Thursday, February 24, 2011

India - Jaipur


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Jaipur

Jaipur es conocida como la ciudad rosa porque en 1876, el Maharaja Ram Singh mando pintar toda la ciudad de rosa, ya que era un color asociado con hospitalidad y quería darle una buena bienvenida al Príncipe de Gales (quien después fue el Rey Eduardo VII de Inglaterra). La tradición se ha mantenido desde entonces.

Era el último día completo de Ivonne con nosotros así que íbamos a estar muy ocupados, tratando de que conozca la más posible antes de irse. Empezamos nuestro día en el Fuerte Ámbar (Amber Fort). El Sr. Rana nos dejo cerca de una de las puertas donde nos subimos a un elefante y este nos subió hasta el palacio, el cual se encuentra en una pequeña colina.


El Fuerte Ámbar fue construido en 1592 por Maharaja Man Singh. Es como un laberinto con muchos salones y varios patios. Lo que más nos gusto fue los espejos que usan como azulejos que decoran las paredes y fachadas de algunos de los salones del palacio.

Cuando salimos del Fuerte Ámbar, nos paramos en la calle a tomar una foto del Palacio Flotante, que está en medio del lago. Este palacio no se puede visitar.


Después de una parada rápida para que la Flaca y yo compráramos los boletos de tren a Jaisalmer, nuestro siguiente destino, fuimos al Palacio de la Ciudad. Para llegar a este palacio, entramos a la parte antigua de la ciudad, la parte rosa. Cruzamos una de las sietes puertas, de las cuales las más importantes son Chandpol, Ajmer, y Sanganeri. Al cruzar, no solo entramos a la parte antigua, sino también al caos, porque aquí es donde hay más gente y por lo tanto más tráfico.


La mayor parte del Palacio de la Ciudad fue construido en 1732 por Jai Singh; sin embargo, se le han hecho varias adiciones, las más nuevas datan de principios del siglo veinte. El complejo está formado por varios jardines, corredores, patios, y edificios. Dentro de las exposiciones que visitamos, había una de trajes típicos y mantones, una de pinturas, y otra de manuscritos. En el Salón para Audiencias Privadas, vimos dos enormes recipientes de plata, que según son las más grandes del mundo y las uso el Maharaja Madho Singh II para llevar agua del Ganges a Inglaterra. También entramos al salón Real donde está la silla que usa el Rey para recibir a sus invitados, que está bañada en oro. También están algunas pinturas de reyes anteriores. Por último, visitamos un patio muy famoso porque ha salido en varias películas de Bollywood. En este patio hay cuatro puertas decoradas y pintadas para representar las cuatro temporadas: primavera, verano, el monzón, e invierno. Desde este patio se puede ver la residencia donde vive actualmente la familia real.


Del Palacio de la Ciudad, el Sr. Rana nos llevo a comer a un restaurante donde pudiéramos comer comida no hindú, ya que queríamos algo diferente. Después, nos llevo a un taller de textiles porque la Ivonne quería hacer unas compras de último momento. Pero así como entramos, salimos porque decidimos ir a ver el Hawa Mahal antes de que lo cierren. Fue construido por el Maharaja Sawaj Pratap Singh en 1799 para que las mujeres de la realeza pudieran observar la vida de la ciudad desde las alturas sin entrar en contacto con la gente del pueblo.


El Hawa Mahal tiene cinco niveles, algunos tiene salones y otros, los de más arriba, solo terrazas para ver la ciudad. En el segundo piso, hay un salón con vidrios de colores muy bonito. Desde el último piso, se puede ver el caos de la ciudad moderna. Este edificio se ha convertido en un icono de Jaipur, ya que se encuentra en muchos folletos que promueven la ciudad.


Regresamos al taller de textiles, pero Ivonne no encontró nada de lo que quería, así que le dijimos al Sr. Rana que nos dejara en otro mercado donde habían leído se podía conseguir bufandas, zapatos, etc. Desafortunadamente, después de caminar por toda la zona donde Lonely Planet dice que está el mercado de textiles, solo encontramos tiendas que venden sarees (el tradicional vestido que llevan las mujeres hindú).

