Monday, August 2, 2010

Brazil - Rio de Janeiro 2




(scroll down for English version)


Santa Teresa, Parque Nacional Tijuca y Lapa


En nuestro quinto día en Río, seguimos el consejo de otro viajero que habíamos conocido (Martin, que conocimos en Salvador) y nos cambiamos de hostal para probar un nuevo sabor de Río. Ipanema nos trato bien, pero esta mañana empacamos nuestras cosas y nos mudamos al barrio de Santa Teresa. Localizado en un colina justo arriba del centro de Río, Santa Teresa es conocido por su vibra artística y bohemia.


Hay diferentes formas de subir al barrio, nosotros escogimos la mas tradicional, usando el trolley. El “bondinho”, como se le conoce al trolley, es abierto como los que están en San Francisco, y aquí mucha se sube y se cuelga en uno de los lados también. Te lleva del centro de la ciudad sobre el viejo acueducto, que es la entrada al barrio de Lapa, el cual es conocido por sus casas de música y su vida nocturna, y hacia arriba a través de las calles zigzagueantes de Santa Teresa.




La primera parada es una estación abierta en el medio de una calle que se divide en dos direcciones.




Aquí nos bajamos y tomamos la calle de la izquierda hacia el Hostal Brasilis, donde nos recibió una vista increíble del centro de Río.


Nos acomodamos en un dormitorio de cuatro personas y salimos a explorar. No estábamos muy seguros de donde estaban localizadas las puntos de interés en Santa Teresa, así que regresamos a la estación del trolley y lo tomamos en la otra dirección, hacia la derecha. Esperábamos encontrar algunas galerías de arte, pero solo había casas, las cuales asumimos tenían una vista increíble hacia la ciudad, como nuestro hostal, pero que tristemente están muy descuidadas. Nos topamos con un pequeño restaurante situado en un patio interno, donde nos tomamos un café un jugo y planeamos que haríamos el resto del día.

Había encontrado un sitio en la red con el mapa del barrio de Lapa y todas sus casas de música, donde hay música en vivo, particularmente los jueves, viernes y sábados. De hecho la chica del hostal nos había comentado de un buen lugar para ir el viernes, así que decidimos esperar a ir hasta entonces. Para hoy decidimos ir a un restaurante donde iba a tocar un trío a las 8:00 pm. Resulto que el músico principal del trío era de Nueva York, y toco canciones americanas clásicas al ritmo de bossa nova. Terminamos la noche temprano porque mañana vamos a ir a caminar al parque nacional Tijuca.

Al terminar el desayuno en la terraza con la vista de Río, y después de una parada rápida para comprar unos bocadillos y algo de beber, iniciamos camino al parque nacional Tijuca, que cuenta con una superficie de 3,300 hectáreas. Un escape al bosque/selva en medio de Río. Esperábamos obtener un mapa con los caminos y brechas al entrar el parque, pero pronto nos dimos cuenta que el centro para visitantes estaba a 35 minutos hacia arriba de la montaña. No me estoy quejando, pero tengo que mencionar, que pienso que es raro que se necesite caminar 35 minutos montaña arriba para escoger que camino agarrar. Juan Pablo dice, jugando, que lo hacen por que solo quieren verdaderos excursionistas en este parque.

La flora en Tijuca era como una mezcla de bosque, como los que hay en California, y la selva Amazónica. En las áreas bajas había muchas palmeras, sombra, una temperatura mas baja y todo con apariencia tropical. Al ir subiendo, las palmeras fueron mas escasas y los árboles eran semejantes a los que imaginamos cuando usamos la palabra bosque en casa.

La primera brecha, que decidimos caminar, nos guío a una pequeña cascada en la profundidad de las sombras de docenas de palmeras. Nos sentamos sobre una piedra cerca de la parte baja de la cascada y comimos nuestro almuerzo. Los lugares que escogemos para comer el almuerzo han ido mejorando, siendo mas bonitos cada día.


Seguimos la brecha hacia arriba y alrededor de las cascadas, hasta que llegamos a un camino pavimentado que atraviesa el parque. Desde aquí seleccionamos otra brecha que nos llevo mas alto a un punto con una vista increíble de otra cascada que estaba en la otra montaña cruzando el valle.



Desde aquí no estaba muy claro que dirección tomar. Decidimos por un camino hacia abajo, donde la hierba estaba un poco crecida, hasta mis rodillas, por lo que hice el comentario que parecía que la brecha no había sido transitada recientemente. Juan Pablo estuvo de acuerdo, pero me vio con ojos de “todo va a estar bien”.



