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Cairns, la Gran Barrera de Arrecife y el Parque Nacional Selva Daintree
Cairns, la Gran Barrera de Arrecife y el Parque Nacional Selva Daintree
Después del frío de Melbourne y la lluvia de Sydney, llegamos al calor de Cairns. Localizada en el noreste de Australia, esta ciudad es uno de los principales accesos a la Gran Barrera de Arrecife (Great Barrier Reef).
Tomamos un camión al hostal y nos acomodamos rápidamente, ya que otro camión con destino al centro de la ciudad salía en unos minutos y era nuestro transporte para ir a cenar. La cena era en el restaurante-bar El Woolshed, del cual teníamos cupones para cenar gratis, que nos dieron en el hostal. Casi todos los hostales en esta ciudad dan estos cupones en lugar de dar el desayuno gratis.
Nos bajamos del camión y no tuvimos que caminar mucho para encontrarnos varios grupos de jóvenes australianos gritones, borrachos, sin camisa y con una auto-estima hasta el cielo, lo que provoco que recordáramos Pacific Beach, un suburbio de San Diego, y la Isla del Padre, en Texas.
Después de la cena regresamos al hostal a empacar una mochila pequeña, ya que por la mañana teníamos que estar en el puerto a las 7:00 am para tomar un tour de dos días por la Gran Barrera de Arrecife. El tour incluyo buceo y snorkel.
Una vez en el puerto encontramos nuestra embarcación donde ya nos esperaban el capitán y su tripulación (dos buzos “masters”, un buzo en vía de ser “master”, la cocinera y el papa del capitán, Bob). El capitán, un tipo no tan amigable, era una mezcla entre Jack Sparrow (de la película los Piratas del Caribe) y Gizmo (de la película de los Gremlins). De hecho su nombre era Jase Sparrow. El resto de la tripulación parecía amigable.
De los otros 9 pasajeros, algunos ya estaban ahí y otros fueron llegando. En total éramos 11 (una pareja de ingleses, una pareja de italianos, una pareja de franceses, un alemán, otros dos franceses y nosotros).
Una vez que zarpamos, firmamos los documentos necesarios y decidimos si queríamos bucear o snorkelear. Aquí fue donde descubrimos que La Flaca no iba a poder ni siquiera intentar bucear por la bronquitis que sufrió hace un mes en Bolivia, así que ella solo snorkel. Yo si a bucear por lo menos una vez.
Al ir avanzando mar adentro los colores del mar iban cambiando a verde azuloso a un azul profundo, un azul que nunca había visto en el mar.
La Gran Barrera de Arrecife es el parque marino mas grande del mundo y se puede identificar desde el espacio. Fue designado Patrimonio de la Humanidad en 1981. Cuenta con 2,600 km de extensión entre islas y arrecifes individuales. Estábamos muy emocionados de estar aquí.
Después de una breve explicación de buceo, para los que no estábamos certificados, prepararon el equipo, nos los pusimos y saltamos al agua. (http://www.youtube.com/watch?v=8qG5BrMsFVc)
Esta primera buceada no fue lo maravilloso que esperaba. Además de que la visibilidad no era muy buena, algunos de los corales se veían color blanco, causado por el calentamiento global. La Flaca snorkeleo y tampoco estaba muy sorprendida.
Seguimos mar adentro hasta otro arrecife y después de comer y reposar un rato, era de hora de bucear o snorkelear otra vez. Después de consultar con La Flaca y el presupuesto, decidí bucear una vez mas. Esta vez la visibilidad fue mucho mejor y si fue sorprendente. Vimos muchas diferentes especies de peces y corales de colores, formas y tamaños variados. Además pasamos por el medio de un cañón que tenia muchos corales.
La Flaca sufre cuando nos subimos en algún tipo de barco por que se marea, pero gracias a unas pulseras que le regalo Swati, una amiga, no se ha sentido tan mal. Todo el tiempo estuve preocupado de que así siguiera, porque el barco se movió un poco mas que por la mañana.
En la tarde, después de navegar por unas horas mas, llegamos a otro arrecife donde pasaríamos la noche. El atardecer fue increíble. El sol coloreo el cielo, las nubes y el mar, regalándonos un paisaje difícil de describir.
