Wednesday, November 24, 2010

New Zealand - Wellington


(scroll down for English version)


Wellington

Dejamos Waitomo rumbo a la capital de Nueva Zelanda, Wellington. El recorrido fue largo, no solo porque esta lejos, pero también porque tomamos la carretera que corre a lo largo del mar de Tasmania con la intención de ver el volcán Taranaki.

Este volcán se hizo famoso por la película el Ultimo Samurai, ya que aquí fue donde la filmaron. Escogieron este monte por su parecido con el Monte Fuji.

Al salir de Waitomo ya estaba lloviznando, y conforme fuimos acercándonos a la costa, empezaron las fuertes ráfagas de viento. La lluvia era intermitente y en algunos lugares pudimos bajarnos a tomar algunas fotos, pero el viento era constante.



Así fuimos avanzando hasta llegar a New Plymouth donde pudimos confirmar lo que ya presentíamos. No podríamos ver el volcán. Una señorita del centro de información turística nos dio la noticia de que una nueva tormenta había llegado por lo que la era imposible ver el volcán.

Lo mismo que ayer. Dos días de intentos frustrados por ver las montañas. A dos días de cruzar a la isla sur, lo único que esperábamos era que el clima estuviera mejor, y aunque el pronostico no era muy bueno, tratamos de mantenernos con actitud positiva.

Con el animo un poco golpeado, seguimos nuestro camino. Después de la noticia que recibimos en el centro turístico, modificamos nuestra ruta para acortar el tiempo; dejamos la carretera que corre a lo largo de la costa, conocida como la “Surf Highway,” y nos fuimos hacia el centro.

Pasamos por algunos pequeños poblados y muchas granjas, y ya cuando el sol empezaba a ocultarse llegamos a Wellington. Encontramos nuestro Holiday Park, que para efectos prácticos era el estacionamiento de un hotel, clara muestra de que estábamos en la ciudad.
Como ya era tarde para cuando terminamos de instalarnos y la fiera, digo la Flaca, ya traía hambre, prepare la cena y planeamos nuestro día en Wellington y nuestra primer parada en la isla sur donde veríamos a Christiane y Chris, la pareja de ingleses que conocimos en Brasil y vimos en Argentina y Chile también.

Por la mañana, nos arreglamos, prepare pan Frances y cogimos el colectivo al centro de la ciudad. Al bajarnos, caminamos hacia funicular/tren que nos subió a los jardines botánicos desde donde disfrutamos la vista de la bahía.


Una vez arriba, decidimos caminar de regreso para disfrutar mejor de los jardines y las vistas. Pasamos por un jardín lleno de Tulipanes, otro lleno de cactus, vimos otros jardines y árboles muy bonitos y para variar, el jardín de rosas estaba vacío. En todos lados donde hemos visitado jardines de rosas nos han tocado sin una sola rosa.


Así seguimos el camino sinuoso de la bajada. El viento frío y muy fuerte ha seguido acompañándoos, por lo que para el almuerzo tuvimos que probar varias banquitas hasta que encontramos una donde el viento casi no se sentía.


Regresamos a la ciudad y seguimos nuestro camino rumbo al mar; pasamos frente al edificio del parlamento y por fin llegamos a la orilla del mar. Caminamos un poco entre los viejos muelles donde están los almacenes que han sido convertidos en restaurantes, revisamos el menú de algunos para ver si a la Flaca le agradaba alguno para cenar hoy y celebrar su cumpleaños.


Seguimos nuestro camino por las calles de Wellington hasta que llegamos al museo Te Papa (Nuestro Lugar) que alberga una exhibición Maori muy grande. Aquí conocimos el detalle del primer tratado que firmaron los Maori con la Corona Británica y como hubo algunas problemas ya que algunas temas importantes del tratado se perdieron en la traducción (a propósito o no, no se sabe).

Al dejar el museo, ya estaba obscuro pero todavía era temprano para cenar, por lo que buscamos un café para pasar algunas horas. Encontramos uno interesante y donde nos recomendaron un restaurante turco para cenar. También aquí la Flaca se comió su pastel de chocolate. Ella no puede comer chocolate por su problema intestinal y había sido muy estricta en todo el viaje, pero por su cumpleaños rompió la dieta. Estaba con sonrisa de oreja a oreja.