Seguimos caminando hacia abajo, la hierba ahora llegaba hasta mi cintura y la bajada se ponía mas empinada. Los dos dudamos, Juan Pablo solo volteándome a ver, pero otra vez continuamos y la brecha se abrió un poco mas.

Jen: No puedo creer esto …
JP: Animo, puedo ver que si te esta gustando; estas emocionada por la aventura.
Jen: Umm…no es cierto.
JP: Puedo ver tu sonrisa.
Jen: No estoy sonriendo…

Llegamos a donde la brecha se divida y tuvimos que adivinar hacia donde ir. Porque no sabíamos donde estábamos exactamente al ver el mapa…

Jen: Me estas queriendo llevar a lo oscurito o que?
JP: (sonrisa misteriosa)

Eventualmente, a la distancia, vimos el camino pavimentado, así que nos relajamos un poco. Sin embargo, unos minutos mas tarde, nos dimos cuenta que entre el camino pavimentado y nosotros había una pared de concreto y un río. Y ahora que? El pánico me ataco. No quería darme la vuelta y regresar por el camino por donde venimos…como llegamos aquí? Juan Pablo, mas tranquilo que yo, me dijo que esperar un momento mientras revisaba las cosas un poco mas abajo. Regreso y caminamos a un lado del río hasta que llegamos a una reja de metal justo al lado de la entrada del parque. Alivio…hasta que vimos que había un enorme candado en la reja. Juan Pablo se asomo y vio a uno de seguridad y le llamo. Volteo a ver a Juan Pablo extrañado de verlo ahí y pregunto, “Perdido?” Juan Pablo contesto un poco apenado “Un poco”. Unos minutos mas tarde llego un jardinero con la llave del candado y así iniciamos nuestro camino a la parada del camión. De vuelta en la civilización y solo minutos antes no había señales de la ciudad.

De regreso en el hostal preparamos pasta para cenar y disfrutamos de la vista de la ciudad de noche desde la terraza.


Para nuestra sorpresa, encontramos a Nick y Natalia, una pareja de Nueva York que habíamos conocido en Barreirinhas. Curiosamente ellos se estaban hospedando en el mismo hostal, así que decidimos ir juntos a Lapa con ellos para disfrutar nuestra ultima noche en Río.

Las calles de Lapa estaban llenas de gente caminando u ocupando una mesa en la banqueta a fuera de los bares, tomando una copa o comiendo algo. Nosotros nos dirigimos al lugar donde habíamos cenado la noche anterior, para sentarnos afuera y disfrutar una bebida. Una vez que la fila disminuyo, entramos al Río Scenarium, un poco turístico, pero también lleno de locales disfrutando dos bandas diferentes. La primera banda la vimos desde el segundo piso y para la segunda bajamos para intentar bailar un poco de samba. http://www.youtube.com/watch?v=bE4DOFO7wZU




Una buena forma de terminar nuestra estadía en Río. Mañana volamos a Foz do Iguaçu.




Santa Teresa, Tijuca National Park and Lapa


Our fifth day in Rio we took some advice from a fellow traveler we had met along the way (Martin whom we met in Salvador) and changed hostels to savor a new flavor of Rio. Ipanema had treated us well but this morning we packed up our belongings and made our way to the neighborhood of Santa Teresa. Located on a hill above the center of Rio, Santa Teresa is known for its artists and bohemian vibe.


There are a few ways to get up to this neighborhood, but we chose the most traditional via cable car. The “bondinho”, as the cable car is known, is open much like those in San Francisco, and many people jump on and hang off the side here as well. It takes you from the city center over the old aqueduct which is the entrance to Lapa, a neighborhood known for its houses of music and nightlife, and up through the winding streets of Santa Teresa.



The first stop was an outdoor station in the middle of a road that split in two directions.

We got off here and took the road to the left to Brasilis Hostel, where we were welcomed with an amazing view of downtown Rio from the terrace.

We settled into our 4-person dorm and headed out to explore. We weren’t really sure where anything was located in Santa Teresa so we took the road back to the cable car station and then followed it to the right. Expecting to come across galleries, we found only residences that we assumed had amazing views like our hostel, but felt sad that they seemed to be so run down. We came across an interior patio that looked cozy for an afternoon coffee and juice and discussed our plan of attack for the remainder of the day.