Cayo la noche. Una noche muy interesante. Bob, el papa del capitán, saco la guitarra, se sentó en la popa y se puso a cantar. Después de varias cervecitas se sentó junto con todos en la proa y con la voz mas rasposa, con el ritmo medio perdido y con la letra de las canciones olvidándosele, siguió con la música country (http://www.youtube.com/watch?v=izkCL4LM91s). Antes de irnos a dormir, hubo discusión familiar entre el capitán y Bob, este ultimo llamando al primero aburrido y anti-social.
El resto de la noche hubo mucho movimiento. Las olas hicieron que el barco se meciera de un lado a otro. Por la mañana pude constatar que varios habíamos sido afectados por el movimiento ya que la caras de sueño y de “me quiero bajar ya” eran varias.
En el regreso a Cairns, paramos en dos lugares mas para bucear y snorkelear; el segundo un lugar increíble. Había miles de peces y estaba lleno de corales de todos tamaños, formas y colores. Aquí me toco ver una escuela de cómo de 20 Pargos. Al principio me saque un susto por su tamaño (es un pez bastante grande, como de 80 cm), pero después solo disfrute viendo y escuchando como comían el coral.
Al regresar a Cairns, tuvimos que llegar a lavar todo (ropa y mochilas) porque Bob comento que había insectos de cama (bed bugs) en los colchones del barco y luego Gavin y Danielle (la pareja de ingleses) confirmaron que ellos vieron varios.
Por la noche fuimos al restaurante-bar Woolshed, ya que, aunque no esta muy bueno, quedamos de vernos con los demás pasajeros para cenar y tomar unos tragos. Nos despedimos de todos menos de Danielle y Gavin, ya que con ellos decidimos rentar un coche por los siguientes dos días y manejar hacia el norte por la costa hasta Cabo Tribulación (Cape Tribulation).
Por la mañana, Danielle y Gavin pasaron por nosotros al hostal y salimos rumbo a Port Douglas. Es una pequeña ciudad que esta mas cerca del arrecife, pero sus hoteles y restaurantes son de mas categoría, por lo que la mayoría de los mochileros (backpackers), como nosotros, se quedan en Cairns.
Salimos y desde que tomamos la carretera de la costa empezamos a disfrutar el paisaje. La arena de color café muy claro y el mar azul-verde por un lado y del otro lado la selva.
Después de una rápida escala en Port Douglas en la oficina de turismo, seguimos nuestro camino hacia Cabo Tribulación. La carretera va al lado del mar, siguiendo las curvas y colinas del terreno. Solo paramos en algunos miradores o playas y para cruzar el río Daintree (en una plataforma que anuncia y venden a precio de ferry).
Cabo Tribulación es famoso porque es aquí donde dos sitios designados Patrimonios de la Humanidad se encuentran, La Gran Barrera de Arrecife y la selva nacional Daintree, la selva mas antigua del mundo.
Una vez en Cabo Tribulación, encontramos una mesa para comer el almuerzo. Una vez comidos caminamos a lo largo de la playa disfrutando de esta franja de arena que divide la selva del mar, y vimos como las ramas de los árboles se estiran algunos metros sobre la arena, haciendo un esfuerzo en vano por alcanzar el mar.
Iniciamos nuestro regreso hacia Port Douglas, donde esperábamos pasar la noche en el único hostal. Paramos en algunas otras playas, pero los cuatro teníamos la atención puesta en una fabrica de helados que nos había recomendado.
Nos bajamos del carro con sonrisa de oreja a oreja ya que la fabrica de helados, Floravilla (www.floravillaartgallery.com.au), estaba abierta. Esta pequeña fabrica de helados, de la cual dos viejitos son los dueños y en ocasiones todavía atienden, solo usa frutas y especies orgánicas, sin conservadores, y sin colores o sabores artificiales. Los sabores son variados y con algunas mezclas exóticas que hacen la selección del sabor difícil. Encontramos sabores como: chocolate con chile, chocolate con jengibre, negro zapote con coco, negro zapote con licor de chocolate, fruta de la pasión con plátano y jengibre, y papa dulce y jengibre.
