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Auckland
Después de felicitar al hijo del Zopi, Andrés (que por cierto, quiere mucho a la Flaca), por su cumpleaños numero 3, salimos a Brisbane. En esta ciudad, que para mi sorpresa esta muy bonita, dormimos y muy temprano por la mañana salimos a Nueva Zelanda.
Llegamos a Auckland por la tarde, con la noticia de que había alerta de tormenta para los siguientes dos días. Nos acomodamos en el hostal y salimos al súper mercado a comprar para cenar, comer y desayunar. Constatamos que la comida es mas barata que en Australia, pero sigue siendo cara.
Esta noche la tomamos tranquila, prepare de cenar, y planeamos los siguientes dos días.
Por la mañana la tormenta no había llegado, y aunque estaba nublado, el sol se asomaba a ratos. Así que decidimos seguir con el plan de recorrer la ciudad haciendo una caminata llamada de costa a costa; el nombre viene porque la ruta va de la bahía de Manukau a la bahía de Waitemata, o viceversa. Un recorrido de aproximadamente 16 km entre parques, barrios históricos, y volcanes.
Iniciamos desde el edificio Ferry por la calle Quay hasta la calle Queen, desde donde fuimos adentrándonos por la ciudad. Pasamos por la Universidad, por el parque Albert y el parque llamado Auckland Domain, que es bastante mas grande y aquí se encuentra el Museo en Memoria de Guerra de Auckland (Auckland’s War Memorial Museum), además de un invernadero donde nos metimos admirar las variedad de flores.
Antes de dejar el parque Auckland Domain, lo que era amenaza de lluvia se convirtió en realidad, pero solo por unos minutos, así que decidimos seguir adelante con nuestro recorrido. El clima cambiaba rápidamente; un minuto salía el sol, al siguiente se nublaba y soplaba el aire, y al siguiente caía un poco de lluvia.
Treinta minutos mas tarde, la lluvia llego y ya no se fue por lo que tuvimos que terminar nuestro recorrido y buscar refugio en una parada de camión, donde evaluamos nuestras opciones y decidimos ir a la biblioteca. Ahí podríamos usar el Internet gratis y decidir que hacer.
La biblioteca estaba llena; todo mundo refugiándose de la lluvia así que tuvimos que esperar para usar una computadora. Viendo la opciones, decidimos ir al museo Auckland War Memorial para ver una exposición de la cultura Maori.
Los Maori son los nativos de Nueva Zelanda y a comparación de otros países donde las culturas nativas han sido marginadas por los conquistadores, colonizadores, las clases sociales altas y los mismos gobiernos (como en México, EUA, Australia, etc.), aquí no solo se respeta su historia y su influencia, si no también hay un orgullo por estos antepasados.
Afuera de la biblioteca cogimos otro colectivo. Muy seguros de donde bajarnos, nos sentamos con la misma tranquilidad que los locales. Muy tarde nos dimos cuenta que debimos poner mas atención; se nos paso la parada y para cuando reaccionamos, ya era muy tarde para coger el colectivo de regreso y llegar al museo con tiempo necesario para ver la exposición sin prisa.
Estábamos tristes porque en todo el día no habíamos visto casi nada y solo teníamos dos días en Auckland. Nos bajamos del colectivo en el centro, cerca del hostal. La lluvia había parado y el cielo se había despejado un poco, así que caminamos por la calle Queen. Ya cerca del hostal, vimos la Skytower, que es la torre mas alta de la ciudad y tiene un mirador hasta arriba, y decidimos subir.
Después de haber visto Melbourne y Sydney desde las alturas, creo que es esencial ver una ciudad desde arriba para entender mejor su geografía, sobre todo cuando es una ciudad nueva.
Desde el Skytower, el paisaje decorado con las nubes de la tormenta, que no acababa de llegar por completo, era dramático. El viento era tan fuerte que se podía sentir como se movía la torre.
Al bajar, regresamos al hostal para cenar y encontrar a un francés dormido en la cama de la Flaca. Estábamos en un dormitorio de seis personas y el segundo día tres camas se habían vaciado; dos franceses llegaron. A uno de ellos se le hizo fácil mover las cosas de la cama que estaba ocupando la Flaca a una de las vacías, para dormir en la misma litera que su amigo. Bueno, le he puesto tal regañada que me dijo que si yo quería se iba a dormir a otro lado.
Al día siguiente nos despertamos y la tormenta todavía no llegaba. El clima seguía igual que ayer. Un minuto sol, al siguiente nublado, y al siguiente lluvia. Lo único constante era el viento.
Salimos con rumbo al puerto para tomar el ferry a Devonport, un pequeño pueblo que esta justo frente a Auckland. El ferry toma entre 10 y 15 minutos. Cuando llegamos, subimos a la colina mas alta, 38 metros, y disfrutamos de la vista de la ciudad. Buscamos un refugio del viento y comimos nuestro almuerzo viendo la isla/volcán Rangitoto, con su forma cónica asimétrica.
Regresamos a la ciudad y cogimos el colectivo para ir al mercado Victoria, que como en Melbourne, habíamos leído que era muy bonito y con mucho movimiento. Que sorpresa nos hemos llevado que el mercado estaba vacío, no solo de gente sino de comercios. Ha sido uno de los mercados mas tristes que he visto. Abandonado, sin color, sin vida.
Nos subimos al colectivo con rumbo al museo a ver la exposición Maori y esta vez si nos bajamos en la parada correcta.