I had found a website with a map of Lapa and all of its Casas de Shows where there is live music, particularly on Thursdays, Fridays, and Saturdays. The girl at the hostel had told us about a place that was good especially on Fridays so we were going to save that for tomorrow. Tonight we decided on a restaurant that had a trio playing at 8:00 pm. It turned out that the main performer was from New York and sang classic American songs to the rhythm of bossa nova. It was a fairly early night because tomorrow we were going for a hike in Tijuca National Park.

After a breakfast on the terrace overlooking Rio, and a quick stop to buy sandwiches and drinks, we were headed to Tijuca National Park. An escape to the wilderness in the middle of Rio, Tijuca National Park which covers 3,300 hectares. We expected to be able to get a trail map upon entering the park, but realized that the visitor center was up the hill about 35 minutes. I’m not complaining, but have to mention that I think it’s weird that you have to hike 35 minutes uphill before deciding which trail you want to take. Juan Pablo joked that they only want serious hikers around these parts.

The vegetation inside Tijuca felt like a mix of the forest back home in California with the jungle of the Amazon. At lower elevations there were a lot of palm trees, shade, a cooler temperature and a tropical aesthetic. As we got higher, the palm trees became more scarce and the trees looked more like what we think of when we use the word forest back home.

The first trail we took led us to a waterfall deep in the shade of dozens of palm trees. We sat on a rock and ate lunch at the base of the falls. Our picnic locations get better with each day.


We followed the trail up, around, and behind the falls until we got to the paved road that winds through the park. We selected another trail that took us higher and to a point with a great view of another waterfall across the valley.


From here it was not exactly clear which way to go. We started down a path that was overgrown with plants up to my knees. I mentioned that it didn’t look like a trail that had been used recently. Juan Pablo agreed but gave me a look that “it would be fine.”


We kept walking carefully down the hillside, the vegetation now reaching my waist and the hill getting steeper. We both hesitated, Juan Pablo only as he looked back at me, but again kept going as the trail became clearer.

Jen: I can’t believe this…
JP: I can see that you secretly like this; you’re excited because this is adventurous.
Jen: Umm…not really.
JP: I can see you smiling.
Jen: I’m not smiling…

We came to a divide and had to make a guess regarding which way to go. We couldn’t figure out where we were on the trail map…

Jen: You’re taking me into the darkness to take advantage of me aren’t you?
JP: (mysterious smile)

We eventually saw a paved road in the distance so felt more at ease. Just a few minutes later however, we realized that between us and the paved road was a river and a concrete wall. Now what? Panic rushed in. I was not about to turn around and go back the way we came…how did we get here? Juan Pablo, in a more rational state than I at this moment, asked me to wait while he checked things out below. We walked along the river and came to an iron gate that takes you to the entrance to the park. Relief….until I saw that there was a huge padlock on the gate. Juan Pablo gazed through the gate to a security guard and got his attention. He looked at Juan Pablo with disappointment, “Lost?” Juan Pablo answered with embarrassment, “A little.” A few minutes later a gardener was there to unlock the gate and we were on our way to the bus stop. Back in civilization after just a short time ago there was no sign of the city.

Back at the hostel we made pasta for dinner and enjoyed it on the terrace.


To our surprise, we ran into Nick and Natalia, a couple from New York that we had met in Barreirinhas. They happened to be staying in the same hostel so we decided to go out to Lapa with them to enjoy our last night in Rio. The streets of Lapa were crowded with thousands of people walking, spilling out of bars, and enjoying a drink at tables lining the sidewalks. We headed to the place where we had eaten dinner the night before so we could sit out on the street and enjoy a few drinks. Once the line died down, we went inside Rio Scenarium, a bit touristy but also full of locals enjoying two sets of live music. We watched the first set from above on the second floor before heading down to the dance floor to attempt a little samba. http://www.youtube.com/watch?v=bE4DOFO7wZU



Not a bad way to end our stay in Rio. Tomorrow we would fly to Foz do Iguaçu.

2 comments:

  1. JEN Y JUAN QUERIDOS. SABEMOS QUE JEN ESTA MALITA Y SOLO QUEREMOS QUE SEPAN QUE ESTAMOS REZANDO TODOS LOS DÍAS POR USTEDES. CUIDENSE Y SIGAN CONTÁDONOS PORQUE GOZAMOS CON SUS DESCRIPCIONES. QUE DIOS LOS ACOMPAÑE SIEMPRE. CHECHE

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