Después de disfrutar de nuestros helados en el pequeño patio de la tienda/fabrica de helados, retomamos nuestro camino a Port Douglas. Tuvimos suerte de encontrar lugar en el hostal ya que estaba bastante lleno. Aunque la verdad no estaba muy bueno. Parecía que los baños y la cocina los limpiaban una vez a la semana y solo por encimita. Pero es solo por una noche. Así que cocine una pasta con pescado y a dormir.
Por la mañana salimos con rumbo a Mossman Gorge (Barranco Mossman). Aquí teníamos la intención de caminar entre la selva por un circuito de 5 km, que nos habían dicho estaba muy bonito. Sin embargo encontramos que ese circuito estaba cerrado por lo que hicimos otro de 3 km, muy bonito también.
Nos llevo cerca del río y después por dentro de la selva donde las raíces de cierto tipo de árboles nos llamaron la atención. Unas salen de debajo de la tierra, son largas y son tan anchas que en ocasiones parecen un árbol caído. Otras salen varios metros hacia arriba, son anchas y se van retorciendo conforme crecen.
De aquí salimos con rumbo a una zona llamada “Tablelands” al sur de Cairns, donde esperábamos ver unas cascadas que la pareja de italianos del barco nos había recomendado. En el camino que fue llevándonos tierra adentro, paramos en el mirador Milla Milla desde donde se pueden ver el pasto verde brillante de las granjas y mas granjas que llenan el paisaje, además de algunas colinas.
También fue en este mirador que me di cuenta que había perdido el iPhone que mi hermano hindú, Vishal, nos había prestado. Jennifer, ósea La Flaca (pero como estaba echa una fiera era Jennifer), me quería matar. No sabia donde lo había dejado; estaba casi seguro que lo había sacado del coche para meterlo a la cajuela, por seguridad, pero nunca llego a la cajuela. Lo habré dejado en el techo del auto??? No estaba seguro. Tratamos de llamar desde el celular de Gavin, para ver si alguien lo había encontrado, pero no había señal.
Dejamos la mala vibra de la perdida del celar atrás y seguimos. Queríamos ver cuatro cascadas, pero solo tuvimos tiempo de ver tres, ya que La Flaca y yo necesitamos regresar a Cairns para tomar nuestro vuelo de regreso a Melbourne.
Vimos las cascadas Milla Milla, Ellinjaa y las Zillie. Siendo las primeras las mas grandes, pero las tres muy bonitas. En el camino entre las cascadas vi un canguro, pero no pude tomarle foto porque el pasto estaba muy alto.
En el regreso a Cairns el atardecer estuvo muy bonito, no solo por el paisaje, pero también porque por fin pudimos llamar al celular perdido y contesto un señor. Era el chofer del camión que habíamos cogido en Mossman Gorge. Estábamos felices de saberlo en manos honestas; ahora teníamos que arreglar como recuperarlo físicamente.
Una vez en Cairns, paramos en el hostal para recoger nuestras mochilas y Danielle y Gavin nos dejaron en el aeropuerto. Muy probable que los veamos en Melbourne cuando regresemos de Nueva Zelanda.
Antes de dejar Cairns, arreglamos que el celular fuera enviado por correo a Melbourne a casa de Zopi. Vishal, puedes estar tranquilo, lo recuperamos.
Casi a la media noche llegamos a Melbourne donde el Zopi nos hizo favor de pasar por nosotros.
Cairns, The Great Barrier Reef and Daintree National Rainforest
After the cold in Melbourne and the rain in Sydney, we arrived to the heat of Cairns. Located in the Northeast of Australia, this city is one of the primary access points to the Great Barrier Reef.
We took a shuttle to the hostel and quickly settled in, since another shuttle to the center of the city was leaving in a few minutes and was our transport to go have dinner. Dinner was in a bar/restaurant called The Woolshed, for which we had free dinner coupons from the hostel. Almost all of the hostels in this city give these kinds of coupons in place of providing free breakfast.
We got off the shuttle and didn’t need to walk far before we found various groups of young, loud, and drunk Australians without shirts and with high self-esteem that reached the sky, which reminded us of being in Pacific Beach, a suburb of San Diego, and South Padre Island in Texas.