El museo esta muy completa. Relata la historia desde que Nueva Zelanda emergió del fondo del océano hace miles de años como resultado de explosiones volcánicas, razón por la cual hay 65 volcanes en este país. Ilustra la llegada de los primeros Maoris desde las Polinesias hace mas de 1,300 años, la llegada de los colonizadores, hasta los primeros acuerdos entre los Maori y la Corona Británica.
También hay artesanías, herramientas, utensilios, canoas y casas explicando la cultura Maori, y varias computadoras y videos que ayudan a los visitantes a entender y conocer la cultura.
Del museo, salimos hacia el hostal para preparar las mochilas ya que por la mañana recogemos la camioneta que será nuestro medio de transporte y casa por las siguientes tres semanas.
Para despedirnos de Auckland, fuimos a cenar a un restaurante japonés muy bueno.
Auckland
After congratulating Zopi’s son, Andres (who really loves la Flaca), on his 3rd birthday, we left for Brisbane. In this city, that to my surprise was very pretty, we slept and left early in the morning for New Zealand.
We arrived to Auckland in the afternoon, with the news that there was a severe storm watch for the next two days. We settled into the hostel and went out to the supermarket to buy food for dinner, lunch and breakfast. We can confirm that the food is cheaper than in Australia, but it is still expensive.
We took it easy tonight, I made dinner, and we planned the next two days.
In the morning the storm has not yet arrived, and although it was cloudy, the sun came out every now and then. So we decided to continue with our plan to walk across the city on a route called the Coast to Coast walk; the name comes from the fact that the route begins at Manukau Bay and goes to Waitemata Bay, or vice versa. It’s a walk of approximately 10 miles through parks, historic neighborhoods, and volcanoes.
We started at the Ferry Building on Quay Street until we reached Queen Street, from where we began going deeper into the city. We passed by the University, through Albert Park and another named Auckland Domain, which is substantially bigger and where you can find Auckland’s War Memorial Museum, in addition to a green house that we entered to admire a variety of flowers.
Before leaving Auckland Domain, what was once just a threat of rain converted into reality, but only for a few minutes, so we decided to continue on with our walk. The weather changed rapidly; one minute the sun came out, the next it clouded over and the wind blew, and the next a little rain began to fall.
Thirty minutes later, the rain arrived and now it did not leave so we had to end our walk and find refuge under the overhang of a bus stop, where we evaluated our options and decided to go to the library. There we could use the Internet for free and decide what to do.
The library was full; everyone was taking refuge from the rain so we had to wait in order to use a computer. Looking at the options, we decided to go to the Auckland War Memorial to see an exhibit about the Maori culture.
The Maori people are the natives of New Zealand and in comparison with other countries where the native cultures have been marginalized by their conquerors, colonizers, the upper class and the government (like in Mexico, the United States, Australia, etc.), here there is not only respect for their history and influence, but there is also pride for these ancestors.
We caught the bus outside the library. Very secure with where we were going to get off, we sat down with the same tranquility of the locals. We realized very late that we should have paid more attention; we missed our stop and once we reacted, it was now too late to take the bus back and arrive to the museum with enough time to see the exhibit without rushing.
We were sad because we had not seen much all day and we only had two days in Auckland. We got off the bus downtown, near the hostel. The rain had stopped and the sky had cleared a little, so we walked down Queen Street. Now near the hostel, we saw the Skytower, which is the tallest tower in the city and has a viewing deck at the top, and we decided to go up.
After seeing Melbourne and Sydney from these heights, I think it’s essential to see a city from above to understand its geography better, above all when it’s a new city. From the Skytower, the landscape adorned with clouds from the storm, that still had not completely arrived, was dramatic. The wind was so strong that you could feel the tower moving.
Once we got down, we returned to the hostel to eat dinner and find a French guy asleep in la Flaca’s bed. We were in a six-person dorm room and the second day three beds had become vacant; two French guys arrived. For one it was easy for him to move the things from the bed la Flaca was using to one of the vacant beds, so he could sleep in the same bunk as his friend. Well, I gave him such a scolding that he told me that he would go sleep somewhere else if I wanted him to do so.
The next day we woke up and the storm had still not arrived. The weather continued the same as yesterday. One minute there was sun, the next clouds, and the next rain. The only constant was the wind.
We went out toward the port to take the ferry to Devonport, a small town that was directly in front of Auckland. The ferry took between 10 and 15 minutes. When we arrived, we climbed up the tallest hill, about 125 feet, and enjoyed the view of the city. We found refuge from the wind and ate our lunch looking at Rangitoto volcano/island, with its asymmetric cone shape.
We returned to the city and took the bus to go to Victoria Market, which like in Melbourne, we had read was very pretty and lively. What a surprise when we arrived and the market was empty, not only empty of people but of businesses. It was one of the saddest markets I have ever seen. Abandoned, without color, without life.
We got back on the bus toward the museum to see the Maori exhibit and this time we got off at the right stop.
The museum was very comprehensive. It tells the story from when New Zealand emerged from the depths of the ocean thousands of years ago from volcanic eruptions, thus the reason there are 65 volcanoes in this country. It illustrates the arrival of the first Maoris from Polynesia more than 1,300 years ago, the arrival of the colonizers, until the first agreements between the Maori and the British Crown.
There are also artifacts, tools, utensils, canoes and houses explaining the Maori culture, and various computers and videos that help visitors understand and get to know the culture.
From the museum, we went to the hostel to prepare our backpacks since the next morning we would pick up the van that would be our mode of transport and home for the next three weeks.
To say goodbye to Auckland, we went out to eat at a very good Japanese restaurant.
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