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Nueva Delhi
Nuestro viaje en tren fue mucho más confortable que el viaje a Varanasi; estaba mas limpio y tenía la opción de usar baño tipo “western” (aunque como quiera era, escencialmente lo mismo, un hoyo a las vías del tren, pero con escusado). Al arribar a la estación de Delhi, el tío Ashok estaba ahí para vernos. Juan Pablo y yo conocimos al tío Ashok en la boda de nuestros buenos amigos Swati y Mayhul en California. El es tío de Swati.
Nos subimos a su carro y nos llevo a través de Delhi, hasta su casa en el noroeste de la ciudad. De inmediato quedamos traumados por el tráfico y la contaminación de Delhi. El trafico de Los Ángeles y la Ciudad de México son el paraíso en comparación…si conocen el tráfico de Los Ángeles o la Ciudad de México, se pueden imaginar…ahora tomen todos los choches de los seis o tres carriles del periférico y desorganícenlo en una masa de coches, sin carriles. Añadan motocicletas, tuktuks (motorizados y en bicicleta), peatones, y obviamente vacas. Las reglas de la calle con que no hay reglas, excepto que usas el claxon o pito para anunciar que vienes y para avisar a los demás que se muevan de tu camino. Así es el tráfico en Delhi, no importa si es una calle secundaria o el periférico. Además, llegamos un día antes de Diwali, el festival de las luces y la celebración mas importante de India. Por lo que la bruma por el humo de los fuegos artificiales era tan densa que a penas y se podía ver el sol.
Una vez en casa del tío Ashok, su esposa (tía Shashi), su hijo (Rohit) y su nuera (Angeline) nos recibieron en la sala. Nos acomodamos en una de las recamaras, nos dimos un baño y almorzamos, comida hindú hecha en casa. Estaba deliciosa, pero bastante picante y tuve dificultad para decirle que “no podía” a la tía Shashi, así que me comí lo que me dio. Más tarde mi estómago no estaba muy feliz, pero mi corazón estaba contento.
El tío Ashok nos hizo favor de contratarnos un taxi para la tarde. Nuestra intensión era ver algunos de los mayores puntos de interés en Delhi, además de las recomendaciones que nos había hecho la familia. Entre que el chofer se perdió, que no hablaba ingles, y el tráfico solo pudimos ver un par de cosas antes de que fuera hora de regresar a la casa para cenar. Con la ayuda de Angeline hablando con el chofer vía nuestro iPhone, visitamos la Tumba de Humayun (Humayun´s Tomb), el templo Loto (Lotus Temple), solo por fuera, y Qutub Minar.
Para nuestra sorpresa, la Tumba de Humayun es un lugar con mucha paz en el centro de Delhi, y probablemente mi lugar favorito. La tumba fue construida por órdenes de la viuda del Emperador Mughal Humayun, en 1570. La arquitectura tiene una fuerte influencia persa y su distribución sigue el dicho islámico de que el paraíso se encuentra en el centro de un jardín con agua fluyendo a través de este. Por lo tanto, la tumba esta localizada en el medio de un jardín dividido por una red de canales de agua.
De la Tumba de Humayun cruzamos, otra vez, la bruma del tráfico hacia el templo Loto, otro ícono de Delhi. Este templo o Casa Bahá´í de Adoración me interesaba porque esta abierto a toda la gente de todas las creencias, para que todo mundo tenga un lugar de adoración. Tiene la forma de una flor de loto y me recuerda al azulejo blanco de la Casa de Opera de Sydney. Lo tuvimos que admirar desde lejos, ya que eran después de las 4:00 pm y este templo esta abierto hasta las 6:00 pm, mientras que Qutub Minar, nuestra siguiente visita, cierra a las 5:00 pm.