After dinner we returned to the hostel to pack a small backpack, since we had to be at the port by 7:00 am the next morning to take a two-day tour to the Great Barrier Reef. The tour included diving and snorkeling.
Once at the port we found the boat waiting for us along with the captain and his crew (two dive masters, one dive master in training, the cook and the father of the captain, Bob). The captain, not a very friendly guy, was a cross between Jack Sparrow (from the Pirates of the Caribbean) and Gizmo (from the Gremlins). Actually, his name was Jase Sparrow. The rest of the crew seemed friendly.
Of the 9 passengers, some were already there and others were still arriving. In total we were 11 (an English couple, an Italian couple, a French couple, a German guy, two other French guys and us).
Once we headed out, we signed the necessary documents and decided whether we were going to dive or snorkel. This is when we discovered that La Flaca was not even going to be able to attempt to dive due to the bronchitis she suffered a month before in Bolivia, so she could only snorkel. I decided to dive at least once.
As we continued deeper into open water, the colors of the ocean changed from blue-green to deep blue, a blue I have never seen before.
The Great Barrier Reef is the largest marine park in the world that can be seen from space. It was designated a World Heritage Site in 1981. The reef is made up of water that extends through islands and individual reefs for about 1,615 miles. We were very excited to be here.
After a brief explanation of diving, for those of us who weren’t certified, we got our equipment ready, put it on and jumped into the water. (http://www.youtube.com/watch?v=8qG5BrMsFVc)
This first dive was not as marvelous as I had expected. In addition to the visibility not being very good, some of the coral appeared to be bleached, caused by global warming. La Flaca snorkeled and she was also not very impressed.
We continued further out until we reached another reef and after lunch and some time to relax, it was time dive or snorkel again. After consulting with La Flaca and the budget, I decided to go for a second dive. This time the visibility was much better and I was impressed. We saw a lot of different species of fish and corals of all colors, shapes, and sizes. We also passed in between a canyon filled with coral.
La Flaca suffers when we are on any type of boat because she gets sea sick, but thanks to some bracelets that her friend Swati gave her, she didn’t feel too bad this time. I was worried the whole time, because the boat was moving more now than in the morning.
In the evening, after navigating for a few more hours, we arrived to another reef where we would spend the night. The sunset was incredible. The sun painted the sky, the clouds and the ocean, presenting us with a landscape difficult to describe.
Night fell. It was a very interesting night. Bob, the captain’s father, took out his guitar, sat on the stern of the boat and began to sing. After several beers he sat with everyone in the prow and with a raspier voice, his rhythm a bit lost now and forgetting some of the lyrics, he continued to sing country music (http://www.youtube.com/watch?v=izkCL4LM91s).
Before going to sleep, there was a family argument between the captain and Bob, the last one calling the first boring and anti-social.
The rest of the night there was a lot of movement. The waves made the boat rock from one side to the other. In the morning I could confirm from the tired faces and looks of “I want to get off now” that many of us were affected by the movement.
On our way back to Cairns, we stopped in two more spots to dive and snorkel; the second was an incredible place. There were thousands of fish and it was full of corals of all sizes, shapes and colors. Here I saw a school of about 20 snappers. At first I was frightened by their size (it’s a pretty large fish, about 32 inches), but later I just enjoyed watching them and listening to how they ate the coral.
Once we arrived back in Cairns, we had to wash everything (clothing and backpacks) because Bob had made a comment about bed bugs in the mattresses on the boat and later Gavin and Danielle (the English couple) confirmed that they had seen several.
At night we went to The Woolshed, since, although it wasn’t very good, we had agreed to meet the other passengers there for dinner and drinks. We said goodbye to everyone except Danielle and Gavin, since we had decided to rent a car with them for the next two days and drive North along the coast up to Cape Tribulation.
In the morning, Danielle and Gavin picked us up at the hostel and we left for Port Douglas. Port Douglas is a small city closer to the reef, but its hotels and restaurants are pricier, so most of the backpackers, like us, stay in Cairns.
We headed out and from the time we got on the highway along the coast, we began enjoying the scenery. The light beige sand and the blue-green ocean were on one side and the jungle on the other.
