Tuesday, November 2, 2010

Australia - Sydney


(scroll down for English version)


Sydney y las Montañas Azules

Nubes y lluvia nos recibieron en Sydney. Habíamos escuchado que a diferencia de Melbourne, en Sydney el clima estaba muy bien, sol, calor, manga corta, pero nosotros no veíamos ni sentíamos nada de eso.

Llegamos al hostal y aunque tuvimos que esperar un poco para que nos dieran el cuarto, al final nos convino porque nos dieron un dormitorio con cuatro camas y baño, mucho mejor que dormitorio de ocho camas y compartiendo baño con todo el hostal. Además nuestros compañeros de cuarto (Sigurd y Nanna), que llegaron el mismo día y también se quedan por una semana, son una pareja de daneses muy buena gente.

En el rato que esperábamos para que estuviera el cuarto listo, decidimos irnos a la embajada de Tailandia para aplicar para las visas. Para variar no todo es tan fácil como se ve. Llegamos con formas, copias y fotos, pero nos informaron que una vez que emiten la visa tenemos dos meses para entrar a Tailandia. Así que vamos a tener que esperar para aplicar en India.

De regreso en el hostal, La Flaca no andaba muy bien, así que se acostó un rato y yo me salí a dar una vuelta en el barrio y a buscar el supermercado. Unas horas mas tarde y La Flaca sintiéndose mejor, pero no al 100%, fuimos juntos a comprar algunas cosas para desayunar, comer y cenar durante la semana.

Decidimos no salir y tomarla con tranquilidad esta noche y esperar al día siguiente para salir a conocer Sydney.

Es de mañana. La Flaca al 100%...pero la lluvia sigue. Después de revisar nuestras opciones, decidimos visitar el Mercado de Mariscos y Pescados de Sydney (Sydney Fish Market). Es el mercado mas grande del hemisferio sur y el segundo mas grande del mundo, siendo el mas grande el de Tokio. La Flaca ya estuvo en este ultimo y le había gustado mucho, y por lo que me había platicado estábamos entusiasmados. Sorpresa!!! La actividad de este mercado (venta y subasta de los pescadores a los comerciantes) se lleva muy temprano por la mañana el resto del día hay restaurantes y algunos comercios abiertos, pero nada extraordinario. Después descubrimos que se puede hacer un tour del mercado cuando están en plena subasta, pero hay que reservar y pagar (20 dólares por persona). Vamos a revisar como va el presupuesto en la semana pero la veo difícil; Sydney esta muy caro.

Cuando íbamos de regreso hacia la estación Central, decidimos bajarnos en el mercado Paddy’s. Aquí la intención era comprar frutas y verduras (mas baratas que en el supermercado). Al principio solo encontramos puestos de souvenirs de Australia y Sydney, pero una vez que nos adentramos mas en los pasillos encontramos lo que buscábamos. Por 10 dólares compramos todo y mas de lo que queríamos, bueno hasta mi nueva fruta favorita, longan (dragon’s eye).

Salimos del mercado y nos sentamos en unas banquitas para comer nuestro almuerzo. Entre la platica salio que necesitábamos mandarles a los amigos de Melbourne nuestro itinerario de las siguientes semanas para ver cuando nos veríamos de nuevo, y revisando los vuelos nos dimos cuenta que nos faltaba un vuelo.

El resto de la tarde nos la pasamos tratando de cambiar los vuelos existentes, comprar uno nuevo con millas o buscando el mas barato y conveniente. Al caer la noche, con el presupuesto dañado y con una visita a Brisbane (una ciudad en el este de Australia) de una noche, ya estaba todo arreglado.

Para dejar atrás el susto y el estrés de la tarde, decidimos salirnos un rato y buscar algún lugar bueno, bonito y barato para cenar. Encontramos un restaurante tailandés, que no vendía alcohol así que no pude tomarme una cervecita, pero estaba bueno. Aquí fue donde descubrí que en los miles de súper 7s que hay en Sydney, ninguno vende cerveza. Lo que es mas sorprendente es que ninguna tienda de conveniencia vende; en conclusión, no son tan convenientes. De regreso al hostal hicimos una pequeña escala en un restaurante español para tomarme mi cerveza y así terminar de relajar el cuerpo.