De acuerdo con lo que pudimos entenderle a nuestro chofer, Qutub Minar solo estaba a 10 minutos del templo Loto así que decidimos visitar Qutub y luego regresar al templo Loto. Cuarenta y cinco minutos mas tarde, llegamos a Qutub Minar, justo a tiempo cuando iban a cerrar para la oración de la tarde (5:00 pm). Lo iban a re-abrir a las 6:00 pm, después del atardecer, cuando la iluminan al igual que las ruinas que la rodean. Decidimos olvidarnos de regresar al templo Loto y esperarnos para asegurarnos de ver este sitio y no quedarnos atorados en el tráfico. Algunas de las personas locales, nos convencieron de que nuestro chofer nos llevara a unos templos hindús “cercanos”, mientras re-abrían. Sin embargo, una vez más, nuestro chofer no sabía a donde iba. Después de varias paradas a preguntar como llegábamos al templo, lo convencimos de mejor diera la vuelta y nos llevara de regreso a Qutub Minar.
Qutub Minar es el alminar de ladrillo más alto del mundo. Esta construido de ladrillos de cantera roja y café claro, y es uno de los primeros ejemplos de la arquitectura Indo-Islámica. Fue muy bonito verlo de noche.
Al día siguiente, mientras la familia empezaba los preparativos para Diwali, nos fuimos a la oficina oficial de turismo de India Increíble para arreglar nuestro viaje a Agra, para ver el Taj Mahal, y Amritsar, para ver el Templo Dorado (Golden Temple). Habíamos escuchado historias de agencias de viajes deshonestas y otras de gente en la calle que te dice que las agencias de viajes que buscas están cerradas para llevarte a donde les dan comisión a ellos, así que estabas felices de haber encontrado la oficina oficial de India Increíble (la verdadera oficina de India Increíble) abierta, a pesar de que un hombre parado justo afuera de la puerta nos trato de decir que estaba cerrada. La gente de India Increíble nos recomendaron con una agencia de viajes, aprobada por el gobierno, a al vuelta de la esquina, Vedi Tours. Rocky nos recibió y fue de mucha ayuda, a pesar de que en secreto se quería ir a su casa a celebrar Diwali. Nos ayudo para que consideráramos todas las opciones de viaje, ya que teníamos la restricciones de tiempo y distancias que queríamos viajar, para asegurar de que Ivonne pudiera ver el Templo Dorado, el Taj Mahal y Jaipur, en la siguiente semana, antes de su vuelo de regreso a San Diego. Dividiendo el costo entre los tres, pudimos contratar un chofer y carro para que nos llevara a todos lados durante la siguiente semana.
Una vez que todo estaba arreglado, caminamos a través de Cannaught Place para comprar unos dulces para llevar a la casa del tío Ashok como agradecimiento por compartir con nosotros Diwali y por hospedarnos. Ahí mismo almorzamos y después cogimos el metro hacia Viejo Delhi, para ver el Fuerte Rojo (Red Fort). Los tres estábamos muy sorprendidos por lo limpio del metro de Delhi, e Ivonne y yo muy agradecidas de que hubiera vagones solo para mujeres, creados para evitar que las mujeres sean molestadas durante la hora pico.
La calle de la estación del metro en el Viejo Delhi al Fuerte Rojo, nos llevo a través del mercado Chandi Chowk, otro ejemplo perfecto del caos de Delhi. Sin embargo, una vez dentro del fuerte había más tranquilidad. El Emperador Mughal Shah Jahan, construyo el Fuerte Rojo en el siglo 17. Sirvió como la capital de los Mughals y era originalmente la residencia de la familia real. Más tarde se convirtió en base militar y ahora es Patrimonio de la Humanidad, reconocido por la UNESCO y un gran símbolo de la independencia de India.
Para cuando terminamos de admirar y caminar alrededor del Fuete, ya era hora de regresar a casa del tío Ashok. Cuando llegamos, la familia estaba decorando la entrada de la casa con polvo de colores creando un rangoli (para darle la bienvenida a la diosa Lakshmi) y la tía Shashi estaba preparando un altar y ofrendas en el comedor. Todos estaban arreglados. La tía Shashi le dio a Juan Pablo una camisa bordada, para que la usara (y se la quedara) e Ivonne y yo sacamos las bufandas de seda que compramos en Varanasi, ya que eran las mejores prendas que teníamos con nosotras.