Por la noche, fuimos a cenar a casa del tío Naresh. Es un muy amigo de la familia de Swati. Llegamos a su casa donde estaba con otros familiares que viven en Nueva York y otros amigos. Antes de cenar estuvimos platicando de nuestro viaje, de los lugares que hemos visitado y de los que pensamos visitar. La cena estaba buenísima; comimos tradicionales platillos hindú y como siempre, hasta que ya no podíamos más. Muy amablemente, el tío Naresh arreglo para que su chofer nos llevara de regreso al hotel. Hemos encontrado que la hospitalidad en India es increíble; toda la gente hemos conocido y que nos ha recibido, siempre ha sido muy buena gente con nosotros, ayudándonos en lo posible y preocupándose por que estemos bien.


Al día siguiente, le pedimos al Sr. Rana que nos dejara en Jantar Mantar, que es el antiguo observatorio. Aquí nos despedimos de Ivonne, que regresa a Delhi para coger su vuelo de regreso a San Diego. Ha sido muy bueno tenerla de compañera de viaje por las últimas tres semanas, ya la extrañábamos y la vamos a extrañar ahora que nos deja. También nos despedimos del Sr. Rana y nos tomamos una última foto.


La Flaca y yo entramos al Jantar Mantar, y siguiendo la recomendación de alguien, no me acuerdo quien, contratamos un guía. Ya habíamos visitado el observatorio en Delhi, pero este está mejor cuidado y los instrumentos están completos. Este observatorio, al igual que el de Delhi, fue construido en 1728 por órdenes de Jai Singh, quien era un aficionado de la astronomía y astrología. Antes de su construcción, Jai Singh mandó escolares a estudiar sitios similares. Fue muy interesante ya que el guía nos explico cómo funciona cada uno de los instrumentos y como hacían las mediciones. Es sorprendente en los tiempos cuando fue construido este observatorio, los científicos de entonces seguían métodos muy sencillos y de mucho sentido común para determinar la hora, los signos del zodiaco, las relaciones entre signos, la época del año, etc.


Del observatorio, fuimos a ver la puerta principal de la ciudad antigua y como por ahí estaba Johari Bazaar, caminamos para allá para que la Flaca hiciera algunas compras. Después de tres pares de zapatos, unos pantalones, y una bufanda por menos de 15 dólares, concluimos que este era el lugar donde debimos de haber venido con Ivonne para sus últimas compras.

Por la tarde, nos reunimos con Joey, un amigo de Mayhul que está de voluntario trabajando para una organización que tiene como objetivo desarrollar habilidades de liderazgo en adolescentes de la ciudad. Buscan proyectos donde los chicos y chicas se involucren en su comunidad y al mismo tiempo cogen conciencia que su comunidad y su ciudad los necesita para salir adelante. Platicamos con la directora de la oficina de Jaipur, Meenakshi, quien antes estaba en el mundo corporativo pero lo dejo para buscar algo con más sentido.

Terminamos nuestra reunión con Joey y Meenakshi y nos fuimos a casa del tío Naresh. Habíamos comprado unos dulces para agradecerle por sus atenciones y la cena de anoche y se lo fuimos a dejar.


Regresamos al hotel donde cenamos, agarramos nuestras mochilas, y nos fuimos a la estación del tren para coger el tren nocturno a Jaisalmer. Vamos en clase AC 2, la mejor hasta ahorita; la Flaca está feliz, vamos a ver qué tal esta.


Jaipur



Jaipur is known as the Pink City because in 1876, Maharaja Ram Singh had the entire city painted pink, since it was a color associated with hospitality and he wanted to welcome the Prince of Wales (who later became King Edward VII of England). It has maintained a tradition since then.

It was Ivonne’s last full day with us so we were going to be very busy, trying to get to know as much as possible before she left. We began our day at the Amber Fort. Mr. Rana left us near the doors where we got onto an elephant that took us up to the palace, which is located on a hill.



Maharaja Man Singh built the Amber Fort in 1592. It’s like a labyrinth with many rooms and various patios. What we liked most were the mirrors used as tiles to decorate the walls and façade of some of the rooms in the palace.

When we left the Amber Fort, we stopped on the road to take a photo of the Floating Palace, which is in the middle of a lake. You cannot go inside this palace.


After a quick stop so la Flaca and I could by train tickets to Jaisalmer, our next destination, we went to the City Palace. To get to this palace, we entered the old part of the city, the pink part. We passed through one of the seven gates, of which the most important are Chandpol, Ajmer, and Sanganeri. Upon passing through, we not only entered the old part, but also the chaos, because there are more people and more traffic here.