El domingo por fin salio el sol y aunque no hacia mucho calor, decidimos ir a la playa Bondi. Esta playa es famosa por que se puede hacer buen surf y porque todos los domingos se pone un mercado donde talentosos diseñadores, que no son muy o nada conocidos, ponen sus productos a la venta. Después nos enteramos que este mercado es considerado uno de los mejores en Sydney.


Una vez en Bondi, fuimos directamente al mercado y La Flaca empezó a sufrir. Ella quería comprar muchas cosas pero se tuvo que resistir ya que no hay presupuesto y no hay espacio para guardar y cargar.


Para que La Flaca volviera a sonreír y dejara de pensar en todo lo que no pudo comprar, teníamos que hacer algo que le guste…había que comer cuanto antes. Así que buscamos un lugar en el pastito con vista a la bahía y comimos nuestro almuerzo. La vista de la bahía y el sol le devolvieron el animo y la sonrisa.


Con panza llena y después de relajarnos un rato, cogimos el colectivo y el tren al centro con la idea de ir a un lugar llamado Punto McMahon. Habíamos leído que desde este lugar, ubicado del otro lado del puente de Sydney, se podía disfrutar de una vista panorámica del centro de la ciudad, del puente de la bahía, y de la famosa Casa de Opera. No fue precisamente lo que esperábamos, pero después de indagaciones hechas por La Flaca, seguimos caminando y explorando hasta que llegamos a una pequeña bahía, donde esta el parque de diversiones Luna, y desde aquí pudimos disfrutar la extraordinaria vista y el atardecer.


El lunes por la mañana decidimos hacer un tour gratis caminando. En tres horas y media Greg, el guía, nos llevo por Circular Quay (puerto principal de salida y llegada de ferries), el bario Rocks (el barrio mas antiguo), el parque Hyde (donde tuvimos un receso para comer el almuerzo frente a la fuente), la Catedral de Santa María, los jardines botánicos, y terminamos justo frente a la Casa de Opera.


El barrio de Rocks es un lugar con mucha historia. Los aborígenes lo habitaron, mas tarde los primeros colonizadores, y ahora es un barrio vibrante en la ciudad mas cosmopolita de Australia. Cuando uno camina por las calles puede ver los edificios antiguos (que ahora son museo) y los remodelados que ahora albergan tiendas y restaurantes únicos y exclusivos.


Al terminar el tour, La Flaca y yo caminamos alrededor de la Casa de la Opera. Este icono, no solo de Sydney, sino de toda Australia, fue diseñada por el arquitecto danés Jørn Utzon. Fue terminada en 1973 y designada patrimonio de la humanidad en el 2007. Su distribución presenta dos grandes salones, uno para opera y otro conciertos de sinfónicas. La característica mas significativa de su diseño es el techo, que con miles de azulejos color marfil cubre lo que parecen conchas que se interrelacionan entre si.

Volvimos a los jardines botánicos y caminamos por una pequeña bahía hasta un punto conocido como la Silla de la Señora Macquarie (Lady Macquarie’s Chair). Esta famosa silla de piedra fue hecha para la esposa del gobernador Lachlan Macquarie, Elizabeth, ya que le gustaba venir a este punto a disfrutar de la vista. Aquí nos sentamos, como hace 150 años Lady Macquarie, para comer una mandarina y admirar una vez mas el puente y la Casa de la Opera. Son estos momentos de tranquilidad, silencio y contemplación que nos hacen darnos cuenta de lo que estamos viviendo.


Caminando a través del parque Hyde regresamos a la Catedral para poder verla con mas tranquilidad por dentro y por fuera. En el interior nos llamo la atención los vitrales y la iluminación; mientras por fuera pudimos ver por la diferencia de color en los acabados, muestra de lo que Greg, el guía, nos comento que ha pesar de que la construcción inicio en los 1800’s, no fue terminada hasta el año 2000.



Cuando dejamos la Catedral, el sol se empezaba a ocultar por lo que decidimos subir a la torre Sydney (el edificio mas alto de la ciudad) para tener una panorámica completa de esta bella ciudad y disfrutar del atardecer en las alturas.



Una característica que le da un toque muy especial a Sydney, es que el agua de la bahía llega muy adentro en la ciudad, tocando no solo el centro sino también muchos de los suburbios. Esto es por que la bahía tiene muchos brazos que a su vez crean pequeñas bahías.