Después de que la tía Shashi puso un pedazo de tela en el suelo, todos nos juntamos alrededor del altar que había preparado. El tío Ashok empezó prender las velas e incienso, mientras Angeline leía oraciones.
El altar tenía dos dioses hindús, Ganesh y Lakshimi. Lakshimi significa fortuna y prosperidad, Mientras Ganesh simboliza el que desaparece los obstáculos. Saraswati, diosa del conocimiento y aprendizaje, también es frecuentemente adorada en Diwali. Se cree que preparar ofrendas para estos dioses trae felicidad, salud, sabiduría y prosperidad a la familia.
Diwali es la celebración del triunfo del bien sobre el mal, representado por la iluminación de pequeñas lámparas de barro llenas con aceite. Es celebrado por hindús, jains and sikhs. Para los hindús, Diwali conmemora el regreso del Señor Rama del exilio y su victoria sobre el rey de los demonios Ravana. La gente de Rama ilumino el reino con lámparas de aceite y prendio fuegos artificiales para celebrar el retorno de su rey.
Diwali también es acerca de “la conciencia de la luz interna.” Wikipedia lo explica acertadamente:
Central para la filosofía Hindú, es la afirmación de que hay algo mas allá del cuerpo físico y la mente, que es puro, infinito y eterno, llamado Atman. La celebración de Diwali como la “victoria del bien sobre el mal” se refiere a luz del mayor conocimiento disipando la ignorancia, la ignorancia que enmascara verdadera naturaleza de uno, no como el cuerpo, sino como la realidad inmutable, infinita, inminente y trascendente. Con este despertar, viene la compasión y la conciencia de la unidad de todas las cosas (mayor conocimiento). Esto trae Ananda (felicidad o la paz). Así como celebramos el nacimiento de nuestro ser físico, Diwali es la celebración de esta luz interior. Si bien la historia detrás de Diwali y la forma de celebración varía de región a región (los fuegos artificiales, el culto, las luces, el reparto de dulces), la esencia es la misma - para regocijar la luz interior (Atman) o la realidad subyacente de todas las cosas (Brahman).
Nuestra familia hindú trato de incluirnos en donde fue posible y apropiado, durante la ceremonia. Recibimos bendiciones y la tía Shashi nos ato un hilo rojo alrededor de la muñeca, llamado kalava para protegernos del mal. Fue una experiencia única y nos sentimos muy afortunados de haberla vivido, no es algo en que lo que el turista promedio participe.
Después de la paz de la ceremonia de ofrendas, salimos al ruido de los fuegos artificiales. Diwali fue una mezcla entre Navidad (por la parte religiosa de la ceremonia y por todas las luces colgadas en las casas) y el 4 de julio (por los fuegos artificiales), excepto que nunca he visto o escuchado tantos fuegos artificiales. A pesar de que los fuegos artificiales empezar días atrás, cuando el sol se oculto, se escuchaba como zona de guerra. (http://www.youtube.com/watch?v=DH1wCq6i4lo)
Después de cenar, salimos, con Rohit, a la calle y dimos una vuelta en el barrio para ver las luces en las casas. También vimos fuegos artificiales arriba y a los lados de nosotros. Bromeamos que cada familia tiene que separar una gran cantidad de dinero de su presupuesto anual, solo para los fuegos artificiales de Diwali. Siguieron toda la noche y, eventualmente, el humo de afuera se metió a la casa.
A cierta hora, tratamos de ir a dormir. El Sr. Rana, nuestro chofer por la siguiente semana, había quedado de recogernos temprano para salir hacia Amritsar.
New Delhi
Our train ride to Delhi was much more comfortable than the ride to Varanasi; it was much cleaner and had the option of using a western toilet (although it was still essentially a hole to the train tracks, but this time with a toilet seat). Upon arrival to the station in Delhi, Uncle Ashok was there to meet us. Juan Pablo and I had met Ashok at the wedding of our good friends Swati and Mayhul back in California. He is Swati’s uncle.