El restaurante turco, Istanbul, estuvo muy bueno. Nos hicieron esperar un poco pero un par de bebidas gratis ayudaron a que la espera fuera placentera. Una bailarina de Belly dance amenizo la noche. Al final, la Flaca estaba contenta de haber pospuesto la celebración de sus 30 hasta esa noche y eso era lo importante.

Regresamos al Cheapo y nos preparamos para el día de mañana coger el ferry a la isla sur.


Wellington

We left Waitomo headed toward the capital of New Zealand, Wellington. The journey was long, not only because it’s far, but also because we took the road that runs along the Tasmanian Sea with the intention of seeing Mt. Taranaki.

This volcano was made famous by the movie The Last Samurai, since it was filmed there. They chose this mountain because of its likeness to Mt. Fuji.

As we left Waitomo it was already sprinkling, and as we got closer to the coast, the strong gusts of wind began. The rain was intermittent and in some places we were able to get out and take photos, but the wind was constant.



This is how it went until we reached New Plymouth where we were able to confirm what we had anticipated. We could not see the volcano. A lady from the tourist information center gave us the news that a new storm had arrived so it would be impossible to see the volcano.

The same as yesterday. Two days of frustrating intents to see the mountains. Two days from crossing to the South, the only thing we were hoping for was for the weather to improve, and although the forecast was not very good, we tried to maintain a positive attitude.

With our spirits a bit knocked down, we continued on our journey. After the news that we received from the tourist office, we modified our route to cut down the time; we left the highway that runs along the coast, known as the Surf Highway, and we went inland.

We passed through some small towns and many farms, and when the sun began to set we arrived to Wellington. We found our Holiday Park, which for practical reason was a parking lot of a hotel, clear sign that we are now in the city.

Since it was late by the time we settled in and the wild animal, I mean la Flaca, was hungry, I prepared dinner and we planned our day in Wellington and our first stop on the South Island where we’d see Christiane and Chris, the English couple we met in Brazil and have also seen in Argentina and Chile.

In the morning, we got ready, I prepared French toast and we caught the bus downtown. Upon getting off the bus, we walked toward the funicular that took us up to the botanical gardens from where we enjoyed a view of the bay.


Once up at the top, we decided to walk our way back down to better enjoy the garden and the views. We passed through a garden of tulips, another full of cacti, we saw other very pretty gardens and trees and for a change, the rose garden was empty. In all the places we have visited rose gardens we have not seen one single rose.


We continued the windy descending path. The cold and very strong winds have continued to accompany us, so much so that for lunch we had to try various benches until we found one where we almost couldn’t feel the wind.


We returned to the city and continued our path toward the ocean; we passed in front of the Parliament building and finally arrived at the edge of the water. We walked a little among the old wharfs where there are warehouses that have been converted into restaurants, we reviewed the menu of a few to see if la Flaca liked any for dinner today and to celebrate her birthday.


We continued our path through the streets of Wellington until we reached the Te Papa (Our Place) Museum that houses a very large Maori exhibit. Here we saw the details of the first treaty that the Maori signed with the British Crown and how there were some problems since some important themes of the treaty were lost in translation (on purpose or not, it is not known).

Upon leaving the museum, it was already dark but it was still too early to eat dinner, so we found a café to spend a few hours. We found an interesting one where they recommended a Turkish restaurant for dinner. La Flaca also ate a piece of chocolate cake here. She can’t have chocolate due to her intestinal problems and she has been very strict throughout the trip, but for her birthday she broke the diet. She had a smile from ear to ear.

The Turkish restaurant, Istanbul, was very good. They made us wait a little but a couple of free drinks helped make the wait pleasant. A belly dancer made the night. At the end, la Flaca was happy to have postponed her 30th birthday celebration to this night and that is what’s important.

We returned to el Cheapo and got ready for tomorrow to take the ferry to the South Island.

No comments:

Post a Comment