De vuelta en el hostal prepare de cenar e intercambiamos notas con nuestros compañeros de cuarto. Ellos nos dieron información de Vietnam donde pasaron siete semanas y nosotros les dimos información del sur de California (USA), que es su ultima parada antes de regresar a Dinamarca.

El día siguiente me levante y me fui a correr. Corrí hasta cruzar el puente y de regreso. Tuve la oportunidad de disfrutar la panorámica de la Casa de la Opera y el centro de la ciudad tranquilamente.



Mas tarde cuando los dos estuvimos listos, nos fuimos a Circular Quay desde donde tomamos el ferry al suburbio de Manly. Este suburbio es el ultimo en un lado de la bahía, antes de llegar al mar de Tasmania. Al llegar, rentamos unas bicicletas y nos fuimos al parque nacional Sydney Harbour. En el recorrido hubo algunas subiditas y La Flaca, para mi sorpresa, solo se bajo de la bici en dos subidas.


Para el almuerzo encontramos un lugar desde donde pudimos disfrutar de la vista de la bahía, la ciudad, y sus alrededores. Era una vista increíble de la cual solo el viento frío pudo separarnos.


Seguimos nuestro camino en unas veredas que nos llevaron hasta donde pudimos admirar los acantilados que son la frontera entre el mar y la bahía.


Además de quedarnos sorprendidos por lo que estábamos viendo, nos pareció raro que hay muy poca gente en estos lugares. No sabemos si es porque todavía hay muestras del invierno que acaba de terminar en el ambiente o si es porque la gente esta muy ocupada en otras cosas, pero estos lugares, tan bonitos, deberían ser mas frecuentados. Para nosotros mejor porque pudimos estar solos disfrutando del paisaje.

Regresamos a Manly y fuimos al malecón. Anduvimos un rato y hasta nos sentamos a comer una mandarina a la orilla de la playa, pero otra vez el viento, que ya enfriaba mas, nos hizo pararnos, regresar las bicicletas y tomar el ferry al centro. En el regreso, la luz del sol del atardecer y las nubes le dieron un toque mágico a la ciudad, a la Casa de la Opera, y en especial al puente, con lo que confirme que este ultimo es mi atracción favorita en Sydney.


El día siguiente salimos muy temprano hacia las Montañas Azules (Blue Mountains). El nombre se debe a que el valle que rodean estas montañas esta lleno de árboles de eucalipto, y en verano (invierno del hemisferio norte), el calor hace que la hoja del eucalipto genere un vapor azul que crea una capa del mismo color en el ambiente.


Aquí estuvimos caminando por unas cuatro horas. Estoy sorprendido de la condición física de La Flaca; creo que es la mejor de su vida. En el recorrido vimos la formación rocosa conocida como Las Tres Hermanas -“The Three Sisters”- (cuenta la leyenda que eran tres hermanas que peleaban mucho y su madre las castigo convirtiéndolas en roca una cerca de la otra, para que estuvieran juntas de por vida), algunas cascadas y el llamado “Scenic World”. Este ultimo consiste de tres teleféricos desde los cuales se puede bajar al valle y pasar de un lado al otro de una de las secciones del valle.




Por la noche de regreso en la ciudad, fuimos en busca de un restaurante de comida tailandesa que había leído es muy bueno, y al parecer si lo es porque la espera era de una hora, así que decidimos ir a otro de comida de Malasia. Estaba bueno, pero una confusión entre lo que La Flaca pidió y lo que trajeron causo que la experiencia no fuera tan buena.

Por la mañana del día siguiente fuimos al edificio Reina Victoria (Queen Victoria Building) que es famoso por sus interiores. Actualmente es un centro comercial con las tiendas mas exclusivas y su diseño interior sigue siendo un atractivo.


Cuando salimos [del edificio Reina Victoria] estaba lloviendo un poco por lo que decidimos ir al parque Hyde a comer nuestro almuerzo. Aquí pudimos refugiarnos de la lluvia con los grandes árboles que están alineados a lo largo del camino o pasillo principal.

Al terminar nos fuimos a la galería de arte “New South Wales” (este nombre es el de la provincia donde esta localizada Sydney). La intensión era ver un poco de la historia de los Aborígenes de Australia, pero la exposición que nos habían comentado resulto ser de arte contemporáneo de los Aborígenes. Decidimos quedarnos y terminamos disfrutándola mucho ya que es un arte diferente al que hemos visto, con muchos colores y muy relacionado con la naturaleza y la tierra.