We climbed into his car and drove across Delhi to his home in the northwest of the city. We were immediately taken aback by the traffic and pollution in Delhi. LA traffic is paradise in comparison…if you know LA traffic, imagine it…then take all the cars on the six lanes of the freeway and disorganize them into a large mass of cars (no lanes), add in some motorcycles, then rickshaws (motorized and well as manually cycled), pedestrians, and of course you cannot forget, cows. The rules of the road are that there are no rules except that you use your horn to announce that you are coming and to signal to others to move out of the way. You are only concerned with what is happening in front of you; the world behind you does not exist. This is Delhi traffic, regardless of whether it’s a side street or a highway. We also arrived the day before Diwali, the festival of lights and the most important celebration in India. So, the haze of smoke from fireworks was so thick, you could barely see the sun.
Once we were at Uncle Ashok’s house, his wife (Auntie Shashi), his son (Rohit), and his daughter-in-law (Angeline) greeted us in the living room. We settled in, showered, and ate a home-cooked Indian meal. It was delicious, but quite spicy and I had a hard time saying “no” to Auntie Shashi so I ate everything she gave me. My stomach was not happy later, but my heart was full.
Uncle Ashok had hired a taxi driver for us for the afternoon. It was our intention to see several of the major sights in Delhi, in addition to some recommendations from the family. Between the driver getting lost, not speaking any English, and the traffic, we only made it to a few sights before it was time to go home for dinner. With some help from Angeline talking to the driver via our iPhone, we visited Humayun’s Tomb, the Lotus Temple (from the outside), and Qutub Minar.
Humayun’s Tomb was a surprisingly peaceful place in the center of the chaos that is Delhi, and probably my favorite place we visited. The tomb was built by order of the widow of the Mughal Emperor Humayun in 1570. The architecture has a strong Persian influence and its layout follows the Islam saying that paradise is found in the middle of a garden with water flowing through it. Thus, the tomb is located in the middle of a garden divided by a grid of water channels.
From Humayun’s Tomb, we headed through the haze of traffic once again to the Lotus Temple, another icon of Delhi. This temple or Bahá’í House of Worship interested me because it is open to people of all faiths so that anyone can have a place to worship. It is shaped like a lotus flower and its roof reminds me of the white tile roof of the Sydney Opera House. We had to admire it from afar because it was after 4pm and this temple was open until 6pm while Qutub Minar, our next stop, was due to close at 5 pm.
According to what we could understand from the driver, Qutub Minar was only 10 minutes away from the Lotus Temple so we decided to go visit the minaret and then come back to the Lotus Temple. Forty-five minutes later, we arrived at Qutub Minar, just in time for it to close for prayer at 5pm. It was due to reopen at 6pm after sunset when they illuminate it and its surrounding ruins. We decided to forego going back to the Lotus Temple to hang around here in order to ensure we see this and don’t get stuck in more traffic. Some locals standing nearby convinced us to have our driver take us to some Hindu temples “down the road” in the meantime. However, once again, our driver didn’t know where he was going. After stopping several times to ask random people on the road how to get to the temples, we managed to convince him to just turn around and take us back to Qutub Minar.
Qutub Minar is the tallest brick minaret in the world. It’s made of red and beige sandstone and is one of the earliest examples of Indo-Islamic architecture. It was actually quite beautiful to see it at night.
The next day, while the family was starting preparations for Diwali, we headed to the Incredible India tourist office to arrange a trip to Agra to see the Taj Mahal and Amritsar to see the Golden Temple. We had heard stories of dishonest travel agencies and stories of people on the street telling you places are closed in order to direct you to where they get commission, so we were happy to find the Incredible India office (the real Incredible India office) open even though a man standing directly in front of it tried to tell us it was closed. Incredible India directed us to a government-approved agency around the corner, Vedi Tours. Rocky greeted us and was very helpful even though he secretly wanted to get home soon to celebrate Diwali. He helped us consider our travel options given the time constraints we had and the long distances we wanted to travel in order to ensure Ivonne could see the Golden Temple, the Taj Mahal, and Jaipur in the next week before she was due to fly back to San Diego. With the three of us sharing the cost, it worked out to be quite affordable to have a driver for the next week that would accompany us everywhere.
