Montt. We stopped at an ATM and then took a taxi to our hostel, Casa Perla, which was in fact the home of a nice Chilean woman named Perla. Her daughter greeted us at the door and showed us to our room upstairs. Before heading out to find some dinner, we met Perla, her husband, and the grandchildren.

The next morning Perla joined us at the breakfast table and provided some recommendations for our short stay in Puerto Montt. We followed her advice and walked to the seafood market after putting our backpacks in storage at the bus terminal. We found a “cocineria” or small family run kitchen inside the market and ordered what is probably the best salmon I have ever eaten.

Passing by a crafts market, we made our way back to the bus terminal and took a local bus to Frutillar, a small vacation town on the shore of the lake Llanquihue overlooked by the volcano, Osorno. We had missed the view of this volcano on the Crossing of the Lakes tour and once again it was obscured by clouds. Frutillar appeared to be famous for two things: Kuchen cake and its music festival. We walked along the main street that was lined with coffee shops and past the amphitheater that was being remodeled on the water’s edge. Once finished, the concert hall would open to a wonderful view of Osorno. We came to the small bakery Perla had told us about and went in for tea/coffee and cake.

We still had some time before we needed to head back to Puerto Montt so we walked along the beach and settled into another café to work on our blog, enjoy another cup of tea/coffee, and order some sandwiches for the bus ride to Santiago later. To our delight, as the sun began to set, the clouds began to part and we got a glimpse of Osorno. Juan Pablo rushed outside like a child who had spotted Santa Claus to take photos of the volcano. The light from the sunset turned the tip of the snow-covered volcano a pinkish color.

Once the sun had gone we boarded the bus back to Puerto Montt and then an overnight bus to Santiago. Although the bus was warm and the most comfortable to date, I had not been feeling well all day. Juan Pablo read to me for a while until I began to fall asleep. I was hoping for warmer weather but we had heard the snow would greet us in Santiago.

2 comments:

  1. excelente experiencia estimados ardilla y jen!
    me transportaron al '97, cuando tuve la oportunidad de estar por aquel regalo de la naturaleza!

    un fuerte abrazo y que sigan haciendo camino!
    joaquín

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