De la galería, nos fuimos al barrio de Kings Cross, conocido por sus bares y por su vida nocturna. Caminamos por la calle principal pero la lluvia regreso y decidimos meternos a un café donde el tema era Cuba. Aquí me tome el chocolate Che. Chocolate y avellana hicieron el mejor chocolate caliente de mi vida.

Regresamos al hostal para lavar ropa y de cena fuimos al restaurante tailandés que habíamos tratado de ir una noche anterior. La fila era igual de larga pero esta vez decidimos esperar y valió la pena. Tanto el platillo de La Flaca como el mío estuvieron buenísimos. El mío picaba bastante pero no lo suficiente para dejar de disfrutar el sabor del platillo.

En la mañana terminamos de empacar; hoy nos vamos a Cairns en el norte de Australia. Como nuestro vuelo sale por la tarde dejamos el cuarto, encargamos las mochilas en recepción y salimos rumbo al centro para aprovechar nuestro ultimo día en esta bella ciudad.

Entramos a un gran globo en forma de balón de rugby cuyo objetivo es promover la copa mundial de este deporte que se celebra el año que entra (2011) en Nueva Zelanda. Aquí disfrutamos de un video donde mostraban algunos de los atractivos de este país que en unas semanas mas visitaremos. El resto de la mañana caminamos por el puerto de Circular Quay y el barrio de Rocks donde había un mercado de comida gourmet.

Dejamos Sydney por la tarde y tomamos rumbo hacia Cairns y la Gran Barrera de Arrecife (The Great Barrier Reef).


Sydney & The Blue Mountains

Clouds and rain received us in Sydney. We had heard that unlike Melbourne, the weather in Sydney was very nice, sun, warmth and short sleeves, but we didn’t see or feel any of that.
We arrived to the hostel and although we had to wait a little for them to give us our room, at the end it worked out better because they gave us a dorm room with four beds and a bathroom, much better than a dorm room with eight beds and sharing a bathroom with the rest of the hostel. Moreover, our roommates (Sigurd and Nanna), who arrived the same day and also were staying for a week, are a very nice Danish couple.

During the time we waited for our room to be ready, we decided to go to the Thai embassy to apply for our visas. For a change, nothing is as easy as it looks. We arrived with applications, copies and photos, but they informed us that once they issue the visa we have two months to enter Thailand. So we are going to need to wait to apply in India.

Back at the hostel, La Flaca wasn’t feeling very well, so she lay down for a while and I went out for a walk through the neighborhood to find the supermarket. A few hours later and with La Flaca feeling better, but not at 100%, we went together to buy some things for breakfast, lunch and dinner during the week.

We decided not to go out and to take it easy tonight, and to wait until the next day to go out and get to know the Sydney.

It’s morning. La Flaca is at 100%...but the rain continues. After reviewing our options, we decided to visit the Sydney Fish Market. It’s the largest fish market of the Southern Hemisphere and the second largest in the world, the largest being in Tokyo. La Flaca has been to that one and she liked it very much and from what she has told me, we were excited. Surprise!!! The activity of this market (the sale and auction of fish) happens very early in the morning and the rest of the day there are restaurants and some retailers open, but nothing extraordinary. We later discovered that you could go on a tour of the market when they are auctioning the fish, but you have to reserve and pay (20 dollars per person). We are going to review how we are doing with the budget during the week but I anticipate it will be difficult; Sydney is very expensive.

On our way back to Central Station, we decided to get off at Paddy’s Market. It was our intention to buy fruit and vegetables here (cheaper than in the supermarket). At first we only found souvenirs of Australia and Sydney, but once we went deeper into the pathways of the market, we found what we were looking for. For 10 dollars we bought everything and more than we had wanted, even my new favorite fruit, longan (dragon’s eye).

We went out of the market and sat on some benches to eat our lunch. During our conversation we realized we needed to send our itinerary for the next few weeks to our friends in Melbourne to see when we can see them again, and in reviewing the flights we realized that we were missing one.

We spent the rest of the afternoon trying to change existing flights, buying a new one with miles and finding the cheapest and most convenient flight. As night fell, with a busted budget and a visit to Brisbane (a city in the northeast of Australia) for one night planned, everything was arranged.