Most of the City Palace was built in 1732 by Jai Singh; however, there have been many additions, the newest date back to the beginning of the 20th century. The complex is made up of various gardens, hallways, patios, and buildings. Included in the exhibits that we visited, there was one of traditional clothing and shawls, one of paintings, and another of manuscripts. In the Hall for Private Audiences, we saw two enormous silver vessels, which apparently are the largest in the world and they were used by Maharaja Madho Singh II to take water from the Ganges to England. We also entered the Royal Hall where the throne is that the King uses to receive his guests, which is covered in gold. There are also some paintings of prior kings. Lastly, we visited a very famous patio that has appeared in many Bollywood films. In this patio are four doors painted to represent the four seasons: Spring, Summer, Monsoon, and Winter. From this patio you can see the residence where the current royal family lives.


From the City Palace, Mr. Rana took us to eat at a restaurant where we were able to eat non-Indian food, now that we wanted something different. After, he took us to a textile shop because Ivonne wanted to do some shopping at the last minute. But as soon as we entered, we left because we decided to go see the Hawa Mahal before it closed. Maharaja Sawaj Pratap Singh built it in 1799 so the women of the royal court could observe the city life from above without coming into contact with the people of the town.


The Hawa Mahal has five floors, some have rooms and others, the ones up at the top, only have terraces from which to look at the city. On the second floor, there is a hall with very beautiful colored glass windows. From the top floor, you can see the chaos of the modern city. This building has become an icon of Jaipur, since it is found in many brochures that promote the city.


We returned to the textile shop, but Ivonne didn’t find anything that she wanted, so we told Mr. Rana to take us to another market where we had read you could find scarves, shoes, etc. Unfortunately, after walking all over where Lonely Planet said the textile market would be, we only found shops selling sarees.

That night, we went to eat at Uncle Naresh’s house. He is a very good friend of Swati’s family. We arrived to his house where he was with other family members that live in New York and some other friends. Before dinner we were talking about our trip, about the places that we have visited and the places we are planning to visit. The dinner was excellent; we ate traditional Indian dishes and as always, until we could eat no more. Very kindly, Uncle Naresh arranged for his driver to take us back to our hotel. We have found that the hospitality in India in incredible; all of the people we have met and that have received us in their home, have all been very good with us, helping us with whatever possible and worrying whether or not we are ok.


The next day, we asked Mr. Rana to leave us at Jantar Mantar, which is the old observatory. Here we said goodbye to Ivonne, who returns to Delhi to catch her flight back to San Diego. It has been very good to have her company for the last three weeks, we had missed her and we are going to miss her now that she leaves us. We also said goodbye to Mr. Rana and took our last photo together.


La Flaca and I entered Jantar Mantar, and following someone’s recommendation, I cannot remember whose, we hired a guide. We had already visited the observatory in Delhi, but this one is better preserved and the instruments are more complete. This observatory, similar to the one in Delhi, was built in 1728 by orders of Jai Singh, who was a fan of astronomy and astrology. Before its construction, Jai Singh sent scholars to study similar places. It was very interesting since the guide explained each of the instruments and how they were used to measure the time. It is surprising that in the time this observatory was built, the scientists back then followed very simple methods that used a lot of common sense to determine the hour, the zodiac signs, the relationships between them, the time of year, etc.


From the observatory, we went to the main gate of the old city and since the Johari Bazaar was nearby, we walked that way so la Flaca could do some shopping. After three pairs of shoes, a pair of pants, and a scarf for less than 15 dollars, we concluded that this was the place where we should have come with Ivonne for her last minute shopping.

In the afternoon, we met with Joey, a friend of Mayhul’s who is volunteering for an organization with an aim to develop leadership skills in Jaipur’s adolescents. They look for projects where boys and girls get involved in their community and at the same time realize that their community and city needs them to progress. We spoke with the director of the Jaipur office, Meenakshi, who was working in the corporate world but left it to find something with more meaning.

We finished our meeting with Joey and Meenakshi and went to Uncle Naresh’s house. We had bought some sweets to thank him for his hospitality and for dinner last night and we went to give them to him.


We returned to the hotel where we ate dinner, grabbed our backpacks, and went to the train station to catch the overnight train to Jaisalmer. We are going in AC 2 class, the best so far; la Flaca is happy, let’s see how it is.