Tuesday, February 1, 2011

India - Darjeeling


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Darjeeling

Con dos horas de retraso, llegamos a New Jalpaiguri y el tío de Swati, Billu, ya nos estaba esperando junto con su esposa y la tía Savita (mamá de Swati). Con apenas tiempo de ir al baño, descubrí que no todos los mingitorios en India tienen tubería hasta el suelo, lo cual resulta en tus pies llenos de tu propia pipi. Al principio no entendía de donde venia el agua hasta que me di cuenta que no había tubería, asqueroso.

Iniciamos nuestro viaje a Darjeeling en las montañas del noroeste de India cerca de la frontera con Nepal. Tan pronto como cogimos carretera, vimos nuestros primeros campos de té. Había árboles como de un metro y medio de altura, ordenados uno tras otro en largas hileras. Nunca habíamos visto este tipo de campos, y como los de arroz, nos han impresionado. Darjeeling es reconocido como uno de los lugares con el mejor té, así que veremos muchos más de estos.


El camino nos fue llevando hacia las montañas y empezamos a subir por una carretera con muchas curvas. Un par de horas más tarde llegamos a Darjeeling. Aunque estaba nublado y la visibilidad no era mucha, lo que alcanzábamos a ver era muy bonito. Al bajarnos del coche, pudimos sentir el cambio de clima; el calor y humedad de Calcuta se quedaron atrás, ahora estábamos, de nuevo, en el frío.


Era por la tarde cuando llegamos, así que después de registrarnos en el hotel, nos dimos un baño que ya nos urgía y salimos a dar una vuelta mientras era la hora de cenar. La Flaca e Ivonne decidieron sentarse en una casa de té para probar los diferentes tipos de té. Yo camine un poco alrededor de la plaza. Cuando nos volvimos reunir con el tío Billu, su esposa Saroj, y la tía Savita, buscamos un restaurante para cenar.

A las 4:30 am del día siguiente sonó el despertador, nos levantamos como pudimos y salimos con rumbo a Tiger Hill (Colina del Tigre). El plan ver el amanecer sobre las montañas, especialmente sobre el Kanchengjunga (8,598 mts), la montaña más alta de India y tercera más alta del mundo. Para llegar a la entrada de Tiger Hill, había un tráfico que parecía el periférico del Distrito Federal (en México) o el freeway 405 en (Orange County). Así que tuvimos que bajarnos del coche y caminar los últimos metros.

En la entrada, que estaba llenísima, el tío Billu nos dio los boletos, los cuales son limitados, y seguimos nuestro camino hacia el mirador. Cuando llegamos al mirador, ya estaban esperando el amanecer cientos de personas. Nos movimos y metimos entre la gente como pudimos para tratar de tener un buen lugar y disfrutar este evento como se debe.


El sol empezó a iluminar el cielo, y poco a poco, colores amarillos y anaranjados pintaron el horizonte. Los Himalayas estaban frente a nosotros. De nuestro lado izquierdo era el Kanchengjunga, cubierto de nieve y dominaba el paisaje, mientras de nuestro lado derecho las montañas más pequeñas estaban cubiertas por las densas nubes. No podíamos dejar de admirar y tomar fotografías. Detrás del Kanchengjunga, el Everest y el Lothse se asomaban solo dejándonos ver la cumbre.


Todos estábamos felices y asombrados por el paisaje. Yo tenía sonrisa de oreja a oreja; tengo una admiración especial por las montañas y estas tan grandes y dominantes me tenían hipnotizado. Fuimos los últimos y casi me tuvieron que jalar para irnos de Tiger Hill porque no podía dejar de admirar las montañas.


Caminamos hasta encontrar al chofer con el coche y bajamos hasta el monasterio Ghoom. Era un monasterio pequeño, pero con mucho colorido y un gran cilindro para orar. Algunos monasterios tienen cilindros con oraciones grabadas en alto relieve; cuando el cilindro da una vuelta completa, es como decir la oración. Este monasterio es el primero que vemos nuestro viaje, muy probablemente cuando estemos en Tailandia, Laos, Vietnam y Cambodia, veremos muchos más.


Siguiendo nuestro camino hasta el centro de la ciudad, paramos en un pequeño parque donde hay un monumento para conmemorar las guerras que está rodeado de jardineras con muchas flores. Desde aquí pudimos admirar las montañas nuevamente.


Después de comer en un restaurante en el centro, fuimos a ver unas cascadas y más tarde al Instituto Himalaya de Alpinismo. Por cierto que el tío Billu me ha ayudado a probar muchos platillos de la comida hindú. El está feliz porque yo pruebo de todo y yo estoy feliz porque el siempre pide cosas diferentes para que yo pruebe.


El Instituto Himalaya de Alpinismo, además de ser un centro de entrenamiento, tiene un museo con las historia de varias expediciones a las diferentes montañas más altas del mundo. Además tiene vitrinas con el equipo que se usaba en la antigüedad y el que se usa en la actualidad. Yo otra vez feliz. Al salir, hay una estatua de Tenzing Norgay, el primer sherpa que logro hacer cumbre en el Everest junto con Sir Edmund Hillary, y aunque era nepalí, es un héroe en esta parte de India.


El Instituto de Alpinismo esta dentro del zoológico de Darjeeling, así que de salida le echamos un vistazo. Había pandas tradicionales y rojos y otros varios animales. El que más me llamo la atención fue el leopardo de nieve porque está en la lista de animales en peligro de extinción y he leído que es muy difícil poder verlo en su hábitat.