To leave the scare and stress of the afternoon behind us, we decided to go out for a while and find a good, nice and cheap place for dinner. We found a Thai restaurant that didn’t sell alcohol so I couldn’t have a beer, but it was good. Here is where I discovered that in the thousands of 7-elevens that are in Sydney, not one sell beer. What is even more surprising is that no convenience store sells beer; in conclusion, they aren’t that convenient. On our way back to the hostel we made a small stop in a Spanish restaurant so I could have my beer and that way finish relaxing my body.

The sun finally came out on Sunday and although it wasn’t very hot, we decided to go to Bondi Beach. This beach is famous for surfing and because every Sunday there is a market with young up and coming designers. We later found out that this market is considered one of the best in Sydney.

Once in Bondi, we went directly to the market and La Flaca began to suffer. She wanted to buy a lot of things but had to resist since there is no budget, nor space to carry anything.


So La Flaca would smile again and forget about everything she couldn’t buy, we had to do something that she likes…we had to eat soon, so we found a place in the grass with a view of the bay and we ate our lunch. The view of the bay and the sun brought back a smile.


With a full tummy and after relaxing for a while, we caught the bus and then the train downtown with the idea of visiting a place called McMahon Point. We had read that from this place, situated on the other side of the Sydney Harbour Bridge, you could enjoy a panoramic view of downtown, the Harbour Bridge, and the famous opera house. It wasn’t exactly what we expected but after some investigating on the part of La Flaca, we continued walking and exploring until we arrived to a small bay, where you find Luna Park (a small park with rides for kids), and where we could see an extraordinary view of the city and the sunset.


We decided to go on a free walking tour Monday morning. In three and a half hours Greg, our guide, took us to Circular Quay (the principal port of departure and arrival of ferries), The Rocks (the oldest neighborhood), Hyde Park (where we had a short break and ate lunch in front of the fountain), St. Mary’s Cathedral, the botanic garden, and we finished right in front of the opera house.


The Rocks neighborhood is a place with a lot of history. The aboriginals inhabited it, later the first European settlers, and now it is a vibrant neighborhood in the most cosmopolitan city in Australia. When one walks through the streets you can see the old buildings (that are now museums) and the remodeled buildings that now house unique and exclusive stores and restaurants.

Upon finishing, La Flaca and I walked around the opera house. This icon, not only of Sydney, but also of Australia, was designed by Danish architect Jørn Utzon. It was finished in 1973 and designated a world heritage sight in 2007. It’s made up of two large halls, one for the opera and the other houses concerts put on by the symphony. The most significant characteristic of its design is the roof, with thousands of ivory tiles that look like interlocking shells.

We returned to the botanic gardens and walked around a small bay until we reached a point known as Lady Macquarie’s Chair. This chair made of rock was made for the wife of the governor Lachlan Macquarie, Elizabeth, since she liked to come to this point to enjoy the view. We sat here, as Lady Macquarie did 150 years ago, to eat a mandarin orange and admire the bridge and opera house once more. It is in these moments of tranquility, silence, and contemplation that help us realize what we are living.

We returned to the cathedral, walking across Hyde Park, to see it with more time from the inside and from the outside. We were taken aback by the stained glass windows and the lighting inside; while from the outside we could see the difference in color of the finishes, which Greg, our guide, had explained that although the construction began in the 1800’s, the cathedral was not completed until the year 2000.


When we left the cathedral, the sun was beginning to set so we decided to go up the Sydney Tower (the tallest building) to have a panoramic view of this beautiful city and to enjoy the sunset from above.



Once characteristic that give a very special touch to Sydney, is that the water from the bay reaches far inside the city, touching not only downtown but also many of the suburbs. This is because the bay has many arms that create small bays.


Back at the hostel I prepared dinner and we exchanged notes with our roommates. They gave us information about Vietnam where they spent seven weeks and we gave them information about Southern California, which is their last stop before returning to Denmark.

The next day I got up to run. I ran across the Harbour Bridge and back. I had the opportunity to calmly enjoy a panoramic view of the opera house and downtown.