Once everything was arranged, we walked through Connaught Place to buy some sweets to take to Uncle Ashok’s house as a thank you for sharing Diwali with us and opening up their home to us. We grabbed some lunch as well and took the metro to Old Delhi to see the Red Fort. We were all surprised by the cleanliness of the metro in Delhi, and Ivonne and I were thankful there was a women-only car on the train, created to ensure women are not groped during rush hour.
The road from the metro station in Old Delhi to the Red Fort took us through the Chandi Chowk market, another perfect example of the chaos of Delhi. Once inside the Red Fort, however, the feeling was much more tranquil. Mughal Emperor Shah Jahan built the Red Fort in the 17th century. It served as the capital of the Mughals and was originally the residence of the royal family. It later became a military base and is now a UNESCO World Heritage Site and major symbol of India’s independence.
By the time we finished walking around and admiring the Red Fort, it was time to head back to Uncle Ashok’s. When we arrived, the family was decorating the entrance to the house with colored powder creating what is called a rangoli (to welcome Goddess Lakshmi) and Auntie Shashi was setting up an altar and preparing offerings in the dining room. Everyone got dressed up. Auntie Shashi gave Juan Pablo an embroidered shirt to wear (and keep) and Ivonne and I pulled out our silk scarves we had bought in Varanasi, as these were the best threads we had with us.
After Auntie Shashi laid down some fabric on the floor, we all gathered around the altar she had created. Uncle Ashok began lighting candles and incense while Angeline read prayers.
The altar had two Hindu gods, Ganesh and Lakshmi. Lakshmi signifies fortune and prosperity, while Ganesh symbolizes the vanquisher of all obstacles. Saraswati, goddess of knowledge and learning, is often worshipped during Diwali as well. Preparing offerings to these gods, or puja, is believed to bring happiness, wealth, wisdom and prosperity to the family.
Diwali is the celebration of good triumphing over evil, signified by the lighting of small clay lamps filled with oil. It is celebrated by Hindus, Jains, and Sikhs. For Hindus, Diwali commemorates the return of Lord Rama from his exile and his vanquishing of the demon-king Ravana. Rama’s people illuminated the kingdom with oil lamps and burst firecrackers to celebrate the return of their king.
Diwali is also about “the awareness of the inner light.” Wikipedia explains it well:
Central to Hindu philosophy is the assertion that there is something beyond the physical body and mind, which is pure, infinite and eternal, called the Atman. The celebration of Diwali as the "victory of good over evil" refers to the light of higher knowledge dispelling all ignorance, the ignorance that masks one's true nature, not as the body, but as the unchanging, infinite, immanent and transcendent reality. With this awakening, comes compassion and the awareness of the oneness of all things (higher knowledge). This brings ananda (joy or peace). Just as we celebrate the birth of our physical being, Diwali is the celebration of this Inner Light. While the story behind Diwali and the manner of celebration varies from region to region (festive fireworks, worship, lights, sharing of sweets), the essence is the same – to rejoice in the Inner Light (Atman) or the underlying Reality of all things (Brahman).
Our Indian family tried to include us wherever possible and appropriate during the ceremony. We received blessings and Auntie Shashi tied a red string around our wrist called kalava to ward off evil. It was a unique experience that we all felt lucky to have had, not something in which the average tourist takes part.
After the peace of the offering ceremony, we went outside to the noise of fireworks. Diwali was like a mix between Christmas (due to the religious nature of the celebration and all the lights strung on the houses) and the 4th of July (due to the fireworks), except that I had never heard or seen so many fireworks in my life. Although the fireworks had started days prior, once the sun went down, it sounded like a war zone.
After dinner, we went out into the street to take a walk around the neighborhood with Rohit to see the lights on all the houses. We also watched the fireworks above and beside us. We joked that each family must set aside a large chunk of money in their annual budget just for Diwali fireworks. They went on throughout the night and the smoke from outside eventually filled the house as well.
Eventually we tried to get some sleep. Mr. Rana, our driver for the next week, was due to pick us up early so we could get on the road to Amritsar.
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