Al tío Billu le gusta mucho el té; siempre que llegamos algún lado, no importa donde, lo primero que pide es un chai (té en hindú). Así que fuimos a un lugar justo a un lado de los campos de té para probar diferentes tipos de té. Desde este lugar se veía todo el valle, y justo abajo de nosotros estaban los campos de té.


Para finalizar con las actividades de nuestro día, nos fuimos al llamado tren de juguete (toy train). Es un tren pequeño construido en 1881 y recorre de Siliguri a Darjeeling y la maquina es todavía de vapor. Nosotros solo subimos en el recorrido que hace dentro de Darjeeling. El tren es muy famoso porque según nos dicen sale en varias de las películas de Bollywood.


Mañana salimos hacia Sikkim, acercándonos a la frontera con China. El tío Billu tiene intensión de cruzar pero nosotros no podemos, ya que si salimos de India, tienen que pasar dos meses para que podamos regresar.


Darjeeling

With a delay of two hours, we arrived to New Jalpaiguri and Swati’s uncle, Billu, was waiting for us with his wife and Auntie Savita (Swati’s mom). With barely enough time to use the restroom, I found out that not all urinals in India have pipes all the way to the floor, which results in your feet getting splashed with your own pee. At first I didn’t understand from where the water was coming until I realized there was no pipe, gross.

We began our trip to Darjeeling in the mountains of northeast India near the border with Nepal. As soon as we got on the road, we saw our first tea gardens. There were trees of about five feet tall, one behind the other in long rows. We had never seen tea gardens before, and like the rice fields, they have impressed us. Darjeeling is known as one of the best places for tea, so we will see many more of these fields.


The road took us toward the mountains and we began to climb up a road with many curves. A few hours later we arrived to Darjeeling. Although it was cloudy and the visibility was not very good, what we could see was very beautiful. Upon getting out of the car, we could feel the change in weather; the heat and humidity of Kolkata stayed behind us, now we were, once again, in the cold.


It was the afternoon when we arrived, so after checking in to the hotel, we took a shower that was by this time urgent and we went out for a walk until it was time for dinner. La Flaca and Ivonne decided to sit in a tea house to taste different types of tea. I walked around the plaza for a little while. When we found Uncle Billu, his wife Saroj, and Auntie Savita, we looked for a restaurant for dinner.

At 4:30 am the next day the alarm sounded, we got up and went out toward Tiger Hill. The plan was to watch the sunrise over the mountains, particularly over Kanchengjunga (about 28,209 feet), the tallest mountain in India and the third tallest in the world. To arrive to the entrance of Tiger Hill, there was so much traffic it looked like the freeway in Mexico D.F. or the 405 freeway in Orange County. So we had to get out of the car and walk the last few yards.

At the entrance, which was very full, Uncle Billu gave us our tickets, which were limited, and we continued on our way toward the lookout. When we arrived to the lookout, there were already hundreds of people waiting for the sunrise. We squeezed in among the people as best we could trying to find a good place to enjoy this event as it should be enjoyed.


The sun began to illuminate the sky, and little by little, colors of yellow and orange painted the horizon. The Himalayas were right in front of us. On our left was Kanchengjunga, covered in snow and dominating the landscape, while on our right the smaller mountains were covered in dense clouds. We couldn’t stop admiring and taking photos. Behind Kanchengjunga, Everest and Lothse peeked through only showing us their peaks.


We were all happy and mesmerized by the landscape. I had a smile from ear to ear; I have a special admiration for mountains and these mountains so large and dominating had me hypnotized. We were the last ones left and they had to drag me to leave Tiger Hill because I couldn’t stop admiring the mountains.


We walked until we found the driver with the car and we went down to the Ghoom Monastery. It was a small monastery, but very colorful and with a large cylinder for prayers. Some monasteries have cylinders with prayers engraved in them; one complete turn of the cylinder releases one prayer. This monastery is the first that we have seen on our trip, very probably when we are in Thailand, Laos, Vietnam and Cambodia, we will see many more.


Continuing on our way toward the city center, we stopped in a small park where there is a war memorial surrounded by gardens with many flowers. From here we were able to admire the mountains once again.


After eating in a restaurant in the center, we went to see some waterfalls and later to the Himalayan Mountaineering Institute. By the way, Uncle Billu has helped me try many Indian dishes. He is happy because I try everything and I am happy because he always orders different things for me to try.


The Himalayan Mountaineering Institute, in addition to being a training center, has a museum with the history of various expeditions to the different mountains that are the highest in the world. It also has display cases with the equipment used back then and now. I was happy again. Upon exiting, there is a statue of Tenzing Norgay, the first Sherpa that was able to reach the peak of Everest along with Sir Edmund Hillary, and although he is Nepalese, he is a hero in this part of India.


The Mountaineering Institute is located inside the Darjeeling Zoo, so on our way out we took a look. There were black and white pandas, and a red panda, along with other animals. The one that most caught our attention was the snow leopard because it is on the list of endangered animals and I have read that it is very difficult to see it in its habitat.

Uncle Billu likes tea very much; as soon as we arrive to a place, it doesn’t matter where, the first thing he asks for is a cup of chai (tea in Hindi). So we went to a place just beside a tea garden to try some different kinds of tea. From this place you could see the entire valley, and just below us were the tea gardens.


To end our day’s activities, we went to ride what they call the toy train. It’s a small train built in 1881 and runs from Siliguri to Darjeeling on steam. We only rode the track in Darjeeling. This train is very famous because they say it appears in many Bollywood movies.


Tomorrow we leave to Sikkim, getting closer to the border with China. Uncle Billu intends to cross but we cannot, because if we leave India, two months need to pass before we would be able to enter again.

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