Later when we were both ready, we went to Circular Quay where we took the ferry to Manly Beach. This suburb is the last along one side of the bay, before you reach the Tasman Sea. Upon arriving, we rented some bikes and went to the Sydney Harbour National Park. There were some hills along the way and La Flaca, to my surprise, only got off her bike on two.

For lunch we found a place from where we could enjoy a view of the bay, the city, and its surroundings. It was an incredible view from which only the cold wind could separate us.

We continued along some paths that led us to where we could admire the cliffs that create a barrier between the sea and the bay.


Apart from being surprised by what we were seeing, it seemed strange to us that there were so few people in this place. We weren’t sure if it was because there were still signs of winter in the air or if it was because people are too busy with other things, but these places should be more regularly visited. For us it was better because we could be alone enjoying the scenery.

We returned to Manly and went to the boardwalk. We biked along it for a while until we stopped to sit and eat a mandarin orange at the edge of the beach; but the wind, which was very cold, made us get up, return the bikes, and take the ferry back downtown. On the way back, the light from the sunset and the clouds gave a magic touch to the city, the opera house, and the bridge, which I confirm is my favorite Sydney attraction.

The following day we left very early to visit the Blue Mountains. The name comes from the fact that the valley that surrounds these mountains is full of eucalyptus trees, and in the summer (winter in the northern hemisphere), the eucalyptus leaves generate a blue vapor from the heat that creates a cloud of the same color in the air.


Here we walked for about four hours. I’m impressed with La Flaca’s physical condition; I think it is the best of her life. On our hike we saw the rock formation known as The Three Sisters (legend says that there were three sisters that fought a lot and their mother, to punish them, turned them to stone next to each other so that they would be together for life), some waterfalls, and a place called Scenic World. This last place consisted of three funiculars that take you down to the valley and across from one side of the valley to another.




At night back in the city, we went in search of a Thai restaurant that we had read was very good, and from the looks of it, it seems to be so because there was a wait of one hour, so we decided to go to another restaurant with Malaysian food. It was good, but confusion with the dish La Flaca requested made it so the experience wasn’t that good.

On the morning of the next day we went to the Queen Victoria Building, which is famous for its interior. It is now actually an indoor mall with exclusive stores and its interior continues to be an attraction.

When we left (from the Queen Victoria Building) it was raining a bit so we decided to go to Hyde Park to eat our lunch. Here we took refuge from the rain under some large trees that line the main path.

We then went to the New South Wales Art Gallery (New South Wales is the name of the province where Sydney is located). The intention was to see some history of the Aboriginals of Australia, but the exhibition that they had told us about was actually of Aboriginal Contemporary art. We decided to stay and we ended up enjoying it very much since it is quite different from anything we’ve seen, with a lot of colors and very much related to nature and the earth.

From the gallery, we went to Kings Cross neighborhood, known for its bars and nightlife. We walked along the main street but since the rain returned we decided to duck into a Cuban coffee shop. Here I drank Che’s hot chocolate. Chocolate and hazelnut made the best hot chocolate I’ve ever had.

We returned to the hostel to wash clothes and for dinner we went to the Thai restaurant we had tried to go to the night before. The line was just as long but this time we decided to wait and it was worth it. Both La Flaca’s plate and mine were very delicious. Mine was quite spicy but not too spicy that you can’t enjoy the flavor of the dish.

In the morning we finished packing; today we go to Cairns in the North of Australia. Since our flight leaves in the afternoon we checked out, left our bags in receptions and went downtown to take advantage of our last morning in this beautiful city.

We went inside a large balloon in the shape of a rugby ball that was on display to promote the world rugby cup that will be celebrated in 2011 in New Zealand. Here we enjoyed a video presentation illustrating some attractions in the country that we’ll visit in a few weeks. For the remainder of the morning, we walked around Circular Quay and through The Rocks where there was a gourmet food market.

We left Sydney in the afternoon en route to Cairns and The Great Barrier Reef.

2 comments:

  1. saludos trotamundos!!!
    ya quiero ver las fotos de la barrera de coral!!!
    espero que tengan muchas y emocionantes aventuras bajo aquellas aguas hermosas!!!
    un abrazo fuerte desde españa (donde los estamos esperando!),
    joaquín

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  2. JuanPi me encantan tus fotos ... solo tu puedes tomar esas fotos tan fregonas las del tronco y el insecto esta fregonsisisisisma
    me encanta verlos y saber de ustedes los quiero !!!

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