After a quick stop in Port Douglas in the tourist office, we continued on our way to Cape Tribulation. The road goes alongside the ocean, following the curves and hills of the coastline. We only stopped in a few lookout points or beaches and to cross the Daintree River (on a platform that was advertised and sold for the price of a ferry).
Cape Tribulation is famous because it is here where two World Heritage Sites meet, the Great Barrier Reef and the Daintree National Rainforest, the oldest rainforest in the world.
Once in Cape Tribulation, we found a picnic table to eat our lunch. Once we ate, we walked the length of the beach enjoying this stretch of sand that separates the rainforest and the ocean, and we saw how the roots of the trees reach for several yards across the sand, making an effort in vain to reach the water.
We began our return to Port Douglas, where we hoped to spend the night in the only hostel. We stopped at a few more beaches, but the four of us had our hearts set on stopping at an ice-cream factory that had been recommended to us.
We got out of the car with smiles from ear to ear, since the Floravilla ice-cream factory (www.floravillaartgallery.com.au), was still open. This small ice-cream factory, that is owned and operated by an old couple, only uses organic fruits and spices, without preservatives, and without artificial colors or flavors. There are a variety of flavors with some exotic mixes that make for a difficult choice. We found flavors such as chocolate chili, chocolate ginger, black sapote with coconut, black sapote with chocolate liquor, passion fruit with banana and ginger, and sweet potato with ginger.
After enjoying our ice cream in the small patio of the ice-cream store, we continued on our way to Port Douglas. We were lucky to find space in the hostel since it was pretty full. Although the truth is it wasn’t a very good place. It seemed as though the bathrooms and kitchen were cleaned once a week and only on the surface. But it was only for one night. So I cooked pasta with fish and we went to sleep.
We left for Mossman Gorge in the morning. Here we had the intention of walking a 3-mile loop through the rainforest, which we had heard was very pretty. However, we found that this path was closed so we walked another that was a little less than 2 miles, also beautiful.
It took us close to the river and later through the rainforest where the roots of a certain type of tree caught our attention. Some come out from under the earth, are long and so wide that on some occasions appear to be a fallen tree. Others come out from under the earth several yards above the ground, are wide and twist as they grow.
From here we went to an area called the Tablelands, south of Cairns, where we hoped to see some waterfalls that the Italian couple from the boat had recommended. On the road that took us inland, we stopped at the Milla Milla lookout point from where we could see the bright green grass of farms and more farms that filled the landscape, in addition to some hills.
It was also at this lookout point that I realized that I had lost the iPhone that my Indian brother, Vishal, has lent to me. Jennifer, or La Flaca (but since she was enraged she was Jennifer), wanted to kill me. I didn’t know where I had left it; I was almost certain that I had taken it out of the car to put it in the trunk, for security, but it never made it to the trunk. Did I leave it on the roof of the car??? I wasn’t sure. We tried calling it from Gavin’s phone, to see if someone had found it, but there was no reception here.
We left behind the bad vibe from the missing phone and continued on our journey. We wanted to see four waterfalls but only had time to see three, since La Flaca and I had to return to Cairns to catch a flight back to Melbourne.
We saw the Milla Milla waterfall, Ellinjaa and Zillie waterfalls. The first was the largest, but all three were very pretty. On the road between the waterfalls I saw a kangaroo, but I was not able to take a photo because the grass was very high.
On the way back to Cairns, the sunset was very pretty, not only due to the scenery, but also because we were finally able to call the missing phone and a man answered. It was the shuttle bus driver from Mossman Gorge. We were happy to know it was in honest hands; now we had to arrange for it to be physically returned.
Once we were back in Cairns, we stopped at the hostel to pick up our backpacks and Danielle and Gavin took us to the airport. It was very likely that we would see them in Melbourne when we returned from New Zealand.
Before leaving Cairns, we arranged for the phone to be sent by mail to Melbourne to my friend Zopi’s house. Vishal, you can relax, we got the phone back.
We arrived to Melbourne at almost midnight where Zopi was kind enough to pick us up from the airport.
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ReplyDeleteWhat an amazing content is this and surely it makes realize each and everyone who read this. I really appreciate it. Thanks for sharing!
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